Los indígenas hemos asimilado lenguajes clasistas y los usamos sin reflexionar en la música, la vestimenta o los alimentos. ¿Por qué nos referimos a lo que se produce en nuestras comunidades como cosas antiguas, pobres o corrientes?
Twitter: @kausirenio
Hace unos días, un paisano viajó desde Ometepec, Guerrero, a la Ciudad de México para hacer un trámite en una secretaría del gobierno federal, como buen ñuu savi trajo mangos criollos de esos que los campesinos siembran allá en la Costa Chica. Dejó sus cosas y salió a la calle a la rutina que le trajo a la capital.
Cuando regresó de hacer su trámite empezamos a platicar de los problemas que están aquejando a los guerrerenses en este proceso electoral. Hablamos de todo, pero se agotaron las ideas y le entramos a los mangos “costeños” o “criollos” así como los conocemos allá en la Costa.
Todo iba bien hasta que el paisano dijo “estos magos corrientes son sabrosos”. Esta afirmación me puso en alerta y de inmediato me llevó a los recuerdos de la infancia que siempre cargo a cuestas y me ponen en el radar cuando escucho estas palabras clasistas que se acuñaron durante siglos en las comunidades indígenas.
La anécdota de los mangos no es para cuestionar o exhibir al compa que los trajo, sino, para explicar cómo en este país se construyó una narrativa clasista sobre la comida, la vestimenta, la música de los Ñuu Savi.
Por ejemplo, en la ciudad se refieren a la lengua indígena como dialecto. Esto lo traducen los hablantes como tu’un nda’vi (palabra pobre o lengua pobre), aunque los hablantes buscan explicar que es una variación lingüística que se acerca a tu’un savi (palabra de la lluvia o lengua de la lluvia) que todos los demás conocen como mixteco, pero no es así.
Desde luego es una negación tácita de los na savi y por eso no lo hablan y no les enseñan a sus hijos a hablarlo, porque es palabra o lengua de los pobres. ¿Quién desea ser pobre?, pues nadie, así que es mejor no hablarlo.
Como consecuencia de esta desvalorización, los indígenas hemos asimilado lenguajes clasistas y los usamos sin reflexionar. ¿Por qué nos referimos a lo que se produce en nuestras comunidades como cosas antiguas, pobres o corrientes?, cuando tiene el mismo valor que todo lo que se vende en el mercado global.
Aquí, unos ejemplos de autodiscriminación:
Cuando nos referimos a las frutas como los mangos. Si es de cosecha de los indígenas, lo llaman corriente o mango pobre, porque no se venden en los mercados de autoservicio. Se cree que lo que está modificado genéticamente es mejor que los cultivados con técnica tradicional.
Vestimenta: si es traje típico de los ñuu savi, los jóvenes que no conocieron esta usanza lo llaman kutun yàta (camisa vieja), o kutun na yàta (camisa de los viejos), por eso no los usan porque es para los ancianos o está muy viejo.
Música: a la forma de expresión musical de los Ñuu savi le dicen yaa nda’vi (música pobre) o yaa na nda’avi (música de los pobres). Esta afirmación la escuché en una tocada en Tlapa de Comonfort, en la Montaña de Guerrero, hace 10 años.
Vasa xíni yù’u ya na nda’vi, mina mi yaa sa’an ku sìi ini yu (No escucho música de los pobres, me gusta escuchar música en español). Luego de la aclaración empezó a zangolotear una cumbia de Los Ángeles Azules. Pero el gusto le duró poco, porque entró a la escena el grupo musical Kimi Tuvi (Lucero de la mañana).
Comida: en las comunidades Ñuu Savi es muy común el uso de altavoces para anunciar la venta de comida, cuando lo hacen en tu’un savi lo dicen así “Ka’an yu xiìn do, ni ve’e ña taku ini xìko ña ndayu nduxi nda’vi (Les aviso, que en la casa de la señora de corazón grande les venden mole de pollo pobre) pero si es de pollo de granja es diferente (…ndayu nduxi sa’an) mole de pollo de castilla o español.
¿Cuál es la diferencia entre la carne de pollo orgánico y el pollo de granja?, desde luego que en el primer caso la carne es mejor por la técnica de crianza, se alimenta de maíz y hierba que no son fumigadas con insecticida o herbicida, mientras que la carne de pollo de granja es pésima, por su alimentación. Sin embargo, se devalúa a los pollos criollos o rancheros.
Así las cosas, el uso de lenguaje clasista no es de ahora, es histórico y no ha cambiado, al contrario, se ha profundizado y se usa como parte de lenguaje sin cuestionar el origen y el uso despectivo cuando para menospreciar la producción que los indígenas ponen al mercado.
La nueva relación cultural debe de cambiar desde el lenguaje, para empezar a llamar las cosas por su nombre porque urge construir una sociedad más incluyente, porque si no lo hacemos terminaremos con las formas y cosmovisiones de las poblaciones indígenas.
¡No hay mangos corrientes, sino mangos jugosos y sabrosos!
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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