Al inicio de la pandemia se identificó que las personas con grupo sanguíneo A eran más propensas a enfermar de covid. una reciente investigación apuntaría a que esto se debe a las proteínas que viajan en el torrente sanguíneo

Texto: Redacción Pie de Página

Foto: Ahmad Ardity

CIUDAD DE MÉXICO.- Al inicio de la pandemia, algunos científicos y médicos observaron que pacientes que en las salas de emergencia por covid había más pacientes con sangre tipo A. De forma intuitiva algunos profesionales de la salud expresaron que el tipo de sangre podría condicionar o influir sobre la enfermedad; explicar por qué algunas personas transitaban  la infección sin mayores complicaciones; mientras que otras, a pesar de no tener alguna comorbilidades, terminaban hospitalizadas. 

Ahora, a casi dos años de la pandemia hay una investigación publicada en el medio especializado Plos Genetics que parece  desvelar el misterio. Tras analizar más de tres mil proteínas en la sangre, se determinó que algunas de estas moléculas pueden estar vinculadas a una mayor respuesta inflamatoria; mientras que otras proteínas operan al revés: protegen al cuerpo de la infección. 

Este análisis de nuevo pone en el centro  el papel que juegan  los distintos grupos sanguíneos en el origen de las formas más graves de la enfermedad.

De este modo, los investigadores identificaron la proteína conocida como ABO, con un mayor riesgo de desarrollar versiones más severas de la enfermedad. Esta proteína ABO tiene funciones para determinar el tipo de sangre en la gente. Esto apoya la observación de que los grupos sanguíneos sí juegan cierto papel en la gravedad, si bien, no explica todavía cómo lo hace. 

El estudio también determinó estas proteínas en niveles altos como de riesgo:  GCNT4, RAB14, C1GALT1C1, CD207 y la mencionada ABO. Todas ellas aumentan el riesgo de hospitalización y de requerir soporte respiratorio e incluso de muerte. Niveles altos de FAAH2 también incrementan el riesgo de hospitalización. 

Por otra parte, las moléculas de adhesión SELE, SELL, PECAM-1 e ICAM-1 serían protectoras; tanto de hospitalización y de necesidad de soporte respiratorio o muerte. 

El conocer estos marcadores, concluye el estudio, abre la puerta para identificar marcadores de riesgo; y estudiar qué mecanismos propician una versión grave de la enfermedad. 

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