Tras el feminicidio de dos mujeres en San Luis Acatlán, Guerrero, mujeres ñuu savi marcharon entre sus calles para exigir seguridad y justicia, algo que desde 1995 no pasaba en esa localidad.

Texto: Alexis Rojas y Kau Sirenio

Fotos: Alexis Rojas

SAN LUIS ACATLÁN, GUERRERO. – La voz sollozante de las mujeres ñuu savi retumba en las calles de San Luis Acatlán en protesta por la privación ilegal de libertad y el feminicidio de Maricruz García Margarito.

“Hermana Maricruz, el pueblo te reclama” coreó el contingente de las mujeres.

“No vamos a permitir más feminicidios en el municipio de San Luis Acatlán” se escuchó en el aparato de sonido.

El reclamo de todas las mujeres es la negligencia de las autoridades municipal, estatal y federal para buscar a Maricruz cuando fue privada de libertad en la carretera de Yoloxóchitl-Cuanacaxtitlán.

Después de que familiares, vecinos de Cuanacaxtitlán y la policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitaria (CRAC) intensificaron la búsqueda lograron que, el 31 de marzo, uno de los feminicidas los llevara al lugar del crimen.

Luego del funeral de Maricruz García Margarito, las mujeres ñuu savi de Cuanacaxtitlán organizaron una protesta en San Luis Acatlán, Guerrero por el feminicidio de Maricruz y el de Alma Delia Santos Vargas.

No es la primera ocasión qué los vecinos de Cuanacaxtitlán protestan en la cabecera municipal en contra de la inseguridad. Lo hicieron el 14 de septiembre de 1995, cuando los asaltos eran recurrentes en la carretera de Yoloxóchitl-Cuanacaxtitlán.

Ese año fue el parteaguas para fundar la seguridad comunitaria. Las instituciones del Estado mexicano quedaron rebasadas, mientras la violencia subía en espiral. En 1995, en Cuanacaxtitlán fueron asesinados alrededor de 105 personas, y las mujeres fueron violentadas.

La ola de violencia que se vivió ese año regresó de nuevo en San Luis Acatlán. Recientemente ha habido asesinatos en las calles de la cabecera municipal, mientras que el alcalde guarda silencio.

“Nos organizamos con los hombres y mujeres para buscar a Maricruz porque el gobierno no nos escucha”, dijo una activista en la marcha.

“Por eso vamos a la marcha en San Luis Acatlán para decirle al alcalde qué aquí estamos las mujeres savi para exigir justicia por la hermana Margarito” pone al tanto Karen, una activista, mientras escribe su cartel.

A las dos de la tarde todas abordan los camiones y toman camino a San Luis Acatlán. La cita es en el punto conocido como el Arco. Ahí las niñas y adolescentes extendienden sus mantas y carteles y se dibuja una columna violeta.

“No estamos todas, nos falta Maricruz” se lee en una carolina morada.

“Agradezcan qué pedimos justicia y no venganza” escribió otra mujer en su papel.

Después de formarse empiecan a caminar hacia el zócalo de San Luis. Las mujeres eran las más aguerridas con las consignas: “Ni una más, ni una más” o “Nos somos todas, nos faltas las voces qué callaron”.

En el mitin, las mujeres ñuu savi plantean estos puntos meiante un pliego petitorio: “El reconocimiento abierto y público de la gravedad de la violencia de género y la violencia feminicida, y la inseguridad en nuestro municipio”.

Y añaden:

“Que todas y todos los titulares de las instancias de gobierno, poderes o Fiscalías de San Luis Acatlán, se abstengan de emitir cualquier tipo de discurso con el que se minimice o pretenda minimizar la grave situación de violencia de género y violencia feminicida, y la inseguridad en el municipio de San Luis Acatlán. Que los gobiernos y poderes constituidos que implementen políticas públicas reales y eficaces a partir de los cuales se elimine la inseguridad en nuestros pueblos y municipio”.

En el tercer punto del pliego petitorio exponen: “Que se aperture de manera inmediata en el municipio, Organismos Públicos de Derechos Humanos, de atención a víctimas y Búsqueda de personas desaparecidas, unidades especializadas en violencia de género y violencia feminicida”.

La indignación entre las mujeres se mezcla con la rabia e impotencia de los manifestantes que recorren las calles de la cabecera bajo una temperatura de 32 grados.

La protesta termina con la canción Sin miedo de Vivir Quintana. Frente la alcaldía de San Luis Acatlán, las mujeres ponen una caja qué simula un ataúd. La queman, mientras al unísono gritan: “Justicia”