Desde julio de 2018, en el municipio guerrerense de Ayutla de los libres, hay paridad numérica entre hombres y mujeres en los concejos de gobierno. Pero ello conllevó cosas: por un lado, que las mujeres se prepararan para gobernar. Y también atrajo, paradójicamente, la crispación del machismo. Mediante trabajo y talleres las mujeres revierten esta respuesta.
Texto y fotos: Heriberto Paredes
AYUTLA DE LOS LIBRES; GUERRERO.- Afirma la escritora boliviana Liliana Colanzi que “mientras más sube una mujer en la escala del poder, se enfrenta a un grado cada vez mayor de violencia por parte de un sistema que la ve como usurpadora, y espera constantemente que se equivoque para señalarla y aplaudir su caída”. Pareciera que habla de lo que ocurre en el municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero, lugar donde existe una paridad entre hombres y mujeres en el gobierno electo por usos y costumbres desde julio de 2018.
El nuevo ayuntamiento fue electo con fundamento en el artículo 2 de la Constitución Mexicana, los artículos 11, 124 y 128 de la constitución de Guerrero, la Ley 701 de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guerrero y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero las relaciones de género al interior no cambiaron inmediatamente. Pero sí hicieron visibles los recelos y prejuicios que tienen los hombres contra las mujeres.
Luego de las elecciones del nuevo gobierno, una gran parte de las mujeres que conforman esta organización de usos y costumbres tenía muchas dudas respecto a las atribuciones que tenían al gobernar, no se conocían los mecanismos para establecer políticas públicas, así como los límites y los derechos con los que se cuenta como parte del ayuntamiento. Sin
embargo, fueron los hombres los primeros en descalificarlas y en querer aprovecharse de esta situación, aunque para ellos también fuera una situación de gobierno nueva.
A través de redes sociales se hacían cuestionamientos directos contra mujeres integrantes del gobierno. Se ponía en duda su papel en la política. En ocasiones se señalaban a las mujeres que son madres solteras o que tienen tatuajes. En este escarnio, hombres y otras mujeres señalaron que debían regresar a la casa y a la cocina.
La estructura actual de gobierno está dividida por un Concejo Municipal Comunitario y un Concejo de Seguridad y Justicia. En la primera parte, participan como titulares 140 mujeres y 140 hombres. En la segunda sección, quien coordina la seguridad de todo el municipio es una mujer, Patricia Ramírez Bazán, mujer afromexicana originaria de la comunidad de El Mezón.
Pero, en estos casos, a la mujer se le exige más. Una mujer asistente al festejo –se omite su nombre, por petición de ella– narró la siguiente anécdota, que pinta entera esa inequidad:
Una de las propuestas que se hicieron al interior del gobierno comunitario fue que las mujeres dieran una parte de su sueldo para la manutención de la policía comunitaria. Pero esta contribución no se le pediría a los hombres. “Esto era injusto y teníamos que hacer algo para cambiar las cosas y gobernar más equilibradamente”.
Ramírez Bazán coincide:
“Las más atacadas en este gobierno hemos sido las mujeres, hemos sido hostigadas, muy cuestionadas sobre si podemos gobernar o no, porque la mayoría somos de comunidades, somos indígenas o afros”.
Patricia Ramírez Bazán
Ramírez Bazán se encuentra apurada en los últimos detalles de preparación para comenzar las festividades de cierre del programa “Liderazgo y gobernanza con perspectiva de género”.
Desde febrero de 2019, los trabajos del programa de formación comenzaron. Primero, a petición de las mujeres integrantes del ayuntamiento y aprovechando la cercanía que dos investigadoras tenían con el proceso comunitario, se planificó y llevó a cabo un diagnóstico en todo el municipio. En segundo lugar, y tomando en cuenta los resultados de este ejercicio de recopilación de información, se planificaron las formas para dar inicio a la formación, para seleccionar los contenidos y herramientas.
“Como comisión, salimos a las comunidades para ver las principales problemáticas de las mujeres y ofrecimos capacitación en temas de derechos humanos, así como ayuda psicológica y jurídica” explicó Rufina Jiménez Avilés, responsable de la Comisión de la Mujer Indígena y Afromexicana del gobierno comunitario.
La doctora Gema Tabares, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), y la doctora Laura Valladares, titular del Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se comprometieron con su trabajo y con sus conocimientos para que este programa formativo se desarrollara como un espacio seguro, donde las mujeres participantes vencieran sus miedos y construyeran fortalezas para enfrentar los retos de gobernar. “Fue un proceso muy enriquecedor y muy valiente por parte de todas” señaló Tabares en la ceremonia de cierre.
Con el objetivo de “mostrar la participación de las mujeres desde las asambleas comunitarias de sus pueblos y colonias, para que ejerzan sus derechos y que esto les permita el desarrollo integral de sus comunidades y el ejercicio del poder público como reconocimiento a sus luchas y a la libre determinación”, la formación concluyó en noviembre de 2019 y de inmediato comenzaron los preparativos para el festejo.
La comunidad de El Mezón fue anfitriona. El lugar donde se llevó a cabo la fiesta se adornó con anticipación, se colocaron las sillas para que las mujeres que participaron en este proceso estuvieran cómodas. En las paredes se pegaron fotografías de varios momentos que dan cuenta de la alegría con la que se desarrollaron los talleres y las reflexiones colectivas. Al frente, una larga mesa para las personas que presidirían los festejos, coronas de flores amarillas y canastas llenas de plátanos, maracuyás, mezcal y chilate les esperaban.
En la cancha de la comunidad una banda de música tocaba incansablemente mientras el calor aumentaba sin control. Las caras de las organizadoras eran de nervios, pero sobre todo de alegría. Veían cómo la colaboración entre la academia y los procesos comunitarios es posible si se trabaja horizontalmente y se parte de la escucha y el aprendizaje mutuo. Todo parece indicar que este procesos es el primero de muchos por venir.
Desde muy temprano, varias camionetas llenas de elementos de la Policía Ciudadana –parte del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG)– vigilan los caminos que llevan al Mezón. Se muestran confiados de que no habrá incidentes más allá de alguien que no supo controlar los tragos, algo bastante frecuente.
El contexto del lugar ha cambiado mucho desde que la seguridad está a cargo de las comunidades. En enero de 2013 en esta comunidad se presentaron a varias personas con un cargamento de marihuana de grandes proporciones; y con este hecho comenzó un proceso organizativo para frenar la violencia y el trasiego de estupefacientes por el territorio de Ayutla.
La extensión de la violencia, local y estatalmente conllevó al nacimiento de varios grupos de autodefensas y policías comunitarias. Sin embargo, el antecedente de la organización en las comunidades de la región de la Montaña, desde 1995, motivó que otras regiones en Guerrero siguieran el mismo camino.
Seis años después de que este lugar se convirtiera en un referente en temas de seguridad, se ha vuelto ahora pionero en materia de gobernanza con perspectiva de género. El hecho de que las mujeres hayan recibido una constancia y sean reconocidas en sus capacidades para gobernar da un respiro en la larga historia de violencia y señalamiento.
“Este gobierno ha sido por ley, paritario, pero uno de los desafíos ha sido hacer efectiva esta parte, porque al principio como que no les quedaba muy claro que tenía que ser la mitad hombres y la mitad mujeres. Que acepten que nosotras también tenemos voz y tenemos voto y que tenemos que opinar sobre el rumbo de este gobierno”, enfatizó claramente la Coordi Paty, como cariñosamente la llaman.
La fiesta se llevó a cabo entre agua de maracuyá, chilate, mixiotes de pollo y barbacoa de chivo, mezcal y cervezas para contrarrestar el calor. La música a cargo del grupo local Chilate con Hojaldre fue compuesta de chilenas que relatan episodios de la vida cotidiana en la Costa Chica. El convite trajo la presencia, además de las organizadoras, de la senadora Nestora Salgado y del abogado de la comunidad de Oxchuc, Chiapas, Gabriel Méndez López, quienes compartieron el gusto por el proceso concluido.
Luego de un año de trabajo intenso, poco a poco la situación comienza a cambiar y “ya hay asambleas de puros hombres que nos reconocen y reconocen nuestro trabajo”, comenta Paty con tono alegre. Todas las mujeres portan una cara sonriente durante el festejo, pero Rufina se desbordaba de emoción: “¡Estoy contentísima!”.
Las mujeres que se organizaron y que llevaron a cabo todo este trabajo formativo decidieron también invitar a la senadora Nestora Salgado, quien asistió al evento y escuchó las intervenciones programadas pero también a quién se le acercara durante esta visita.
Recibida por el comisario de la comunidad, Estreberto Palma Reyes, la senadora estuvo acompañada por la coordinadora Patricia Ramírez Bazán, quien se encargó de relatarle la organización de la seguridad comunitaria en el municipio a cargo de la UPOEG y la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), en común acuerdo. Fue la coordinadora y el comisario quien condujo a la comitiva a visitar las instalaciones de la Universidad de los Pueblos del Sur, UNISUR, para explicar el funcionamiento a partir de tequios o faenas, pero también para mostrarle la situación de marginación de este proceso y la necesidad de presupuesto para mejorar las instalaciones y asegurar los insumos de atención a las y los alumnos.
Por su parte, Salgado afirmó que estaba muy emocionada de estar en este festejo y se comprometió a que en menos de un año habría acciones concretas al respecto de la UNISUR.
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Fotógrafo y periodista independiente residente en México con conexiones en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Cuba, Brasil, Haití y Estados Unidos.
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