Ante el calentamiento global, los ambientalistas han planteado disminuir el uso del PET (polietilentereftalato), para envasar todo tipo de líquidos. «Si le prestamos atención al mercado mundial, la compañía refresquera está por caerse en diez años”, dice en entrevista el empresario Alexander Barth
Texto y fotos: Kau Sirenio
ROTHRIST, SUIZA.- La mirada puesta sobre las bandas que mueven las botellas de Rivella en la planta embotelladora. Ahí, Alexander Barth habla sin vacilar de la crisis que enfrentan las bebidas refrescantes en el mundo. La inminente caída de las bebidas azucaradas en el mercado mundial debido al movimiento generalizado por el combate a la obesidad.
“No tengo visión en el futuro, lo único cierto hasta ahora, es que las bebidas azucaradas están muy complicadas en el mercado. Por un lado, tenemos un movimiento ante el crecimiento de la obesidad en la población por el consumo del azúcar”, suelta a bocajarro.
Agrega: “Ante el calentamiento global, los ambientalistas han planteado disminuir el uso del PET (polietilentereftalato), para envasar líquidos; esta demanda va de la mano con el azúcar y la escasez del agua. Si le prestamos atención al mercado mundial, la compañía refresquera está por caerse en diez años”.
Alexander Barth platica con Pie de Página en Rothrist, Suiza. La conversación gira desde el descubrimiento de la bebida que produce, su transformación a empresa refresquera y el mercado mundial.
Rivella, traducido del italiano al español es “Revelación”; y es la bebida más popular en Suiza.
De 69 años, el heredero de Rivella cuestiona el actual mercado de la bebida refrescante en el mundo y las consecuencias que esto trae para los consumidores por el alto grado de azúcares en los refrescos, de ahí el éxito de Rivella. Una bebida hecha a base de ácido láctico.
La bebida surgió de un conflicto bélico: la Segunda Guerra Mundial. En Alemania se agotó el azúcar y otros ingredientes necesarios para fermentar la cerveza:
“Durante la segunda guerra mundial, un científico proveniente del norte de Alemania buscó alternativas para hacer alcohol a partir de la fermentación. La molécula que encontró en la lactosa permite obtener el alcohol de la fermentación ácida; y de ahí hacer un prototipo de cerveza con el ácido láctico”.
La fórmula que el científico descubrió, desarrolló una cerveza basada en una bebida gaseosa. Pero cuando estaban listas las bebidas, terminó la guerra. La gente ya no estaba interesada en una cerveza a base de ácido láctico, así que por un tiempo se desechó.
“El suero es el residuo que queda después de hacer el queso. El suero es bastante nutritivo porque contiene las mejores proteínas. Antes se lo daban a los cerdos”, cuenta.
Alexander Barth salta al origen de Rivella:
“La empresa es familiar y tiene dos épocas. En la primera parte, mi tío, hermano mayor de mi papá, realizó un viaje largo a los Estados Unidos para eso hizo un anuncio en Frankfurt, Alemania, que un joven abogado viajaba a América del Norte. Si alguien de Europa quería plantear una oferta a Estados Unidos”.
Agrega: “Antes de que mi tío partiera de Europa, llegó una carta de un señor que decía: ‘tengo la receta para hacer una bebida; por favor, ve con los americanos y entrégale las solicitudes de patente”. Mi tío habló con los americanos, pero nadie estaba interesado en la receta”.
Después de un año el abogado Barth volvió a Europa. En una comida familiar contó la historia del señor que buscaba la patente de la bebida a base de ácido láctico; y en ese encuentro se encontraba su hermano Robert, padre de Alexander Barth:
“Ahí estaba mi papá, era estudiante de psicología. Él, estaba interesado en la psicología de ventas y marketing, pero se interesó en el viejo alemán, así que pidió la dirección y se fue a Frankfurt, Alemania para al inventor para comprarle la receta”.
Con la receta en mano, la familia Barth se puso a trabajar para darle sabor en la cocina y de ahí a buscar otros sabores.
“Mis abuelos le dijeron a mi papá: ‘no hagas una bebida que ofenda el paladar del bebedor de vino’; tenía que ser algo no pronunciado o demasiado fuerte. Así desarrollaron con hierbas y frutas estrato que pasó a receta. Mi papá buscó una escuela tecnológica de Suiza que tenía instituto de leche y jóvenes técnicos para producir la bebida en gran cantidad, cerca de Zúrich”.
A final de los años 50, la incipiente empresa refresquera entró al mercado local de Zúrich con el nombre Rivella en italiano, y en español “Revelación” que en dos años empezó a tener exitoso después, así que decidieron instalar la empresa en el cantón de Zúrich. “Si queremos vender en Suiza tenemos que poner una fábrica en la región”.
Atravesar camiones a Zúrich era imposible: “En esa época, buscaban terreno para hacer una fábrica, con una ayuda financiera de mi abuelo que estaba en el mundo financiero y un crédito en Suiza en ese momento en uno de los grandes bancos para construir la fábrica para hacer el producto el refresco”.
En el principio Rivella se ofertaba en pequeñas tiendas de la ciudad, después entró a la cadena de tiendas de autoservicio Migro.
“El inicio solo tenían una camioneta que llevaba su producto. Técnicamente es muy interesante porque la bebida no tiene conservador, es pasteurizado, se envasa en vidrio, se calienta dentro del vidrio para pasteurizarlo, no hay en Rivella conservadores químicos”.
Rivella era vendida en las fiestas y eventos deportivos como gimnasios, futbol: Ahí, llegaban con dos, tres o cuatro cajas, les daban a probar, si les interesaba lo podían comprar. Como todos empiezan, mi mamá hacía la contabilidad; el hermano de mi mamá estaba en el laboratorio. Entre tres o cuatro llenaban las botellas. Puedes ver la envasadora, la tenemos aquí abajo, es una llenadora con cuatro aberturas, ponían la botella, entraba, la llenabas, ponías otra, cerrabas eran esas cerraduras, era muy aficionada al inicio después paulatinamente se desarrolló con nuevas máquinas”.
En la mesa de cualquier restaurante o en las tiendas Rivella es la bebida que los suizos consumen, hay de varias presentaciones y envases que van desde vidrio hasta el PET. Sin embargo, al hijo de Robert Barth le preocupa el mercado mundial, sobre todo, por la lucha contra la obesidad y la deabetes.
Después de que Rivella tomó forma, el hijo primogénito viajó a Portugal para estudiar portugués, y de ahí aprendió otros idiomas para dedicarle de tiempo completo a la empresa familiar que ahora mantiene su mercado en Holanda, Francia y Suiza.
Así lo explica: “Nosotros desarrollamos Rivella azul para ofrecer bebidas con menos azúcares, lo primero que hicimos fue disminuir hasta el cuarenta por ciento de azúcar, además, no le apostamos a endulzantes artificiales, esto es un gran paso, esperamos que sea la principal oferta y en el futuro, podamos colocar en el mercado refresco menos dañino”.
Alexander guarda silencio unos minutos, toma su taza de café y le da un beso para absorber un sorbo del líquido, luego suelta:
“El azúcar es el provocante de diabetes. La relación de la diabetes con el azúcar nos preocupó; estamos muy conscientes de que es un tema que la industria está por resolver. Claro que el azúcar es un estimulante para que la gente lo consuma, por eso nos preparamos antes de que nos saquen del mercado”.
Con el cierre de restaurantes durante la pandemia la venta de Rivella tuvo una caída de más de diez por ciento en el mercado: “La pandemia nos pegó muy fuerte, el año pasado cerraron los restaurantes, que para nosotros es un canal muy importante para vender nuestros productos, había algo de consumo adicional en casa, pero eso no compensó con la totalidad de las pérdidas en los restaurantes y eventos de música, cultural y deportivos. Perdimos entre 10 y 12% en volumen de ventas”.
El mercado principal de Rivella es Suiza:
“Vendemos más o menos como el treinta por ciento, le sigue Holanda, ahí tenemos presencia muy fuerte en el mercado, estamos cerca de 30 millones de litros. Alrededor de 90 millones de litros de Rivella: 60 millones están en Suiza y 30 millones en Holanda. Una proporción menor en Francia y Luxemburgo”.
Antes de terminar la entrevista, Barth, propone visitar la planta embotelladora de Rivella. En los pasillos explica, el trabajo que realiza la empresa para cuidado del medio ambiente:
“En Suiza nosotros nos hacemos responsables del PET. Para esto, contamos con puntos de reciclaje, y lo traemos a la planta, aquí las comprimimos y los mandamos a plantas de tratamiento de residuos sólidos”, cuenta en el recorrido.
“Soy un empresario social, cargado más hacia la izquierda, no creo en el capitalismo salvaje que despoja el medio ambiente y genera pobreza en el planeta. Por eso, nuestra empresa procuramos resolver primero el problema de calentamiento global y respeto a los derechos laborales de los trabajadores”, concluye.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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