Millones de peregrinos llegaron a la Ciudad de México, para rendir culto a la virgen más entrañable del país. Extranjeros y gente de otras entidades hicieron un gran periplo para cumplir mandas, perdir algo, dar las gracias o a vender tazas…
Texto y Fotos: Camilo Ocampo
CIUDAD DE MËXICO.- En una calle aledaña a la Basílica de Guadalupe, Roque Villa, descansa en una banca, después de haber caminado durante días con la virgen a cuestas. El hombre de 42 años, viene desde Cacaloxúchitl, Puebla.
La Virgen de Guadalupe que lleva Villa es casi de su tamaño. El hombre apenas y puede con ella, solo se la desamarra de la cabeza y la espalda para poder dormir.
El hombre casi dormita mientras lo entrevisto, está cansado. Pero me alcanza a platicar que desde hace 16 años viene a la Basílica y desde hace 9 lo hace caminando.
-Vengo caminando, salí desde el 7 de diciembre, me hice 4 días- Menciona Roque, mientras se recarga en los muslos para descansar.
Roque Villa debe cumplir con su palabra, hace la manda para agradecer un milagro, que asegura, le hizo la virgen:
-Estoy acá, por porque está viva mi hermanita-
Al igual que Roque, millones de personas arriban de todos los estados de la República. Desde hace 492 años se celebra la aparición de la Virgen de Guadalupe. Parece que toda la ciudad se vuelca hacia Cerro del Tepeyac.
Según datos del gobierno capitalino este año asistieron once millones de personas para celebrar a la virgen más popular del continente.
La alcaldía Gustavo A Madero montó un operativo donde desplegó a 5 mil policías, 6 ambulancias. Además de motocicletas del Escuadrón de Rescate y Urgencia Médica (ERUM).
Con expresiones de dolor, acompañado de resiliencia en el rostro, algunas personas hacen el recorrido avanzando únicamente de rodillas, provocando raspones y desfallecimientos.
En algunas ocasiones las personas ya no pueden más y acuden a las carpas de servicio médico ubicadas junto a la Calzada de Guadalupe, en donde grupos voluntarios especializados en primeros auxilios, brindan ayuda a los peregrinos.
En la Calzada de Guadalupe, dos chicas jóvenes llevan a un hombre en silla de ruedas, que lleva un globo azul con una virgen. Ellos me platican que hicieron dos horas caminando, desde la alcaldía Venustiano Carranza.
Alejandra Paredes, comandante del grupo Mandrágora, perteneciente al ERUM, se dedica a auxiliar a las personas que visitan la Basílica y comenta, que las lesiones más comunes entre los peregrinos son luxaciones, fracturas, ampollas y descompensaciones físicas .
El grupo Mandrágora, es el único puesto de ayuda que cuenta con intérpretes para personas sordas, atención especializada en niños y atención a mascotas
Durante el recorrido sobre la calzada que históricamente es el punto de reunión de millones de feligreses cada año, las personas de la capital aprovechan para ofrecer productos relacionados con la virgen. Desde playeras de 45 pesos, tazas, collares y pulseras. Además, algunos negocios rentan el servicio de sanitario por 10 pesos.
Por otro lado, familias enteras, se organizan para regalar comida y agua a quienes visitan a la Virgen de Guadalupe.
Conforme me acerco a la Basílica de Guadalupe me encuentro a muchas personas de rodillas o cojeando, por el cansancio.
En cuanto la gente llega a la entrada de la Basílica, la gente se persigna en forma de agradecimiento por haber llegado a su deseado destino.
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