23 octubre, 2022
Tras sufrir acoso laboral por parte de sus superiores, finalmente despidieron a un trabajador de la Secretaría de Bienestar del gobierno federal. Lo acusaron de hackear los archivos de la dependencia.
Texto: Kau Sirenio
Foto: Alexis Rojas
CIUDAD DE MÉXICO. – Llegó a la cita con una carpeta bajo brazo. Del los folders saca unas hojas para explicar las peripecias que ha sorteado desde que el abogado general de la Secretaría de Bienestar lo acusó de hackear archivos de esta dependencia federal. Sin embargo, en la carpeta de investigación a Leonardo Hernández Rejón se le acusa de robo de información y de un USB.
“Como no sabían cómo despedirme me acusaron de robar la información” sostiene Leonardo Hernández.
Respira profundo y suelta: “Cuando un compañero me dijo que tuviera cuidado porque había un virus en la red, se me hizo extraño porque en 15 años que trabajé en ese piso de la Secretaría de Bienestar nunca pasó, me avisaron”.
Hernández Rejón dice que el comentario sobre el virus fue en la mañana del 3 de julio. En la tarde de ese día le confirmaron el origen de malware:
“A las dos de la tarde, el mismo compañero me dice dónde salió el virus y me adelantó que del director que se llama Miguel Ángel García Gómez. Él descarga software por internet y hace sus compras”.
Agrega: “Él y un tal Kevin hacen compra por internet y que crees, le anotaron un gol cuando compraron un software para poder manipular en PDF y ahí le mandaron el virus. Lo cierto es que en otro piso si había un spam, pero no pasaba a más porque está aplicación no es dañino”.
En entrevista con Pie de Página, Leonardo Hernández Rejón asegura que a partir de que surgió este virus, el director general para validación de beneficiarios, Miguel Ángel García Gómez empezó a acosarlo en el trabajo.
Tres días después de que se detectó el código malicioso, Leonardo se encontró de nuevo con el mismo informante. Le adelantó que iban a formatear los disco duros de todas las maquinas de todo el piso.
“Empezaron a trabajar. Yo me movía entre los usuarios que pertenecía, en la dirección general de Bienestar para niños, niñas y adolescentes. Le comenté a mi jefe inmediato, Arturo Juárez Flores lo que estaba pasando y me dijo que ejecutara el programa para prevenir que no se infectaran los demás equipos” recapitula.
La función de Leonardo en el piso 18 de la Secretaría de Bienestar era el mantenimiento de equipos de cómputos, esto incluye revisar e instalar antivirus con el fin de que no se infecten los archivos. En la pandemia, su turno era de 9:00 de la mañana y se retiraba a las dos de la tarde. Los viernes no se presentaba a trabajar debido a que cuenta con permiso.
Así que no se presentó a trabajar el viernes 8 de julio. Sin embargo, en la tarde su jefe inmediato lo buscó, pero no alcanzó a revisar su celular porque tenía fallas técnicas. El sábado le marcó un compañero de trabajo a la esposa de Leonardo Hernández para avisar que lo estaban buscando y que revisaron su correo electrónico.
“El mensaje decía: ‘Leo, por instrucciones de la Directora General del Bienestar para Niñas, Niños y Adolescentes, Jasmín San Martin López, que te presentes mañana sábado a las nueve de la mañana’, como el mensaje lo vi tarde, entonces no me presenté. Sino hasta el lunes. Encuentro la oficina con la puerta abierta. Avisé a mi jefe y le pregunto por qué abrieron la oficina y me dijo que la directora pidió hacer unos ajustes, por eso lo abrió” reconstruye Leonardo.
El técnico en informática toma aire y empieza a hilar paso a paso lo que vivió después. Primero no le dejaron entrar al piso 18. Luego le pusieron vigilancia. Después lo llamaron para firmar un interrogatorio que terminó con una acta que llegó a la Fiscalía General de la República (FGR).
“Minutos antes de la jornada, me abordó Miguel Ángel para pedirme lo siguiente: el IP de la máquina y los programas instalados. El IP es un número de la máquina que sirve para conectarse a la red y la dirección física de la máquina es el código de la máquina donde se clasifica, has de cuenta que es el curp que tiene la maquina” describe Hernández rejón.
Sin embargo, ese sería su último día de trabajo en el piso 18. El 13 de julio no lo dejaron entrar a su oficina. Dos policías lo esperaban para impedirle el paso: “Llego a las nueve de la mañana y encuentro que el elevador del piso 18 se detenía. Así que subo al 19 para bajar por escalera pero no me dejan entrar”.
Agrega: “Ahí encuentro con un par de policía que piden mis datos, Miguel Ángel García Gómez estaba a un metro y medio detrás de los policías, di mi nombre, Leonardo Hernández Rejón. Un policía preguntó si podía entrar y él director general de para validación de beneficiario, dijo que yo no podía entrar”.
El policía le contestó a Leonardo que son instrucciones de Miguel Ángel, así que avisó a su jefe, Arturo Flores de lo que pasaba en el piso 18. “En la oficina tenía cosas personales como un disco duro para respaldar mis archivos. Ya no pude recuperarlo porque no me dejaron entrar. Pedí hablar con Miguel Ángel pero se negó. Así estuve hasta el viernes, que sube un grupo de cuatro personas: el director general de recurso materiales, el subdirector de seguridad, un policía y el jefe de protección civil que dejaron en mi área de trabajo como vigilante. No sabía por qué, pero me lo dejaron ahí, cuando iba al baño me seguían por todas partes. No tenía nada de privacidad” recuerda.
El acoso en contra de Leonardo llegó al límite cuando el abogado general de la Secretaría de Bienestar, Alejandro Gonzalo Polanco Mireles le comunicó que estaba acusado de robo de padrones, USB, mal uso de información y hacker: “Es que hackeaste la máquina del director general” le dijo Polanco Mireles.
Luego le avisaron que lo iban a interrogar para levantar un acta y que sería a las 17 horas: “Vamos a levantar un acta en la fiscalía para dejar en claro que no pasó nada, tú no te preocupes, todo saldrá bien solo es trámite por oficio”, le habrían prometido.
En la conversación, Hernández Rejón dice que el día del interrogatorio estaba el director general de normatividad y asuntos contenciosos, Pablo Miguel Sanchez Ramos de la Secretaría de Bienestar. Él redactó el acta.
“Me preguntaron mi función y le dije que de 2008 a la fecha estaba por concepto de honorarios y mi función era en el área de soporte técnico, enlace entre la dirección general y técnica de la dirección de informática. Que cruzábamos información para atender el piso y a los usuarios, creación de cintillos, clave de usuarios, extensión telefónica, asesoría para el uso de computadoras y de las laptop”.
Después del interrogatorio que duró dos horas, Leonardo se percató al leer el acta que había una persona que lo estaba acusando: “Pedí que se identificara pero no lo presentaron. Lo que hicieron fue quitarlo y poner que diferente áreas de la Secretaría me estaban acusando. No me entregaron la copia ese día, tuve que andar detrás de ellos pero ni aún así me lo dieron”, denuncia.
Recuerda que el lunes 25 de julio se presentó pedir la copia del acta pero le dijeron que no la tenían, mientras esperaba el documento le llegó el aviso de la FGR: “Cuando recibí el citatorio de la Fiscalía sentí que el cielo. Le comenté a. Mi jefe inmediato y a todos los demás de lo que pasaba, ellos me dijeron que me tranquilizara que ellos iban a ver la forma de como ayudarme”.
El perito que recibió a Leonardo en la Fiscalía le dijo: “Lo único que quieren hacer es correrte pero no encuentran la forma de hacerlo, porque todo lo que me mandaron no dicen nada, no hay prueba contundente. No te culpan de nada”, le dijeron.
Adentrado en la entrevista, Leonardo va deshojando el expediente que le armaron en la Secretaría de Bienestar. Saca un legajo primero y empieza a explicar el contenido, en poco tiempo ya sabe de lenguaje jurídico: “Mira, estos son anexos, las únicas pruebas que presentan son capturas de pantallas, eso no son pruebas acusatoria. Les pedí que mostraran los videos pero tampoco lo han presentado” recapitula.
Agrega: Cada vez que entras a un computadora, genera un carpeta y clave de los usuarios, entonces lo que presentan son captura de pantalla de las computadora. Los demás son fotografía como de celular, no aparece ni el nombre del usuario ni acceso a la computadora que yo tenía. Dice aquí que me robó la clave de la controlaría social que a nadie le sirve porque es un sistema donde ingresan información”.
La información que supuestamente Leonardo se robó está la de diagrama de flujo del pago del semestre julio- agosto; el calendario de pago, cincuenta claves de tarjetas, pero no hay listado de estado bancario donde fueron extraído el dinero de los beneficiarios.
Hernández Rejón pidió a al FGR que se le realice peritaje cibernético a las computadoras para deslindar responsabilidades: “Pedí que se hicieran peritaje a las maquinas, pero hasta ahora no tenemos respuesta sobre la revisión de los equipos que tenía asignados”.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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