La prevención que sí funciona: los servicios de análisis de sustancias

11 abril, 2022

En México, el Programa de Análisis de Sustancias es el primer esfuerzo impulsado desde ReverdeSer Colectivo y otras organizaciones civiles, para replicar este modelo de reducción de riesgos y daños en el uso de sustancias

Por Monserrat Angulo* 

Cada 31 de marzo se conmemora el Día Internacional del Análisis de Sustancias (Drug Checking Day). Esta iniciativa, promovida por organizaciones civiles de todo el mundo, se enfoca en visibilizar la importancia de los servicios de reducción de riesgos y daños en los sistemas de salud pública. En particular, su objetivo es promover los diversos Servicios de Análisis de Sustancias (SAS) como una de las estrategias que está demostrando tener un impacto positivo en la prevención de usos problemáticos y sobredosis, así como en la generación de información sobre prácticas de consumo. A la par, ha ayudado a establecer una sinergia entre distintos actores clave, incluidas las personas usuarias de sustancias psicoactivas y sus comunidades.

A nivel internacional existe preocupación por la expansión y diversificación del mercado de drogas sintéticas y nuevas sustancias psicoactivas. En nuestra frontera norte se reporta un aumento de la presencia de fentanilo en opioides  y, en Latinoamérica, la muerte de más de 25 personas y 40 hospitalizadas ocurrida en Argentina por la adulteración de cocaína, reflejan la necesidad de colocar este tema al centro de la discusión pública y bajo un esquema de salud.
La falta de regulación de las sustancias psicoactivas y el desconocimiento de las nuevas sustancias que circulan en los mercados ilegales representan un problema de salud pública que pone en riesgo la vida de la población usuaria de sustancias. En ese sentido, es necesario repensar las estrategias que los Estados están implementando para hacerle frente.

Los servicios de análisis de sustancias son una estrategia de salud pública que existen desde hace cincuenta años. Los servicios operan bajo modelos específicos con base en los diferentes contextos y emplean una variedad de técnicas para aplicar ensayos químicos a muestras de sustancias sintéticas (polvos, pastillas, cristales, papel secantes, etc.), con la intención de conocer su composición, y así identificar la calidad y la presencia de sustancias adulterantes o sustitutas.

Esta medida ofrece elementos prácticos para la disminución de riesgos en el consumo de drogas y contribuye al monitoreo de nuevas tendencias en los mercados ilegales. Asimismo, se complementa con consejería personalizada e información sobre los efectos y riesgos de las sustancias, con el fin de que la persona usuaria pueda tomar decisiones sobre sus consumos basados en el cuidado a la salud personal y comunitaria.

Estos servicios aparecieron por primera vez en Estados Unidos a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta, durante el auge del movimiento anti-guerra y la cultura psiquédelica. Más tarde, en 1990, se propagaron por Europa, principalmente en los Países Bajos, en respuesta a la popularidad de los eventos de música electrónica y el uso de MDMA y otras drogas sintéticas.

De acuerdo con el estudio Drug checking services for people who use drugs: a systematic review, al menos 31 servicios de análisis de sustancias se encontraban operando en 2017 a lo largo de 20 países, entre ellos México y Colombia. Estas intervenciones se realizan en salas de consumo supervisado, en las calles y en espacios festivos. Es decir, en lugares donde las personas usuarias consumen las sustancias. Además, se complementan con la entrega de kits de higiene y de reducción de daños que incluyen parafernalia para personas usuarias de drogas inyectables y de estimulantes fumables que reducen las probabilidades de heridas, infecciones y transmisión de enfermedades.

Existen múltiples métodos químicos para analizar las sustancias, que van desde los más complejos que requieren de maquinaria sofisticada y de alta tecnología, hasta los más accesibles y comunes como lo son el uso de reactivos colorimétricos y tiras reactivas. Éstos últimos suelen ser utilizados por comunidades de personas usuarias en intervenciones breves basadas en la educación entre pares en festivales y espacios de vida nocturna, contextos caracterizados por una alta prevalencia de consumo entre la población joven.

En estos escenarios y con la intención de recabar datos para demostrar la pertinencia de estas intervenciones de prevención en la garantía del derecho a la salud e información, algunas organizaciones nos hemos dado a la tarea de realizar investigaciones in situ para comprender las dinámicas de consumo, los motivos para analizar las sustancias, así como los comportamientos de riesgo y las estrategias de reducción de daños que las personas usuarias ponen en práctica al decidir utilizarlas.

Según el estudio mencionado anteriormente, los servicios de análisis influyen en los comportamientos de las personas usuarias, tanto en la intención del uso como en la disminución de prácticas de riesgos asociadas. Eso sucede especialmente cuando los resultados de los análisis resultan negativos, es decir que la sustancia esperada no corresponde con la encontrada*, y además puede ser catalogada como desconocida o de alto impacto para la salud.

Lo anterior puede verse registrado en estudios aplicados a población joven usuaria de sustancias en Estados Unidos, donde la detección temprana de fentanilo ayuda a crear una adecuada percepción del riesgo y así ha logrado reducir los casos de muertes por sobredosis. De igual forma, las personas usuarias han incorporado diversas estrategias de cuidado ante el resultado negativo de las pruebas como desechar la sustancia no esperada, consumir una dosis menor a la habitual y alertar con información oportuna a sus círculos cercanos.

En México, el Programa de Análisis de Sustancias (P.A.S) es el primer esfuerzo impulsado desde ReverdeSer Colectivo y otras organizaciones civiles, para replicar este modelo de reducción de riesgos y daños. Entre 2015 y 2019, acudimos a más de 30 festivales y eventos en la Ciudad de México y estados cercanos, donde se aplicó una intervención de salud integral y un protocolo de investigación. En próximos artículos compartiremos los resultados obtenidos, así como una actualización de las actividades que hemos realizado en los últimos meses. 

* Coordinadora de áreas y programas en ReverdeSer Colectivo. 

* La sustancia esperada es aquella que la persona reporta en la toma de muestra, mientras que la sustancia encontrada es la que se identifica después de la aplicación de los ensayos químicos. Cuando la sustancia esperada corresponde con la encontrada el resultado final se considera positivo.

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