19 septiembre, 2020
En algunos casos fue evidente que había intención por desinformar a las comunidades; pero en otros, esta deformación y la propagación de noticias falsas fue producto de la incertidumbre y vacío que dejaron las autoridades
Texto: Ángeles Mariscal
Foto: Isabel Mateos
TUXTLA GUTIÉRREZ.- “Unos tenían acceso a la información, otros no; unos tenían acceso a cubrebocas, otros no”. Así resumió Leonardo Toledo Garibaldi la situación de inequidad sistemática que afecta a pueblos y comunidades indígenas; inequidad que se vio potenciada por la pandemia de covid-19.
La falta de acceso a la información durante los primeros meses de la pandemia, fue caldo de cultivo para la propagación de rumores, ataques a personal de salud, incendios, saqueos. “Lo que estuvo en juego fue la vida de las personas”, explicaron Leonardo Toledo y Maximiano López Pérez, de Chiapas; Aukwe Mijarez, wixárika de Jalisco; y Patricia Emiliano Franco, de Puebla; comunicadores indígenas y especialistas.
Durante el conversatorio “Desenmascarar la desinformación”, que se llevó a cabo en el marco de la “Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales 2020” –organizado por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali)–, los comunicadores hicieron una retrospectiva de los casi ocho meses que han pasado desde el primer contagio de COVID-19 en México. En esta retrospectiva donde plantearon los afrontamientos y salidas que se han construido en este periodo, para que pueblos y comunidades accedan a información para tomar decisiones.
Estas cuatro personas especialistas han colaborado en proyectos de comunicación para pueblos indígenas, surgidos de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie, y apoyados por DW Akademie, un organismo alemán que fortalece el derecho humano a la libertad de expresión, los medios independientes y el periodismo responsable.
Julia Manske, representante de DW Akademie en México, y moderadora del conversatorio, explicó que durante la pandemia, hubo un incremento acelerado de desinformación e información falsa “que se propagó como un nuevo virus”; y dificultó a las personas orientarse con la información correcta que se necesitaba. Esta situación “se convirtió en un tema de vida o muerte”.
En el caso de Chiapas, Toledo Garibaldi refirió que la inequidad preexistente que afecta con mayor fuerza a comunidades indígenas, se hizo mucho más presente y con mucha crudeza, tanto en acceso a la información, como en el acceso a servicios y medidas de prevención ante la pandemia.
“La información estuvo orientada a las grandes cuidades y contextos urbanos. No se adaptaron los mensajes para que pudieran llegar a los pueblos y comunidades indígenas. No se construyeron nuevos mensajes para este sector poblacional».
Detalló que ante este vacío de información, y la necesidad de la población de tener certezas, lo que empezó a circular a través de cadenas y redes sociales, fue «la desinformación”.
Maximiano López Pérez, indígena tsotsil, narró que la desinformación dio pie a rumores, ataques a personal de salud, incendios, saqueos. En algunos casos fue evidente que había intención por desinformar, pero en otros, esta deformación y la propagación de noticias falsas fue producto de la incertidumbre y vacío que dejaron las autoridades.
Ante este panorama, fueron las radios comunitarias y Organizaciones No Gubernamentales, las primeras en producir información dirigida a los pueblos originarios. También medios independientes como Perimetral en Jalisco, LadoB en Puebla, y Chiapas Paralelo en Chiapas. Este último construyó un canal de comunicación a través de whatsapp, en tsotsil, tseltal y chol.
“Los informativos que se producían, se fueron compartiendo como cadenas que pasaban a otras cadenas. Así se aterrizó la información a las comunidades, con traducciones adaptadas a las lenguas indígenas”, explicó Maximiliano.
Aukwe Mijarez detalló que en el caso de Jalisco, la información sobre la pandemia llegó a través de radios comunitarias. “En la sierra las personas no tenían acceso a la tecnología. La información se dio a autoridades para que lo tradujeran”.
Recobró importancia la comunicación oral, y los procesos de los pueblos y su espiritualidad. “Las comunidades lo tomaron con calma y precaución, se realizaron ceremonias tradicionales para hablar con la enfermedad; le ofrendaron, y solicitaron que no afectara a la comunidad; se diálogo con la enfermedad, con la Madre Tierra”, explicó Aukwe.
Patricia Emiliano Franco explicó que esta ha sido una “época de incertidumbre y discriminación”, donde fue evidente que algunas comunidades “no tienen acceso a telefonos y medios de comunicación, apenas y tienen para pagar la luz”.
Las autoridades -señala- no explicaron medidas para protegerse del virus. Las medidas se impusieron. “No adaptaron, por ejemplo, la posibilidad de sustituir el cubreboca con el rebozo (…) y el
distanciamiento social ha sido un golpe, porque el acercamiento físico como el saludo con las manos, es una práctica cultural”.
Las lecciones ahora para «Desenmascarar la desinformación» -coinciden los cuatro especialistas-, es valorar la importancia de construir o fortalecer el diálogo entre autoridades y pueblos, el entender las diferentes interpretaciones de la realidad, y el hecho de que no hay verdades absolutas.
También recuperar los espacios comunes, las asambleas comunitarias, los medios de comunicación comunitarios. “La experiencia fue ayudando a discernir, refirió Maximiliano.
Periodista independiente, fundadora del portal Chiapas Paralelo[www.chiapasparalelo.com] y colaboradora de CNN México y El Financiero. Tener en nuestro lugar de origen las condiciones para forjarnos una vida digna es un derecho, y migrar cuando esto no sucede, también lo es. Desde esta perspectiva cubro el tema migratorio.
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