Un documental sobre la danza en tiempos de pandemia nos arroja las reflexiones de artistas que, aún con todo en contra, decidieron expresar sus emociones y darle sentido a la muerte, pero también a la vida
Texto: Andrea Sarmiento
Foto: Tomada del trailer
CIUDAD DE MÉXICO. – La cuarentena fue un punto de quiebre a nivel global. Meses de muchas preguntas y pocas respuestas. En los países reinó el miedo a la muerte, a la enfermedad, a la crisis y a un futuro incierto. Pero así como el virus sacó a la luz todos estos temores humanos también sirvió como tiempo de autocrítica.
El encierro nos dio la oportunidad de pensar, de cuestionarnos nuestro papel en el mundo, nuestras relaciones y nuestras decisiones; nos hizo ver y modificar (no a todos) nuestras conductas. Sacó lo mejor y lo peor de cada persona. Por un lado vimos muestras de amor, de solidaridad y empatía; por el otro, observamos un aumento en la violencia, en los discursos de odio y una gran polarización entre las personas, crecieron los abusos y la intolerancia.
En respuesta a la situación mundial, hubo quienes se refugiaron en el arte. La novena infinita es un documental dirigido por Jazim Meza y Ricardo Yahuaca que muestra todos los sentimientos que hay detrás de la danza.
Muestra la historia de La Infinita Compañía, dirigida por Raúl Tamez, que en 2020 presentó una coreografía con la Novena Sinfonía de Beethoven en conmemoración del aniversario 250 de su nacimiento. Lo hizo bajo el contexto de una pandemia mundial, cuando esta estaba en uno de sus puntos más altos y dominaba la incertidumbre; los bailarines y el director nos cuentan el impacto que este suceso ha tenido en su desarrollo como artistas y cómo estas emociones son plasmadas en escena.
El montaje está dedicado a todos los fallecimientos a causa del virus, pero también, a las muertes por las distintas violencias que hay en el mundo.
Los bailarines nos cuentan todo lo que hubo detrás del escenario desde un enfoque personal, cada uno habla de lo que la sinfonía les significa y a pesar de que todos lo viven de forma distinta, se unen por un punto en común: expresan su propia historia con el cuerpo. Lo cuerpos se juntan entre sí formando una nueva historia colectiva.
Cada quien tiene una razón distinta para hacer lo que hace y estar donde está, plasman su contexto en sus movimientos para transmitir un mensaje en el escenario.
Rocío, bailarina, habla de lo importante de esta presentación para ella, quien debe interpretar a una verduga, su papel es el de asesinar indiscriminadamente. Siendo la única mujer entre los verdugos, ella baila pensando en las estadísticas de feminicidios en México. Sus movimientos van dedicados a todas las muertas y desaparecidas del país. Marlon, desahoga en la obra sus enojos e inseguridades, lo cual le ha dado el coraje para mantenerse en pie ante una epidemia que agravó la discriminación racial. Bele, nos narra cómo la danza la acompañó durante su proceso como mujer trans, en la música ella encontró un espacio de expresión y libertad.
También, nos hablan del compañerismo que este proyecto generó. Parte de su mensaje es sobre olvidar las diferencias y entender que la situación del momento sobrepasó a la humanidad y que, como en otros sucesos históricos, es importante unirnos y escucharnos para sobrellevarlo de la mejor forma. Entre ellos se convirtieron en un apoyo cercano, eran su interacción más cercana en esa época de aislamiento, por lo que se generaron vínculos que en otro momento hubieran sido más complicados.
Puedes ver la película en este link
https://www.filminlatino.mx/player?type=film&mediaId=9266https://www.youtube.com/watch?v=zSAGTqgSAaE
Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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