22 junio, 2023
Clasismo, racismo y machismo están presentes en la industria musical y marcan la diferencia entre poder, o no, acceder a un gran escenario, ¿cómo construir una escena más diversa y quiénes están apostando por esto?
Texto y foto: María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO. – Karina Cabrera se dedica a analizar la presencia de mujeres en festivales de música como el Corona Capital o el Vive Latino. Se ha dado cuenta que la mayoría de los festivales solo tiene un 30 por ciento de mujeres en sus carteleras. ¿Cómo se puede pensar en diversidad si no hay mujeres y mucho menos disidencias?
¿Por qué es importante la diversidad para la música en una sociedad?
Karina Cabrera lo explica sencillo: “Brindar espacios a proyectos locales y diversos genera profesionalización”
Pero estás brechas, ¿qué las alimenta?
“Hay que tener en cuenta con esta brecha que los festivales son un reflejo de la sociedad. Lo que ves en los escenarios es lo que ves en la sociedad. Y cuando no tienes responsabilidad de estar formando una escena hay un círculo viciosos de la profesionalización” explica.
Esta diversidad no sólo hace falta en los escenarios, también detrás de ellos, en los equipos de trabajo. Cabrera tenía la intención de hacer un conteo de quiénes están trabajando pero le ha sido imposible porque los festivales no entregan los datos.
“Me dicen: ‘hay muchas mujeres trabajando’ pero nunca me mandaron sus listas. (Aunque sí hay muchas programadoras. Por ejemplo los casos más conocidos son el Vive Latino Hypnosis, Bahidora, Ceremonia. También la Red de Festivales de la Cdmx la programa una mujer. Hay muchas mujeres encargadas del backstage y camerinos, por cuestiones de cuidado, organización, atención a talento, lo que siempre estamos a cargo las mujeres, pero en cuestiones más especializadas pocas son encargadas de escenario y enfrentan machismo” cuenta.
¿Y qué hacer ante esto? Karina menciona un caso ejemplar: Bratty, ella no sólo lleva músicas, también tiene una ingeniera de audio que es parte de Jam de Morras. Exige diversidad, pide un mínimo de mujeres y disidencias en los proyectos en los que participa.
Cabrera cuenta que esta falta de diversidad tiene que ver con que quienes están en la organización no conocen otras escenas, no están asistiendo a los eventos fuera de y por ende no saben qué incluir.
Una sugerencia que hace es que haya más de un programador y que estén especializados, que respondan a ciertas escenas, que haya especialistas en perspectiva de género o que conozcan las disidencias porque no se pueden incluir escenas que no se conocen.
¿Y por ejemplo, en el caso de las mujeres, dónde encontrarlas?
“El primer paso para poder encontrarlas es seguirlas, aprovechar las redes sociales que nos permiten conectar con toda una escena que recomienda su escena. (La de mujeres haciendo música) es una escena super activa que organizan hasta 15 eventos semanales en escenarios alternos que tienen una conexión con el feminismo. Hay que notar que desarrollan sus propios espacios desde cafeterías hasta el espacio público y he notado mucho que están creando circuitos de puras mujeres, crean sus propias líneas de trabajo tocando puras morras gestionado por puras morras, arman giras. Están trabajando muchísimo debido a que estos espacios habituales no las contemplan” menciona la experta.
Uno de los pretextos que ponen los grandes festivales es que no tienen calidad o suficiente producción pero Cabrera contabilizó que lanzan 25 sencillos a la semana y en lo que va del año van 47 discos de mujeres. Ninguno ha llegado a los festivales.
“Tienen calidad enorme solo hay que empezar a buscarlas y asistir a los eventos. La mayoría de los eventos donde aparecen son gratuitos, todavía hay generar una escena que esté dispuesta a pagar por estás bandas” menciona.
Pero dentro de los circuitos más alternativos también hay sectas y tampoco son de tan fácil acceso. Israel Ramírez, fundador del proyecto musical Belafonte Sensacional, lo plantea así: “hay una distancia entre el mainstream, el underground y lo marginal. Pareciera que los artistas tuvieran que hacer métodos para ir escalando. Que su música puede ser parte de la escena underground porque tienen ciertos atributos que coinciden con lo underground pero si para lo mainstream lo underground no existe, ¿qué pasa con lo que queda abajo?” cuestiona.
En la Ciudad de México hay una gran diversidad de música que sucede en el subterráneo o en el underground, desde rap hasta ska, música psicodélica, garage. Hay un montón de escenas pero el fenómeno del underground es también un fenómeno de la clase media.
“Si vienes de una clase más baja va a ser una aspiración ser parte de una escena underground. No todo es el Foro 316 o el Perro Negro, también hay música en las colonias, ¿por qué no volteamoas a ver què hace mi vecino metalero o mi vecino el salsero?, ¿por qué no a falta de estos espacios hacemos tocadas en casa o en la calle?” cuestiona Belafonte.
Un ejemplo exitoso de respuesta de creación de circuitos que pone Belafonte es Yecatl Peña y su proyecto Cintas Pepe.
“Toda la escena está junta o centralizada en lo que es el centro de la CDMX pero, ¿qué pasa con Milpa Alta, de Xochimilco, de Tláhuac e Iztapalapa? La única respuesta a esta complejidad es la autogestión y el fomento a la comunidad. Sería bueno ver cómo organizar estos grupos para generar un público dentro de sus propias comunidades. Pienso en Yecatl Peña, tiene este proyecto de Cintas Pepe, de autopublicarse y buscar músicos de su escena y hacer eventos fuera de estos circuitos, en pulquerías, bares, etc., es un buen ejemplo ante este tipo de distancias.
Imaginemos una utopía en la que no tengamos que salir de nuestra colonia para consumir un proyecto artístico completamente interesante y no necesitar ir a un Vive Latino para conocerlo.Porque está ahí, es nuestro” menciona el músico mexicano.
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