6 mayo, 2022
«Los agricultores hacen sus quemas más allá de sus parcelas y así le van ganando terreno al bosque, para cambiar el uso de suelo de forestal a productivo», afirma el director de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, Fernando Ramón Gavito Pérez
Texto: Darinka Rodríguez/Letra Fría
Foto: Letra Fría
AUTLÁN DE NAVARRO, JALISCO. Mayo y junio, la temporada de estiaje. Dos meses en los que los rayos del sol son como látigos de fuego que azotan sin piedad al valle de Autlán. El agua escasea más durante este periodo, como si de repente algún gigante salido de alguna fábula se hubiera chupado toda la humedad de la tierra y el aire, dejando los municipios de la Sierra de Amula y la Costa Sur como uvas pasas, todas deshidratadas.
En estos meses el fuego se vuelve una amenaza latente para los bosques del Área Natural Protegida Sierra de Manantlán. De hecho, de acuerdo con información del director de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, el biólogo Fernando Ramón Gavito Pérez, actualmente existe el reporte de cinco incendios dentro de la reserva, los cuales han afectado una superficie de aproximadamente 120 hectáreas.
Para el biólogo Fernando Gavito, la temporada de estiaje de este año pinta complicada, aunque admite que no tan complicada como la del año 2017, cuando la Sierra de Manantlán perdió alrededor de 15 mil hectáreas de bosque a consecuencia de los incendios forestales.
Precisamente, para trabajar en la prevención y combate de los incendios forestales de esta temporada de estiaje, el pasado 22 de abril se reunió la Comisión de Manejo del Fuego en el Área de Natural Protegida de Manantlán. La reunión se llevó a cabo en las oficinas de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, en Autlán de Navarro, y contó con la participación de representantes de la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila (JIRA), de la Universidad de Guadalajara (UDG), de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), y del Ayuntamiento de Autlán de Navarro.
En abril de 2019, ante la ausencia de un comité regional de atención a incendios forestales, la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán decidió crear la Comisión de Manejo del Fuego, con el objetivo de integrar a todas las dependencias implicadas en la prevención y atención de incendios forestales. El comité ha estado vigente desde entonces, y la del pasado 22 de abril, es la segunda reunión que se lleva a cabo durante este 2022.
Entre los acuerdos que se generaron después de esta reunión, el director de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán destacó el fortalecimiento a la difusión de la norma NOM-015 SEMARNAT/SAGARPA-2007, que establece las especificaciones técnicas de los métodos de uso del fuego en terrenos forestales y agropecuarios. Dicha norma señala que es indispensable que cuando los agricultores se dispongan a realizar una quema agrícola, lo notifiquen al Ayuntamiento de su respectivo municipio, para así poder dar un seguimiento puntual de la quema y prevenir un incendio forestal.
Como parte de este acuerdo también hicimos unas pequeñas modificaciones al formato para solicitar permiso para realizar una quema agropecuaria; ahora se debe incluir también las firmas de los vecinos del predio donde se vaya a realizar la quema, y también la integración de la coordenadas del mismo, para así verificar bajo sistemas de información geográfica, si el predio está ubicado en un sitio de riesgo, o si está ubicada en terreno forestal, porque la norma 015, no permite realizar quemas agropecuarias en sitios forestales”, explica Fernando Gavito.
Para fortalecer el control de las quemas forestales, en la reunión también se acordó impulsar a través del comité directivo de la JIRA, fortalecer el marco legal de los reglamentos de ecología de cada uno de los Ayuntamientos Municipales de la región, a efecto de poder sancionar a las personas cuya quema agrícola se salga de control a consecuencia de omisiones en las acciones de prevención a incendios forestales; como la realización de brechas cortafuego, y la notificación en tiempo y forma a las autoridades y vecinos de la parcela respecto a la quema.
“Con estas estrategias no solo buscamos prevenir y atender los incendios provocados por quemas agropecuarios, sino también la problemática del cambio de uso de suelo. Si nosotros vemos humo lo primero que vamos a hacer es confirmar si existe un aviso de quema agrícola; si lo hay quiere decir que el humo que vemos es de una parcela o un potrero y está sujeto a manejo, pero si no, entonces está ocurriendo un cambio de uso de suelo. La mayoría de los incendios forestales que ocurren en la Sierra de Manantlán y en el territorio de la JIRA son por cambio de uso de suelo. Los agricultores hacen sus quemas más allá de sus parcelas y así le van ganando terreno al bosque, para cambiar el uso de suelo de forestal a productivo”, afirma el biólogo.
Entre otras acciones para el combate y la prevención de incendios forestales, la Comisión de Manejo del Fuego en el Área de Natural Protegida de Manantlán, hará una solicitud al Gobierno de Jalisco para que asigne un camión motobomba a la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, en función de tener un vehículo especializado para atender de manera oportuna, incendios forestales de grandes dimensiones que pudieran presentarse durante los meses de mayo y junio.
También se está considerando la posibilidad de adquirir una máquina astilladora, con el mismo proveedor con el que el Ayuntamiento de Autlán adquirió una recientemente, para trabajar en parques y jardines. Este tipo de máquina puede triturar troncos de dimensiones medianas hasta reducirlos a astillas. La propuesta es tenerla operando dentro de la reserva para hacer un mejor manejo de combustibles y reducir la posibilidad de incendios forestales.
Este trabajo fue publicado originalmente en LETRA FRÍA, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar el original.
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