Cientos de personas se reúnen, como lo hacen desde hace décadas, para conmemorar el 2 de octubre de 1968. Pero este año fue diferente: llegan con cubrebocas y su número es menor. Y para evitar contagios no marchan al zócalo.
Texto y fotos: Kau Sirenio
Una línea de zapatos de medio uso forman una espiral en la Plaza de la Tres Culturas de Tlatelolco; las imágenes de los calzados ilustran el lugar como si fuera un campo de batalla. El color de la vestimenta y el cabizbajo de los asistentes confirma que en esta plaza fueron acalladas las voces de miles de estudiantes.
Unos repiten el grito “Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos”; y más al fondo se escuchan canciones de protesta que reclaman lo mismo. Justicia, memoria y castigo.
Así transcurren las actividades de protesta, que empezaron desde las diez de la mañana para conmemorar 52 años de la represión del Estado mexicano en contra de los estudiantes universitarios que demandaban Libertad, justicia y democracia.
Los comerciantes ofrecen banderines y playeras a cientos de personas que se reúnen aquí, como lo hacen desde hace décadas, para conmemorar la matanza del 2 de octubre de 1968. Pero este año, llegan con cubrebocas y gel antibacterial; y su número es menor.
En el templete montado frente al edificio Chihuahua, desfilan sindicalistas, universitarios, normalistas, feministas, campesinos y padres de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014.
La intervención de la señora Joaquina García, madre de Martin Getsemaní Sánchez García empezó con la consigna de “Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos”. Luego demandó la presentación con vida de su hijo, quien es víctima de desaparición forzada desde hace seis años, cuando fue a Iguala por los autobuses que ocuparían para trasladarse a esta marcha.
“Muchas gracias a las organizaciones sociales que se encuentran aquí exigiendo justicia desde hace 52 años, ustedes siguen aquí con el movimiento. Nosotros a seis años de la desaparición de nuestros hijos seguimos en esta lucha exigiendo la presentación con vida de nuestros hijos, pidiendo justicia. Sabemos que los militares cometieron esta barbarie, pero no se mandan solos, el gobierno los manda, como en el 68 que fue ordenada por Díaz Ordaz”, dijo, y agregó:
“Los estudiantes que estaban aquí solo exigían sus derechos. Por pensar diferente los jóvenes sufrieron la represión y fueron asesinados en 1968. La razón por la que nuestros hijos están desaparecidos es por organizarse para venir a esta protesta; porque tenían que reunir 25 camiones que le tocaba a Normal de Ayotzinapa”.
La banda conocida como La última rima extrae entre la memoria pasajes de la historia reciente del país: “El movimiento estudiantil del 68 vino en un contexto social, político y cultural. Aquí intentaron silenciar a miles de jóvenes, pero no pudieron, porque aquí seguimos resistiendo”.
Antes de que un integrante del comité de 68 subiera al templete para recordar los sucesos en esta plaza, del lado norte del edificio Chihuahua surgen gritos a todo pulmón de los normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas de México con su añeja consigna: “Vestido de verde olivo, políticamente vivo, no has muerto no has muerto camarada”.
Los sobrevivientes llegaron antes de las diez de la mañana a la plaza de la Tres Culturas para colocar la ofrenda floral ante la estela de Tlatelolco, ahí Guillermo Vázquez integrante del comité de 68, y que en aquel año era presidente del comité de huelga de la vocacional 4 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), narró un poco de ese día.
“A 52 años de la masacre de Tlatelolco, veníamos aquí con la intención de denunciar la masacre ocurrida en el casco de Santo Tomás del 23 de septiembre [del 68]; entre otras cosas empezábamos las pláticas con los representantes del gobierno federal para terminar nuestro movimiento; pero en lugar de plática hubo balazos, hubo masacre, hubo asesinato y a 52 años seguimos pidiendo justicia pedimos que se lleve a juicio a Luis Echeverría” demandó Vázquez.
Luego vino la lectura del pronunciamiento del comité del 68, que entre otras cosas demandaban justicia y castigo a los responsables de la masacre. Luego advirtieron que por primera vez en la historia de los 52 años no habrá marcha hacia el zócalo de la Ciudad porque no hay condiciones debido a la pandemia de la covid-19.
No hubo luz de bengala, pero justo a las 18: 11 de la tarde integrantes del comité 68 levantaron el puño izquierdo para guardar un minuto de silencio por los caídos de hace 52 años que fueron asesinados en esta plaza por el Batallón Olimpia y el Ejercito mexicano.
Ahí, uno de los del comité dijo: “Había dos posturas políticas opuestas, sin embargo, se avanzó en los acuerdos. El primer acuerdo fue, reunirse al día siguiente para que cada una de las partes llegara con una propuesta de cómo abordar el dialogo público que era una condición para poder desarrollar las negociaciones en la revisión de pliego petitorio, ese era fundamental” recordó.
Luego extrajo otra parte de la historia: “Les pidieron a nuestros delegados que no se realizara la marcha que los compañeros habían previsto de Tlatelolco al casco de Santo Tomás que estaba ocupado por diversas fuerzas del Estado, policías, elementos del ejército y todas las policías que actuaban aquí en la Ciudad, nosotros decidimos mantener ese acuerdo, cuando comienza la lista de oradores y ésta por informar de los acuerdos que habían tomado esa mañana e informar que iniciaría el proceso de dialogo del pliego petitorio. En eso estábamos cuando vinieron los primeros disparos”.
Así ocurrió la protesta con actividades culturales y político para recordar los 52 años de la masacre de estudiantes universitarios. Ahora con el agregado de la pandemia que desmovilizó a los manifestantes que llegaban a este lugar para conmemorar la memoria de los caídos.
A pesar de que el Comité 68 anunció que no se intentaría llegar al Zócalo, por la tarde un grupo de jóvenes intentó avanzar sobre eje central hacia el corazón del país. Sin embargo, no lo logró porque un dispositivo de policía del gobierno de la Ciudad de México contuvo la marcha. Como en el zócalo capitalino hay un plantón del Frente Anti Amlo (Frenaa), el que llegara un bloque negro podría generar una trifulca, alegaron las fuerzas de seguridad. Así que la policía fue replegando de regreso hacia Tlatelolco. Hubo trifulcas. En total hubo seis lesionados; dos de ellos resultaron quemados con cohetones.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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