Gertrudis Bocanegra fue una de las propagandistas más importantes de la Independencia. Esta guerrillera articuló comunicaciones y recursos para los rebeldes. Su participación —hasta ahora reconocida— la pagó con la muerte
José Ignacio de Alba @ignaciodealba
La importancia comercial de Pátzcuaro le valió ser considerada la capital de Michoacán durante la colonia. La oligarquía de comerciantes fincó sus privilegios en una explotación rampante. Ahí, donde la riqueza se vislumbró en palacetes y vidas reales, también nació uno de los frentes de guerra más importantes de la región.
Gertrudis Bocanegra no era ajena a ese mundo de privilegios. Era hija de españoles, además de que recibió educación; una concesión desacostumbrada para las mujeres de la época. Incluso, cuando Bocanegra se comprometió con Pedro Advíncula, la familia Bocanegra se opuso al matrimonio. Sobre todo, por diferencias de “sangre”. El muchacho de provincia apenas podía demostrar que era “español moreno”, a pesar de ese mestizaje adornado la boda se celebró en febrero de 1784.
Actualmente, frente a la Plaza Vasco de Quiroga, en el centro de Pátzcuaro, se conserva la casa donde nació Gertrudis. La vieja casona ubicada en el Portal Hidalgo #73 fue convertida en hotel.
El imperio español era decadente después de 300 años de colonia, las autoridades virreinales se habían enriquecido por la corrupción; los cuerpos religiosos cruzaban por una decrepitud moral, al mismo tiempo que se beneficiaban del pillaje y el saqueo; los potentados mantuvieron sus privilegios gracias al acaparamiento y la explotación. Naturalmente las conspiraciones contra el gobierno estaban extendidas por todo el territorio.
El Grito de Dolores de Hidalgo en Guanajuato prendió la pólvora. Michoacán, no fue la excepción. En 1810 Gertrudis Bocanegra utilizó su casa para hacer reuniones clandestinas, además ayudó a articular al bando insurgente en la región. Mientras que su esposo y su hijo se unieron al regimiento de Valladolid, que se incorporó a los batallones populares de Hidalgo que se dirigían a Guadalajara. El esposo y el hijo de Gertrudis Bocanegra murieron en combate.
Con ayuda del insurgente Ignacio López Rayón Pátzcuaro estuvo en manos de los insurgentes en 1815. En ese momento se instauró un gobierno insurgente encabezado por Bernardo Abarca, pero tiempo después el militar realista Agustín de Iturbide volvió a tomar la ciudad para la corona española. Abarca fue fusilado.
Con el regreso del gobierno despótico Gertrudis Bocanegra se involucró como espía. Pero la mujer fue delatada y encarcelada en la calle Ibarra #14, en el centro de Pátzcuaro.
Gertrudis Bocanegra fue fusilada el en un fresno de la plaza vasco de Quiroga, actualmente en el lugar se conserva una placa que dice “Al pie de este árbol fue fusilada Doña Gertrudis Bocanegra el 11 de octubre de 1817 por los enemigos de la Independencia”.
Hace unas semanas la jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum develó una estatua de Gertrudis Bocanegra en Paseo de la Reforma. La gobernadora aseguró que se trataba de reivindicar el papel de las mujeres en la historia: “el que no haya mujeres en el Paseo de la Reforma es una violencia que somete, aniquila y determina un presente, pero también aniquila un futuro; el silencio histórico se vuelve un ancla que invita la complicidad y dificulta el cambio”.
Ese día se develaron también estatuas de Josefa Ortiz, Sor Juana Inés de la Cruz y Margarita Maza.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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