Es lugar común decir que cuando se recibe un premio que perjudica en lugar de beneficiar se sacó “el tigre de la rifa”. Pero en el caso de la maestra Delfina Gómez la definición se queda corta

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Era el proyecto del sexenio.

El 12 de junio de 2003 el entonces presidente Vicente Fox Quesada puso en marcha las obras para construir el Ferrocarril Suburbano de la Zona Metropolitana del Valle de México.

Fue un proyecto ambicioso. El plan original contemplaba construir vías de dos mil 395 kilómetros de extensión.

La idea era comunicar toda la zona centro del país con el occidente, a través de líneas que se extendieran desde Buenavista a Cuautitlán, Estado de México, así como ramales al lujoso barrio de Polanco, el municipio marginado de Ecatepec y hasta un tren bala desde Querétaro hasta Guadalajara.

Para que el negocio fuera viable se necesitaba que la mayoría de las rutas de peseros, chimecos y autobuses urbanos del oriente del Estado de México modificaran sus rutas para conectarse con las estaciones del Tren Suburbano.

De esta manera se aprovecharía totalmente la capacidad de movilidad del ferrocarril, y sería además un alivio en la jornada cotidiana de millones de personas.

Nada de eso ocurrió. En unos días se cumplen 20 años del inicio del proyecto, y el Tren Suburbano sigue subutilizado. Del proyecto original sólo quedan archivos de prensa.

La razón: jamás se pudo cambiar el trazo de las rutas de transporte urbano. Las mafias que controlan el servicio fueron más poderosas que los gobiernos de Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y Alfredo del Mazo.

La anécdota es una muestra de lo que espera a la maestra Delfina Gómez al asumir el gobierno del Estado de México.

La entidad padece una de las situaciones más complejas del país, con altos niveles de delincuencia, inseguridad, corrupción, pobreza, contaminación y, sobre todo, clientelismo político y corporativismo.

Lidiar con esta explosiva mezcla social no será nada fácil.

Por ejemplo, en municipios del oriente como Ixtapaluca, Chalco o Chimalhuacán la maestra enfrentará la oposición de grupos como Antorcha Campesina, que desde hace un par de décadas se apoderaron por la fuerza del control político de la zona.

Se trata de una organización cercana al PRI, que en los años 80 y 90 fue utilizada como ariete paramilitar para combatir la organización campesina independiente en algunos estados como Puebla, Michoacán o Veracruz.

También fue el brazo armado de Carlos Salinas de Gortari para contener el avance del Frente Democrático Nacional -luego PRD- en Michoacán.

Un problema similar se ubica en el sur del estado, sobre todo los municipios vecinos a Guerrero y Michoacán que forman parte de la región conocida como Tierra Caliente.

En Luvianos, Tejupilco, Tlatlaya, Amatepec o Zacualpan, entre otros, desde hace cinco años existe una violenta disputa territorial entre La Familia Michoacana y el Cartel Jalisco Nueva Generación.

A esto se suma la operación de bandas más pequeñas de narcomenudeo, extorsión, homicidios, secuestro y robo que controlan las calles de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Cuautitlán, Tlalnepantla, Atizapán, Nicolás Romero, Coacalco y una veintena más de municipios.

En ese mismo camino se encuentran los policías que se encargan de la vigilancia y seguridad en los municipios conurbados con Ciudad de México.

De acuerdo con organizaciones civiles las corporaciones policíacas mexiquenses se encuentran entre las más corruptas del país.

Los gobiernos de Huixquilucan, Naucalpan, Atizapán de Zaragoza y Cuautitlán Izcalli, por ejemplo, suspendieron la aplicación de multas de vialidad para evitar que los agentes de tránsito extorsionen a los conductores.

A su vez la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción reveló que, en lo que va del año, más del 70 por ciento de sus investigaciones son en contra de policías municipales, estatales y agentes del Ministerio Público.

No es todo. La mayor parte del transporte público del Estado de México es controlada por grupos de concesionarios que impiden cualquier modificación que afecte sus intereses.

De hecho, según algunos especialistas el 80 por ciento de las unidades donde se mueven 18 millones de pasajeros es chatarra.

Existe, además, una mala planeación en el sistema de movilidad.

En algunos municipios conurbados a Ciudad de México existe saturación de rutas concesionadas, mientras otras zonas como Toluca o Metepec carecen de un sistema masivo de transporte, como el Mexibús.

Son algunas caras del monstruo que heredan Delfina Gómez y su equipo, pero hay otras. Por ejemplo, el Estado de México ocupa el primer lugar del país en feminicidios.

Datos del Sistema Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que en 2022 en esa entidad se cometieron 140 asesinatos de mujeres que oficialmente fueron reconocidos como feminicidios.

La tendencia se mantiene este año. En el primer trimestre las estadísticas registraron 25 casos.

La cifra puede ser mayor porque la Fiscalía mexiquense tiene una alta resistencia a clasificar los crímenes contra mujeres como violencia de género.

A este panorama es necesario agregar la resistencia de empresarios y políticos vinculados al viejo sistema que todavía existe.

Lo más conocido es el Grupo Atlacomulco, fundado en los años 40 y que involucionó en las últimas décadas para convertirse en un consorcio cuasi delictivo de negocios y política sucia.

Pero no es el único obstáculo. La nueva gobernadora se topará con el llamado Corredor azul formado en algunos de los municipios conurbados con presencia de grupos conservadores, religiosos y clasistas apadrinados por el Partido Acción Nacional (PAN).

Con ellos será difícil negociar, contaminada su agenda con la promoción del odio y su rabiosa revancha contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero en el complejo escenario mexiquense son necesarios, aunque sea para que no estorben.

Así el reto para la maestra Delfina Gómez y sus colaboradores. En México cuando alguien recibe un premio que le perjudica en lugar de beneficiar se dice que se sacó el tigre de la rifa.

Es un lugar común, cierto, pero en el caso de la nueva gobernadora mexiquense la definición se queda corta.