El sistema educativo mexicano padece problemas que se han agudizado y hecho más evidentes por la pandemia. Frente a algunos de ellos, la formación ciudadana en la educación básica es una alternativa que ofrece respuestas valiosas, especialmente en cuanto al currículo, tanto explícito como implícito, por ser un motor importante para el desarrollo de capacidades, habilidades y actitudes básicas para la vida en sociedad
Por Mariángeles Alba Olvera * / MUxED
Al referirnos hoy a la educación resulta obligado ubicarla en el contexto de la pandemia y los efectos negativos que ha dejado, especialmente en las niñas, niños y adolescentes (NNA). También ha traído la oportunidad de replantear la educación y asumir seriamente los retos ante el agravamiento de viejos problemas que ya venía padeciendo el sistema educativo.
Entre los problemas educativos que se hicieron evidentes con la pandemia, se señalan algunos que refiere Felipe Martínez Rizo, para después plantear la necesidad de la formación ciudadana de las y los estudiantes como una de las formas de dar respuesta a tres de esos retos.
Conviene remitirse al artículo de Martínez Rizo para conocer a detalle los retos que estos problemas plantean y a los que es necesario responder desde distintos frentes.
Lograr una sólida formación ciudadana desde la escuela de educación básica es fundamental para construir una sociedad participativa y democrática que contribuya a ejercer el derecho a aprender a lo largo de la vida, fortalecer la democracia y mejorar la calidad de vida de toda la población. Sin embargo, la tarea no es fácil ni es suficiente el pequeño espacio que ocupa la asignatura de Formación Cívica y Ética en el currículo educativo para lograr este tipo de formación. Para ello resulta imprescindible contar con una metodología adecuada que guíe a docentes y estudiantes en el aprendizaje no únicamente de los contenidos necesarios, sino en el aprender a ser y ejercer su ciudadanía desde la práctica y la vida cotidiana en la escuela.
También es necesario crear una serie de condiciones que desarrollen una cultura democrática y participativa en la escuela. La metodología participativa “Aprender participando” (AP), diseñada por Mariali Cárdenas, integrante de MUxED, se orienta a la formación ciudadana para la participación organizada y democrática de estudiantes de educación básica. Dicha metodología cuenta con un sólido fundamento en la investigación y en la evaluación de su impacto en diferentes contextos mexicanos, tanto escolares como comunitarios.
Las evaluaciones de esta metodología han demostrado su potencial en el desarrollo de capacidades ciudadanas de NNA porque se basa en el aprender haciendo, y su efectividad en docentes y estudiantes que la han llevado a la práctica. Esto ha generado el reconocimiento de AP por su diseño pedagógico y por sus resultados, adicionalmente ha sido estudiada como caso de éxito en diversas publicaciones.
AP propicia que el estudiantado y la comunidad educativa en su conjunto (especialmente a través del Consejos Escolares de Participación Social -CEPS) pongan en práctica sus conocimientos y desarrollen habilidades de liderazgo y participación transformadora de su realidad, con el fin de lograr una mejor calidad de vida en la escuela y la comunidad para el bien común.
En este texto se retoman los tres últimos problemas de la educación que destaca Martínez Rizo para señalar aportaciones de la formación ciudadana que ofrecen algunas respuestas.
La evaluación que considera el saber como un objeto del que se apropia la o el estudiante para devolverlo el día del examen, propicia su fracaso, frustración y desinterés por aprender.
ACÁ LA FOTO:
CRÉDITO: ©️ViaEducacion.png
Interesar al alumnado por seguir aprendiendo no se logra mediante preguntas planteadas por sus docentes, sino a partir de sus propias preguntas y problemas que conduzcan a buscar respuestas y soluciones. Las y los alumnos aprenden de lo que investigan y participan en forma organizada para buscar alternativas de solución, pero, sobre todo, del proceso que siguen en ese trayecto de aprender haciendo, como sucede con la metodología de AP.
Es necesario que la escuela se convierta en una comunidad que aprende y participa.
*Mariángeles Alba Olvera. Integrante de MUxED, consultora independiente, especialista en cultura de paz, educación para la convivencia y educación ciudadana. Coautora de libros de texto de Formación Cívica y Ética para estudiantes de secundaria y para docentes de educación básica. Redes sociales:
Linkedin: linkedin.com/in/mariángeles-alba-olvera-1a49b810a
Referencias:
Cárdenas, M. (2010) Programa de Competencias Ciudadanas Democráticas: Aprende
a participar participando. Guía del facilitador. México, Universidad Iberoamericana.
Martínez Rizo, F. (2021) “Lecciones de la pandemia para la educación”, Nexos,
México, Blogs, 3 de noviembre de 2021. Recuperado de:
UNESCO (2021) Reimaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación. Informe de la Comisión internacional sobre los futuros de la educación. Recuperado de: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381560?1=null&queryId=N-EXPLORE-af985f5e-73b9-402e-b3bb-719e52606f5e
Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona