La estación de trenes de Buenavista, antigua entrada a la Ciudad de México

21 mayo, 2021

La Hacienda de Buenavista fue el lugar donde se construyó una de las primeras estaciones de trenes en México, la llegada del ferrocarril catapultó el desarrollo del país. Buenavista se convirtió en la puerta de entrada para los millares de personas que visitaron la capital

@ignaciodealba

En la colonia Buenavista se instaló la primera estación de trenes en la Ciudad de México. Desde este sitio se inició la construcción del enramado de vías de ferrocarril en el país.  

La primera línea de trenes de México, cubría la ruta México-Veracruz. Aquella vía fue hecha durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada (1872-1876). Pero fue hasta el gobierno de Porfirio Díaz cuando se construyó una importante cantidad de vías férreas. 

La estación Buenavista fue ideada por el empresario Antonio Escandón y construida en 1873, la edificación se hizo en lo que fueron los terrenos de la Hacienda de Buenavista. El diseño neoclásico lo hizo el alemán J. Muller. 

En la película Distinto Amanecer (1943), dirigida por Julio Bracho y protagonizada por Pedro Armendáriz, donde además participó el escritor Xavier Villaurrutia como guionista, salen escenas de la antigua estación de Buenavista. Un imperdible paisaje de la antigua estación.  

Junto con la estación de trenes creció la colonia Guerrero, los patios de maniobras de Buenavista se encontraban en la colonia Nonoalco, mientras que en Tlatelolco estuvo la aduana. 

Las colonias aledañas, como la Tabacalera, vivieron del comercio que generó la estación. Increíblemente aún se conservan decenas de hoteles que en otrora hospedaron a los viajeros del tren; ahora estos sitios son utilizados como hoteles de paso por libidinosos burócratas.

Con el paso del tiempo la estación Buenavista quedó en medio de la ciudad, entonces fue cuando se decidió demolerla y que cediera parte de su terreno para levantar la sede del Partido de la Revolución Institucional, también se dio espacio para la construcción de la alcaldía Cuauhtémoc. 

Buena parte del desarrollo económico que vivió México en el porfiriato se debió al ferrocarril. La Revolución Mexicana se hizo a caballo y en trenes, las locomotoras se convirtieron también en ícono de la transformación del país. 

En 1958 la estación fue instalada en el lugar que conserva hasta la fecha. Aquellos viajes en tren marcaron a varias generaciones, calmosos viajes por los paisajes mexicanos. Las comidas 

El presidente Ernesto Zedillo privatizó Ferrocarriles Nacionales en 1995, que pasó a ser propiedad, principalmente, de compañías estadounidenses. El argumento que utilizó el gobierno es que el sistema de ferrocarriles estaba en franco deterioro, su administración y la infraestructura estaban abandonadas. Se dijo que el sector privado era el único que podía “modernizar” el sistema de trenes. 

Lo cierto es que nunca se modernizó nada, el sector privado ni siquiera invirtió en construir más vías de tren. Se utilizaron las que se hicieron en el porfiriato. El transporte de personas fue cancelado y el sistema de más de 25 mil kilómetros de vías férreas fue utilizado exclusivamente para el transporte de mercancías. 

Las empresas predominantes en el sector ferroviario son Ferromex, Ferrosur (de Grupo México) y Kansas City Southern. Juntas controlan el 93.6% de las vías terrestres. 

Vale la pena decirlo, cuando Zedillo dejó la presidencia fue contratado por Kansas City Southern, una de las empresas que se benefició con la privatización. Los beneficios  

Con la ola privatizadora la estación de trenes de Buenavista cerró sus puertas, hasta que en el 2008 el lugar fue readaptado para un sistema de trenes suburbanos de pasajeros que comunican a la Ciudad de México con el Estado de México. En el lugar también se construyó un centro comercial, con cines, locales comerciales, restaurantes y hasta una pista de hielo. 

Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).