Tenemos que recuperarnos del congelamiento cultural causado por la pandemia de covid-19, y las comunidades indígenas tienen que empezar a valorar la música, la danza, la literatura y su cosmovisión, porque es la única forma de hacerse presente en el mundo globalizado y mercantilista que deshumaniza a los grupos minoritarios
Twitter: @kausirenio
Las danzas, los centros ceremoniales, las lenguas son manifestaciones indígenas que expresan la diversidad cultural tangente de México; sin embargo, no cuentan con el mismo apoyo como otras actividades culturales. En el contexto del Día de la Diversidad Cultural es necesario reflexionar los avances y retrocesos que esto ha tenido en los últimos años.
Los resultados de la pandemia de la covid-19 son desastrosos, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por sus siglas en inglés (Unesco):
“Eventos culturales cancelados, instituciones culturales cerradas, prácticas culturales comunitarias suspendidas, mayor riesgo de saqueo de sitios culturales y de caza furtiva en sitios naturales, artistas que no pueden llegar a fin de mes y el sector del turismo cultural muy afectado”.
Agrega la agencia internacional: “Este impacto es social, económico y político, ya que afecta al derecho fundamental de acceso a la cultura, los derechos sociales de los artistas y los profesionales de la creación y la protección de las diferentes expresiones culturales.
Mientras tanto en las comunidades indígenas las ferias tradicionales y las ceremonias fueron suspendidas porque no contaron con apoyo institucional para la realización de las actividades culturales. Otros hechos lamentables de esta pandemia son los fallecimientos de creadores, hablantes de las lenguas indígenas e investigadores.
La caída de las empresas culturales por el impacto de la covid-19 de acuerdo con el balance de la Unesco es preocupante:
“Las industrias creativas y culturales (CCI) contribuyen con 2 mil 250 millones de dólares americanos a la economía global (3% del PIB) y representan 29.5 millones de empleos en todo el mundo. Las consecuencias económicas de no abordar el sector cultural, y todos los servicios auxiliares, particularmente en el sector turístico, también podrían ser desastrosos”.
La crisis que se desarrolla corre el riesgo de profundizar las desigualdades y hacer que las comunidades sean vulnerables, porque el acceso a expresiones culturales es cada más complejo e inaccesible para las poblaciones indígenas, que de por sí enfrentan las problemáticas por la lejanía de los espacios culturales, como museos, teatro, cine y bibliotecas.
Proteger la diversidad de las expresiones culturales debe ser responsabilidad del Estado, a la vez tiene que generar las condiciones para que las poblaciones en situaciones de marginalidad puedan construir una identidad sin ser discriminados, como ocurre con las lenguas indígenas.
Las comunidades indígenas tienen que empezar a valorar la música, la danza, la literatura y su cosmovisión, porque es la única forma de hacerse presente en el mundo globalizado y mercantilista que deshumaniza a los grupos minoritarios.
La Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad Cultural fue aprobada en 2001. Y un año después la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, a través de su resolución 57/249 de diciembre de 2002.
A partir de ese año, colectivos culturales e instituciones del gobierno federal realizan actividades para mostrar las distintas formas de expresiones artísticas y culturales de las comunidades indígenas.
Todos tenemos que repensar la nueva ruta que deben tomar de los distintos grupos sociales para expresar sus creaciones culturales. Porque de no hacerlo corremos el riesgo de quedarnos en un mundo más desértico en cuanto al pensamiento filosófico y cultural tangible e intangible.
La tarea es enorme, porque tenemos que recuperarnos del congelamiento cultural causado por la pandemia de covid-19, y ser capaces de reconstruir la ruptura que la diversidad cultural enfrentó en esta contingencia sanitaria y estos días aciagos que vive la humanidad.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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