Unas 214 colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara han enfrentado en las últimas semanas una terrible escasez de agua. Activistas denuncian al gobierno de Enrique Alfaro de “exprimir” la Presa Calderón y generar una crisis que empuje de nuevo el proyecto de la Presa El Zapotillo
Texto: Carlos Martínez Macías / Paralelo 20 / @paraleloveinte
JALISCO.- Con una sequía “provocada”, según denuncian activistas, la presa El Zapotillo asoma otra vez la nariz; pero el camino es cuesta arriba.
Unas 214 colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara han enfrentado en las últimas semanas una terrible escasez de agua.
El Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), el organismo operador del agua, ha advertido que serán al menos 3 meses durante el estiaje que los tapatíos padecerán la falta del líquido, ante lo cual dispuso de pipas para el reparto gratuito de agua.
La explicación que dio el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, apunta a la falta de lluvias en la región de Los Altos que mantienen prácticamente seca la presa Elías González Chávez, también conocida como “Calderón” (por ubicarse junto al puente del mismo nombre).
Pero si efectivamente la crisis del agua potable de la zona metropolitana de Guadalajara está asociada a la sedienta presa Calderón, lo que no dice el gobierno estatal es que en los dos últimos años previos a la actual sequía, aumentó la extracción del líquido al mencionado embalse.
Aunque se trata de una presa que fue construida con capacidad para dotar a la ciudad con hasta 3 metros cúbicos por segundo, en realidad y así lo acreditan documentos oficiales del SIAPA y de la misma Comisión Nacional del Agua (Conagua), quienes lo llegan a considerar con 0.5 metros cúbicos por segundo.
No obstante, en los primeros dos años de la actual administración estatal, a la presa Calderón le extrajeron en promedio 1.3 metros cúbicos por segundo de agua, según confirma el memorándum del SIAPA SD/0304/2021 de la Subdirección de Distribución.
El documento atiende a la solicitud de transparencia UT/SIAPA/119/2021, folio 01725721, donde le requieren informe el historial del volumen total del agua abastecida al área metropolitana de Guadalajara de 2000 a 2020, la identificación de cada fuente y un reporte histórico del volumen del agua abastecido por la presa Elías González Chávez a Guadalajara del año 1991 al 2020.
De acuerdo con esta información oficial (en poder de Paralelo 20), en 2019 el lago de Chapala aportó 188 millones, 042 mil 716 millones de metros cúbicos; de la presa Calderón se dispuso de 39 millones 794 mil 393 metros cúbicos; de pozos fueron 86 mil 251 mil 159 metros cúbicos y de manantiales fueron 3 millones 816 mil 466 metros cúbicos, para un volumen total anual de 317 millones 904 mil 733 metros cúbicos.
En 2020 del lago de Chapala se obtuvieron 199 millones 352 mil 878 metros cúbicos; de la presa Calderón 40 millones 865 mil 543 metros cúbicos; de pozos 78 millones 893 mil 311 metros cúbicos y los manantiales aportaron 4 millones 717 mil 435 metros cúbicos, para un volumen total anual de 323 millones 829 mil 166 metros cúbicos.
Los 39 millones 794 mil 393 y los 40 millones 865 mil 543 metros cúbicos anuales extraídos a la Presa Elías González Chávez o Calderón en 2019 y 2020, representan 1.3 metros cúbicos por segundo de extracción, más del doble del señalado por las dependencias oficiales relacionadas con el agua.
En el reporte histórico entregado, sólo en 1994 se detalla que el consumo alcanzó 1.3 metros cúbicos por segundo cuando se dispusieron de 41 millones 174 mil 778 metros cúbicos; en tanto que en 2002, sólo aportó 6 millones 622 mil 672 metros cúbicos, el volumen más bajo en los últimos 30 años.
Para tomar como referencia 2018 el último año de gobierno de Aristóteles Sandoval, de la Presa Calderón se tomaron 35 millones 450 mil 510 metros cúbicos; pero para 2019, primer año de Enrique Alfaro, se extrajeron 4 millones 343 mil 883 metros cúbicos más y para 2020, fueron 5 millones 415 mil 033 metros cúbicos más que en ese año.
Pese a que el argumento del elevado consumo de agua fue la pandemia de 2020, en 2019 casi se extrajo lo mismo de la presa Elías González Chávez.
Varios activistas denuncian que la escasez de agua en la ciudad, formaría parte de una estrategia del gobierno estatal, al haber “exprimido” la Presa Calderón y generar la actual crisis para entonces volver con el proyecto “salvador” de la Presa El Zapotillo.
Con el pretexto de la escasez de agua que padece la Zona Metropolitana de Guadalajara, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, pretende resucitar el proyecto de la presa El Zapotillo como la respuesta de abasto de agua para la zona metropolitana de Guadalajara, conviene precisar que se trata de una apuesta cuesta arriba.
Por principio de cuentas habrá que exponer que la disponibilidad de caudales del río Verde para dotar de agua a la ciudad, siempre ha estado presente en estudios pero no en la realidad.
Y por si fuera poco, con la actual altura de la cortina de 80 metros –-ordenada por resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación–, solamente habría agua para León, Guanajuato y poblaciones alteñas y tendría que elevarse a 105 metros para que llegara agua al área conurbada tapatía, según detalla el Libro Blanco de El Zapotillo, elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Desde hace más de 50 años, los estudios sobre utilizar las aguas del río Verde para Guadalajara se convirtieron en un sueño y después se volvieron una quimera.
Un documento denominado Análisis de Alternativas para el Aprovechamiento del río Verde en el Estado de Jalisco, elaborado por la Conagua, señala que la reserva de este afluente decretado por la Presidencia de la República en 1995, puede aportar hasta 16 metros cúbicos por segundo al año.
De este volumen, 3.80 metros cúbicos serían para Guanajuato; 0.40 para Tepatitlán y Valle de Guadalupe; 1.80 para otras localidades de Los Altos; 0.40 para uso pecuario en Jalisco y 9.60 para la zona metropolitana de Guadalajara.
Sin embargo, para que las aguas del Verde puedan aprovecharse tendrían que construirse varias presas para que llegue el agua a la zona metropolitana.
Según el análisis, se necesita El Zapotillo a 105 metros y con 911 millones de metros cúbicos de embalse; la presa El Salto (ya construida); presa Intermedia de Acatic, en anteproyecto y Arcediano, suspendida por su elevado costo financiero.
En las condiciones actuales de El Zapotillo, con una cortina construida a 79 metros, el Libro Blanco del proyecto de Conagua señala que almacenaría 411 millones de metros cúbicos que garantizaría agua para León y Los Altos de Jalisco, pero no para Guadalajara.
En concreto, precisa que este volumen beneficiaría a un millón 400 mil habitantes de León y 350 mil de Los Altos de Jalisco. Elevar la cortina a 105 metros, aportaría agua para 950 mil habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara.
Pese a las proyecciones que realiza la Conagua, las verdaderas condiciones del río Verde las arroja el histórico comportamiento irregular que ha registrado la cuenca en los últimos 50 años.
El mismo análisis de la dependencia reconoce que en 1973 con todo y escurrimientos, el río llegó a registrar hasta 2 mil millones de metros cúbicos; pero en 1982 estuvo prácticamente sin escurrimientos y en el estiaje la afluente ha registrado cero en algunos tramos.
De ahí la insistencia de especialistas que han advertido que los estudios del gobierno federal no se han actualizado y que las condiciones de la cuenca del río Verde, no dan para una presa, mucho menos para operar cuatro en el sistema para traer agua a Guadalajara y enviar a León, Guanajuato.
Y si esto no fuera suficiente, todavía faltan por resolver los conflictos legales que enfrenta el proyecto, ya que hay 20 amparos que mantienen suspendidos los trabajos.
La forma como el gobierno federal ha mantenido con vida artificial al proyecto de la presa El Zapotillo, ha tenido episodios de humor involuntario.
Por ejemplo, en una reunión celebrada en Palacio Nacional con autoridades de la Comisión Nacional del Agua, un grupo de habitantes de Temacapulín, escucharon la “explicación técnica” de por qué se siguen destinando cientos de millones de pesos para el embalse como los etiquetados para este 2021.
Les expusieron que necesitaban dichos recursos para el mantenimiento de la obra y para evitar accidentes como una ladera que registra deslaves que podrían provocar que se tapen los conductos y esos conductos causar “un llenado accidental de la presa”.
Con este argumento de evitar “un llenado sin querer queriendo” del embalse, el gobierno destinó 300 millones de pesos en su presupuesto federal de 2021 con clave 0616B000034 para la Construcción del Proyecto de Abastecimiento de agua potable Zapotillo para la ciudad de León, Guanajuato y para tareas que van más allá del mantenimiento prometido:
“Construcción Presa Zapotillo, acueducto, Planta Potabilizadora, infraestructura de macro distribución. Incluye estudios y proyectos, pago de indemnizaciones, obras complementarias y reubicación de localidades afectadas; asesoría y supervisión técnico-administrativa, así como otras asesorías”.
La historia del aguerrido proyecto de utilizar las aguas del Río Verde, comenzó a manejarse desde 1941 con dos visiones parecidas. Para León, se planeó como la solución de abasto para la ciudad; mientras que para Jalisco, se hablaba de traer agua de los Altos para Guadalajara.
En la década de los noventas el gobierno federal decretó el aprovechamiento de las aguas del Río Verde para uso doméstico y urbano, con un reparto para Jalisco y Guanajuato de volúmenes que según especialistas en temas hidráulicos ya no existen.
En teoría, la presa El Zapotillo, beneficiaría a dos millones 400 mil habitantes de los Altos y León, que requeriría de un acueducto de 140 kilómetros para la ciudad guanajuatense, la concesión de abasto de agua potable por 25 años, con un tanque regulador de 100 millones de litros y un circuito distribuidor de 40 kilómetros.
Sin embargo, el proyecto ha dado tumbos y nada se ha concluido. Tres comunidades, Acasico, Palmarejo y Temacapulín, fueron amenazadas con su desaparición, sin mediar los procedimientos legales para la extinción de centros de población.
Numerosos amparos han frenado los trabajos; Abengoa, la compañía española que ganó la licitación del acueducto, renunció a la misma y demandó al gobierno para que la indemnice; el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió consultar a la gente y cancelar el proyecto; pero a los guanajuatenses les dijo que habría abasto de agua para León y las dependencias que administran el agua en el país, siguen recibiendo recursos para el “mantenimiento” de la presa.
Con habitantes de Temacapulín que no ceden en su defensa y un gobierno que no cancela la obra, no es extraño que el Sistema de Agua Potable de León, Guanajuato, manifieste su optimismo en un apartado de sus “proyectos prioritarios”, donde dice que con El Zapotillo y el acueducto proyectados para garantizarles el abasto por 25 años, en realidad la ciudad tendrá agua “para siempre”.
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