15 junio, 2022
Este 23 de junio la Corte Interamericana tendrá la oportunidad de pronunciarse frente a la figura de arraigo en la Constitución mexicana. Una detención contra los hermanos de un guerrillero permitió este hecho
Texto: Lydiette Carrión
Foto: Saúl López / Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- Los Tzompaxtle, una discreta familia nahua de la sierra zongolica en Veracruz, lleva 25 años padeciendo la violencia del Estado y llevándolo a éste ante instituciones internacionales.
Primero el hermano “Rafael”, quien fuera combatiente del Ejército Popular Revolucionario, fue víctima de desaparición forzada y tortura durante meses por parte del Ejército mexicano. Cuando logró escapar, Rafael optó por hacer pública su militancia en un grupo político armado y acusar ante la ONU la tortura del Ejército.
Ahora, 25 años después, sus hermanos Jorge Marcial Tzompaxtle Tecpile, Gerardo Tzompaxtle Tecpile y amigo de éstos, Gustavo Robles López, sentarán por primera vez al Estado mexicano para que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronuncie por la figura de prisión preventiva, contemplada en nuestra Constitución.
Actualmente se calcula que la mitad de las personas detenidas en cárceles en México no han sido sentenciadas y son sujetas a prisión preventiva.
El próximo 23 de junio, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) conocerá y emitirá un juicio sobre detenciones arbitrarias, y la figura de prisión preventiva en México. Esto puede llevar eventualmente a que se hagan modificaciones en la Constitución Mexicana.
Gerardo y Jorge Marcial Tzompaxtle Tecpile y Gustavo Robles López fueron detenidos el 12 de enero de 2006 mientras circulaban en la carretera de Orizaba a Córdoba. Salieron desde Astacinga, una comunidad nahua en la Zongolica, para ir de paseo. En aquel entonces, la carretera era un camino de tierra, y todos daban raite. En el camino se encontraron a dos hombres que pedían aventón y los llevaron. En el entronque de la carretera de Orizaba a Córdoba, el auto se descompuso.
Entonces unos policías de camino se detuvieron a exigirles que movieran el auto. Fue entonces que los dos desconocidos a quienes habían dado un aventón se alejaron caminando. Alegaron: “vamos por agua”, dejando en su auto una mochila.
Inmediatamente después, los policías iniciaron una inspección policial sin razón alguna. En la mochila de los desconocidos hallaron pasamontañas, una libreta con direcciones de Guerrero y supuestas alusiones a otros grupos subversivos. Fue entonces que procedió la detención arbitraria, ya que con esos elementos fueron retenidos, interrogados por agentes de la entonces Procuraduría General de la República, interrogados de forma irregular y sujetos a un proceso de varios años, sin sustento alguno.
Diez años antes, Andrés, el hermano de Jorge y Gerardo Tzompaxtle, también fue detenido. Pero no solo de forma ilegal, sino que fue víctima de tortura y desaparición forzada durante siete meses.
Andrés, alias el combatiente Rafael, fue combatiente del EPR; sin embargo fue víctima de desaparición forzada el 25 de octubre de 1996 en Zumpango de Neri, a unos 20 kilómetros de Chilpancingo. Permaneció más de siete meses como «desaparecido», mientras era torturado en un campo militar cercano a Teotihuacán, Estado de México. Fue tras esos meses de tortura e inmovilidad, que, por su extrema delgadez, se pudo soltar las esposas y escapar por la rendija de una ventana.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación al gobierno al respecto y el caso llegó al Comité contra la tortura de la ONU.
Como ejemplo de la ilegalidad del caso, durante el proceso legal que sufrieron sus hermanos Gerardo y Jorge Marcial Tzompaxtle Tecpile, así como su amigo, el Ministerio Público llamó a declarar como testigo al propio combatiente Rafael, quien fuera reivindicado por el EPR en 1996 como miembro de su organización.
Desde el principio del caso, diversas organizaciones sociales aseguraron que a los hermanos Tzompaxtle Tecpile se les estaba procesando más por el hecho de ser hermanos del combatiente Rafael, que por tener pruebas contundentes en su contra.
El propio Andrés Tzompaxtle Tecpile salió provisionalmente de la clandestinidad en la que debió vivir aquellos años; ofreció una conferencia de prensa; y denunció que, aunque él ya no milita en el EPR, la detención de sus hermanos es parte de la persecución y el hostigamiento que sufren él y su familia por parte del Estado desde que se fugó del campo militar número uno en 1997.
Carlos Azueta, uno de los asesores legales del caso, narró en entrevista telefónica:
“Tuvimos que llegar hasta Corte [IDH] porque México no ha resuelto los problemas estructurales: la figura del arraigo y la prisión preventiva oficiosa. La cita es el próximo jueves 23 y lo que estamos pidiendo es que el Estado debe quitar la figura del arraigo en la constitución.”
Azueta es explícito: la Corte no se ha pronunciado sobre estas figuras en México. Sin embargo, lo ha hecho ya sobre casos en Chile y República Dominicana. Así que se espera una sentencia positiva.
“Si esto sucede, beneficiaría a miles de personas en el país”.
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Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).
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