Los sonidos seducen. No hay diálogos. El movimiento de las lonas es asombroso, el escenario se vuelve un mar y olas que devoran, olas enormes no sólo por el azul, también por el sonido.
Por Évolet Aceves / @EvoletAceves
En San Fernando 14 se encuentra el Foro La Caja, en donde se estará presentando, hasta el último sábado de agosto a las 12 y 13 horas, La Cabeza en Azul, una puesta en escena de danza contemporánea creada por la coreógrafa Zuadd Atala a partir del movimiento del cuerpo humano mezclado con telas plásticas: lonas de color azul e impermeables. Suena a algo simple, pero es mucho más de lo que parece. La entrada es gratuita, y cabe mencionar que ha sido alojada en diferentes escenarios y espacios culturales de México, Colombia y España.
Sobre el escenario hay un suelo color blanco, hay dos lonas azules de distintos tonos en un rincón, y del lado opuesto están los tres performers: Ignacio Velasco, Engelbert Ortega y Zuadd Atala, quienes van doblando hojas azules acartonadas a manera de cilindros colocados a lo largo de la superficie blanca. Los sonidos desde un inicio seducen.
Después de unos minutos, ya que las hojas azules yacen desplegadas sobre el escenario, éste parece tener un movimiento ondulado, pese a su fija permanencia.
No hay diálogos, ni una palabra se dice a lo largo de la obra, los movimientos hablan a partir del sonido con la materia prima. Zuadd Atala recoge, primero lento y luego abruptamente, cada una de las hojas enrolladas, las arruga asiéndolas con fuerza hacia su pecho.
El movimiento de las lonas es asombroso, el escenario se vuelve un mar y se vuelve olas que devoran, olas enormes no sólo por el azul, también por el sonido. Una escenografía inmersiva. Es impresionante la transformación del espacio, la transportación a ese escenario marítimo, sin ningún recurso digital ni electrónico. Los sonidos y las formas se convierten en mar.
Un mar embravecido y luego calmo. Al fondo, una silueta amarilla, es un impermeable plástico que flota al fondo del mar, una figurilla erguida que me hace recordar a las criaturas de Remedios Varo.
Lo sugerente juega con la imaginación del espectador. Luego aparecen dos criaturas más: dos impermeables azules y uno más amarillo, sostenidos por cada uno de los intérpretes que van y vienen sobre el diáfano escenario ahora blanco, van y vienen rozando el piso, como flotando.
En determinado momento la lona azul se convierte en una especie de flor azul y el cuerpo de quien lo sostiene es como un tallo y a la vez la torre que sostiene al caos azulado. En otro momento la lona azul es como una nube que envuelve al cuerpo en el que se va enredando.
Los tres performers crean ilusiones por debajo y por encima de la lona, creando figuras y acertijos visuales frente al espectador, con un final sorprendente.
Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.
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