El equipo tecnológico detrás de Pie de Página ha caminado en una conversación entre la perspectiva editorial, técnica y de diseño, acompañado de una red de pensamiento latinoamericano en la búsqueda de soluciones y alternativas para hacer frente a sus necesidades tecnológicas
Por Jacobo Nájera
Una de las primeras veces que recuerdo tuve que pedir permiso para no llegar a casa, durante mi adolescencia, fue cuando inicié a trabajar en un sonidero. Ahí aprendí la conspiración de saberes entre el audio, la electricidad, la iluminación, las coreografías, la música, la reparación, la invención y el trabajo en equipo que debutaban en el escenario y en la poesía del baile, en la pista.
Fue fascinante descubrir, en aquel momento, que el universo del sonido tenía un lenguaje propio para ser manejado en los altavoces que comprendía rangos medios, agudos y graves, profundidad y dimensión. Pero sobre todo me descubrí en la pasión por la comunicación y una peculiar relación con la tecnología y aquellos soportes que permiten la amplificación, transmisión, fijación, reproducción y proyección del sonido, la imagen fija y en movimiento.
Muchas de las veces por las condiciones materiales no podíamos acceder a equipos de marcas reconocidas, lo que nos llevaba a pensar e imaginar cómo hacer nuestros propios equipos, armados, rearmados, reparados y resemsamblados con la presencia de aquellos saberes que se construyen en las ausencias de otras posibilidades. Cuento esto porque creo profundamente que cuando implementamos tecnologías incluso importadas también inventamos y que suceden saberes y relaciones en las ausencias.
Quiero compartir, en el marco del aniversario de los 15 años de la Red de Periodistas de a Pie, una visión sobre la arquitectura digital y el papel que puede llegar a tener en la comunicación. En esta ocasión desde la experiencia en el medio Pie de Página, integrante de la Alianza de Medios de la red.
Los sitios web de Pie de Página viven en una materialidad física repartida entre América, Asia, Europa y Oceanía en donde tenemos las computadoras que permiten funcionar al medio, incluyendo nuestros respaldos y sistemas de recuperación frente a desastres. Infraestructura que ha servido a una audiencia de 7 millones de personas, además de robots y hacer frente a ataques informáticos cotidianos de gran tamaño y complejidad.
El equipo tecnológico detrás de Pie de Página ha caminado en una conversación entre la perspectiva editorial, técnica y de diseño, acompañado de una red de pensamiento latinoamericano en la búsqueda de soluciones y alternativas para hacer frente a sus necesidades tecnológicas, recuperando aprendizajes en nuestros territorios y accionando en conversaciones globales sobre el futuro de los soportes de los que depende para su operación diaria en el contexto digital.
Conversaciones que han tenido la presencia y energía de la cooperativa Tierra Común, Técnicas Rudas, Radius, FipaSoft, Primero de Mayo, eQualitie y Ocurre, de quienes hemos aprendido de los errores y de lo frágil que pueden ser las infraestructuras en la intemperie. Pero que, dentro de ello, como lo cuenta Christopher Alexander, “…la idea de reparación es creativa, dinámica, abierta. Supone que somos constantemente llevados a la creación de nuevos todos, atendiendo a los defectos de los todos existentes y tratando de repararlos . Sigue teniendo validez el hecho de que cada acto contribuye a reparar algún todo más amplio y anterior, pero la reparación no sólo lo enmienda: también lo modifica, lo transforma, lo pone en camino de convertirse en otra cosa totalmente nueva.”
En ese reparar nuestra infraestructura está compuesta por lenguajes de computadoras, relaciones, acuerdos que en su conjunto conforman lo que hemos llamado colectivamente como la arquitectura digital a la que hizo referencia la periodista y escritora Daniela Pastrana, en la Tertuliana para hacer memoria del inicio de la red, hace 15 años, como un pilar importante del quehacer comunicativo en el mundo contemporáneo.
Personalmente comencé a tomar más en serio la arquitectura de las tecnologías de software como parte del pensamiento tecnológico después de conocer al programador y carpintero Federico Mena. Me motivó escucharle en sus conclusiones de su famoso texto «Los Sistemas Heredados como Ciudades Viejas»:
Pero, ¿qué pasaría si nosotros, como desarrolladores de software, dejáramos una buena herencia en vez de una mala? ¿Qué pasaría si escribiéramos software que se puede mantener, partir en pedazos que luego se pueden unir a otros sistemas, incluso por otras personas, para que el trabajo no se pierda si decidimos o somos obligados a dejar de mantener ese software?”
Federico Mena
En Pie de Página aprendimos que la arquitectura digital es un pensamiento en el hacer. Es la dialéctica entre las necesidades a las que buscamos haga frente la tecnología que implementamos, construimos e inventamos y los valores, creencias e ideas de mundo que tienen esos soportes y lenguajes que hacen funcionar a una infraestructura.
Es la posibilidad de desarrollar un oficio y pensamiento artesanal que no trata exactamente de soluciones universales. Sino más sobre sobre la elaboración de enfoques adecuados pero también contradictorios a los contextos. Trata del trabajo reflexivo que permita enfoques que coincidan con las condiciones materiales y digamos conceptuales de un entorno dado. Es un diálogo continuo entre las posibilidades de los medios, las intenciones de las creadoras, las editoras, las reporteras, los compromisos y posibilidades materiales. La potencialidad de que las ingenieras, las diseñadoras y las poetas trabajen juntas como parte de un universo compartido.
Las y los músicos con quienes trabajamos en el sonidero solían decir que cuando creamos acudimos al pasado. En las palabras de Victoria Bajar la primera programadora egresada de la carrera de computador científico, en Argentina decía
Yo invito a los jóvenes actuales a que conozcan algo de lo que hacíamos y cómo lo hacíamos. Porque ahí está los cimientos y los orígenes. No veamos solo las computadoras chiquitas y todos esos juguetes raros que hay, sino por qué se hacen. No digo hacer las cosas que hacíamos nosotros, pero no perdamos de vista los bits directamente, porque si no se convierte en magia oscura y eso los que somos de computación no lo debemos admitir jamas”,
Victoria Bajar
No es novedad que la disputa por las formas de hacer computación, en particular las coloniales, están hundidas y atravesadas por la crisis civilizatoria mundial y tragedias colectivas. Por ello quiero invitar a tecnólogues, artesanes de la computación a que sigamos pensando en arquitecturas digitales como puentes de los medios de comunicación. Pero sobre todo poéticas que posibiliten medios de comunicación, en un contexto donde la libertad de prensa enfrenta muchos desafíos, en donde muchas reporteras arriesgan su vida informando a sus comunidades.
La ingeniera civil Roma Agrawal suele exponer que dentro de las tradiciones orientales de arquitectura en la construcción de puentes la seguridad de los mismos no radica en la percepción de inmovilidad al usarlos, sino en su proceso de construcción.
Tecnólogo e investigador. Premio de periodismo Gabo, en la categoría de innovación, 2019.
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