Irinea Buendía, madre de Mariana Lima, invita a madres de víctimas de feminicidio y sobrevivientes a unirse al movimiento para seguir combatiendo la impunidad y corrupción del sistema: “las recibiremos con los brazos abiertos y lo único que les ofrecemos es luchar, luchar por justicia y justicia”.

Por: Gabriela Estrada

NEZAHUALCÓYOTL, ESTADO DE MÉXICO – Frente al Palacio Municipal de Nezahualcóyotl, ubicado en la Avenida Chimalhuacán, se alzan enormes cruces rosas con exigencias concisas: “VERDAD”, “JUSTICIA Y JUSTICIA” y “REPARACIÓN DEL DAÑO”. Fueron erigidas el 29 de junio de 2016 por Irinea Buendía Cortez, madre de Mariana Lima Buendía, hermana, hija, amiga y estudiante de derecho, víctima de feminicidio el 28 de junio de 2010, a manos de Julio César Ballinas, ex policía ministerial del municipio de Chimalhuacán y su entonces esposo. Hoy, esas demandas vieron un cambio. Irinea colocó una lona frente a la cruz central –justicia y justicia– como testimonio de que, después de 12 años, ocho meses y seis días, existe una sentencia condenatoria para el feminicida de Mariana Lima. Aunque la resolución fue anunciada hace una semana, Irinea decidió que sería hoy, 25 de marzo, en el que hubiera sido el cumpleaños 42 de Mariana y el día en que se cumplen ocho años de la sentencia dictada con su nombre por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la fecha más simbólica y adecuada para conmemorar que se arrancó un poco de Justicia al Estado mexicano para su hija y para todas las niñas y mujeres víctimas de feminicidio.

Al evento asistieron amigas de Mariana, familiares, madres de víctimas de feminicidio, supervivientes de tentativa y de violencia sexual, personas de la comunidad y defensoras, para acompañar a Irinea y continuar la exigencia de justicia y justicia, pues la defensa de Ballinas no esperó ni un día para presentar su apelación. Sin embargo, en palabras de Buendía: “aquí seguimos, y aquí vamos a seguir. Logramos esa sentencia condenatoria de 70 años y no vamos a permitir que le quiten ni un minuto”. Actualmente, la asesoría jurídica de la señora Irinea ya se encuentra trabajando en la segunda fase del proceso penal, que ahora se llevará a cabo ante el Tribunal Unitario del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México.

Se trata de una batalla importante, pues en la entidad federativa existe una tendencia a la reducción de sentencias o reposiciones de juicios en casos de violencia contra las mujeres. Entre ellos están los feminicidios de Fernanda Sánchez Velarde, Andrea Cañeda Salgado y Diana Velázquez Florencio, cuyas madres –Magdalena Velarde, Ángela Salgado y Lidia Florencio– estuvieron presentes en la conmemoración. La primera pasó de 69 años a 43, la segunda de vitalicia a la reposición del juicio y la tercera de 93 a 63 años.

Se trató de un acto emotivo y político, en el que de manera simbólica y verbal se trazó un recorrido por el largo camino de Irinea. Comenzaron con un Tlamanalli –ofrenda dedicada a los cuatro puntos cardinales– el cual ha estado presente en la mayoría de los juicios que enfrentan o enfrentaron todas las presentes; un recordatorio y homenaje a todas las luchas que convergieron para honrar y agradecer a Mariana. Entre cruces rosas, siluetas inspiradas en la Glorieta de las Mujeres que Luchan con testimonios de supervivientes y familiares de víctimas feminicidio inscritos, lonas con el retrato de Mariana, así como de una instalación conformada por más de 100 lápidas que denuncia la violencia feminicida en México a la cual Irinea nombra “Cementerio de feminicidios de Juárez a Chiapas”, las mujeres llevaron a cabo el ritual elaborado por Demetria Cano, médica tradicional, quien desde su práctica acompaña a múltiples víctimas de violaciones de derechos humanos.

Posteriormente, cada asistente brindó unas palabras a Irinea reconociendo la influencia de la Sentencia Mariana Lima Buendía en la investigación de sus casos. Algunas la veían por primera vez, como Ángela y Gloria Reyes, madre de Salma Correa Reyes. Otras, como Antonia Alemán, madre de Sandra Karina García Alemán y Clara Yáñez, madre de Karla Marisol Valencia Yáñez, agradecieron que fue por Irinea que consiguieron avances en sus investigaciones, pues participó activamente en reuniones y les presentó a su actual asesoría jurídica. Asimismo, las supervivientes, entre ellas Daniela Sánchez e Itzel Schnaas, hicieron énfasis en que gracias al esfuerzo colectivo de las madres de víctimas de feminicidio es que se sentaron los precedentes para que la violencia feminicida pueda ser detenida antes de llegar a su expresión más extrema. Lidia Florencio; Karen Martinely, madre de Renata Martinely Luna Reyes y Ángela “N”, superviviente, también dedicaron palabras de honra y agradecimiento, al mismo tiempo que, al igual que las demás, expusieron brevemente su caso y la influencia de la Sentencia Mariana Lima Buendía en la aplicación de la perspectiva de género.

En ese sentido, todas las acompañantes son testimonio vivo de esa sentencia histórica que Irinea carga a todos lados en una mochila negra junto a la foto de su hija. Mariana quería sentar un precedente jurídico, soñaba con ser abogada para defender a personas en situación de precarización y hoy, a casi 13 años de su asesinato, “Marianita lo logró, este triunfo es suyo y es para todas”, dijo su madre. En esa misma línea, Irinea señaló los logros de dicha sentencia: “lo primero que ganamos es que toda muerte violenta de mujeres se investigue con perspectiva de género y debida diligencia, no sólo el caso de mi hija, sino de todas, por eso es histórica y nos da garantías de no repetición. También ganamos que los servidores públicos omisos e indolentes que obstruyen la justicia sean sancionados; ganamos la reparación integral del daño e impulsar un cambio cultural, la formación de servidores públicos en perspectiva de género y debida diligencia. Es para las 32 fiscalías de la República Mexicana y es internacional también, ha sido retomada por los estados miembros. De esta forma es como la SCJN aterrizó la jurisprudencia de Campo Algodonero de la Corte Interamericana”.

Antes de llegar a las palabras finales de Irinea, la maestra y defensora Melissa, quien conoció a Irinea Buendía al principio de la lucha cuando, en sus palabras: “caminaba las calles de Chimalhuacán sola, con un volante casero, denunciando –con seguridad y fuerza– al feminicida”, señaló el aumento en la violencia feminicida y rememoró aquellos primeros años en los que Irinea condujo todos los actos de investigación necesarios para demostrar que, en efecto, no fue suicidio, fue feminicidio. “Irinea cuando caminaba por esas calles de Chimalhuacán denunciaba tres o cuatro mujeres diarias, ahora son más de 10 mujeres asesinadas diariamente […] Pero ahora Irinea, creo que no estás sola”, puntualizó Melissa.

Después de ese viaje al presente, pasado y futuro –porque Mariana y su sentencia viven en estas luchas y las que vienen–, Irinea Buendía agradeció a cada una de las asistentes y expuso la ineficiencia del Estado al día de hoy. Denunció que algunas de las medidas de protección para su familia y para ella fueron retiradas y responsabilizó al Estado de cualquier incidente que pudiera ocurrir con ellas y ellos. Al mismo tiempo, hizo un llamado al Presidente Andrés Manuel López Obrador para que impulse las reformas necesarias a los marcos normativos con el objetivo de garantizar el acceso a la justicia, la reparación del daño, las medidas y las órdenes de protección para víctimas de violencia feminicida y señaló que continuará con el impulso a la Ley Mariana Lima Buendía, así como con la Caravana que inició en diciembre del año pasado para dar a conocer la sentencia en todos los estados de la república, “esa sentencia es un manual y los ministerios públicos y las autoridades deben de traerla como libro de bolsillo”, puntualizó. Cerró haciendo un llamado a todas las familias de víctimas: “estamos aquí para gritar por justicia y justicia. Seguiremos formando redes e invitando a todas las madres de víctimas que quieran unirse a nuestro movimiento; aquí estamos y las recibiremos con los brazos abiertos y lo único que les ofrecemos es luchar, luchar por justicia y justicia”.

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