Después de un foro virtual al que asistieron más de e 7 mil 500 profesionales de la salud y la nutrición, se desarrolló esta postura que busca cambiar el paradigma de cómo se atiende esta enfermedad que afecta a más del 40 por ciento de la población adulta en México
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: I-yunmai / unsplash
La obesidad, una de las enfermedades con mayor prevalencia de México, el segundo país en el mundo con más gente que la padece, debe abordarse desde un sistema integral, por eso este jueves 4 de marzo, Día internacional de la obesidad, el Instituto Nacional de Salud Pública presentó unas líneas para que personal de salud, especializados en nutrición, medicina y psicología, pueda tratar este padecimiento de mejor manera.
“Se llama Juntos sin estigma, porque necesita de todos los sectores y actores de la sociedad para combatir esta enfermedad que tiende a simplificarse, a creer que las causas son sencillas, cuando es una enfermedad de soluciones complejas”, aseguró el doctor Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública.
La obesidad es un factor de riesgo para otras enfermedades, además de que no reconocerla como una enfermedad es no responsabilizarse, desde el sector salud, del compromiso que tenemos con la población de apoyarla y acompañarla, con conocimiento de los estigmas que la rodean, aseguró Barquera.
La mala alimentación, como se ha dicho desde diversos órganos de salud de la actual administración, es auspiciada por el entornos, por lo que se conoce como ambientes obesogénicos, por eso se necesita una nueva cultura preventiva que tenga diferentes acercamientos durante toda la vida, desde la preconcepción hasta la niñez, con un énfasis en los primeros tres años de vida, durante los cuales se deben evitar fórmulas lácteas para la alimentación y priorizar la lactancia materna.
“El sector salud debe atender y garantizar tratamientos accesibles para todas las personas; que puedan tener acceso a intervenciones psicológicas, farmacológicas, nutricionales, de actividad física, e incluso quirúrgicas de así ser necesario”, señaló el también miembro del Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente Y Competitividad, un grupo creado por diversas secretarías de estado como la de Salud, Agricultura y Medio Ambiente.
Para fortalecer estos esfuerzos, es necesario llevar un monitoreo de los factores de riesgo, del ambiente obesogénico que hacen que, desde la infancia, las personas prefieran alimentos malsano. Eso significa entender la obesidad como parte de un sistema complejo.
Hasta el momento, parte de estas soluciones integrales incluyen por ejemplo, la actual planeación y futura implementación de una nueva materia escolar, llamada Vida Sana, que promueva la salud y la actividad física. Esta materia aún no entra en vigor, pero ya se están realizando diplomados y cursos para capacitar a los profesores en estos nuevos conceptos.
Entre otras medidas, destaca también el esfuerzo para desterrar la venta y distribución de comida ultraprocesada en las escuelas, así como el esfuerzo en crear mejores etiquetados informativos sobre la calidad de la comida empaquetada y los impuestos a comida poco saludable.
“A diferencia de lo que se nos decía que tomaría años lograr reformulaciones y que por eso se necesitaba darle más tiempo, pues en unos cuantos meses cientos de productos se han reformulado para ser más saludables y no tener los sellos”, dijo Barquera sobre el nuevo etiquetado de alimentos que ha obligado a algunas empresas a reformular las recetas de sus productos para que no sean tan dañinos.
Al respecto también se han estado haciendo encuestas de opinión sobre hábitos alimentarios en los cuales se observa un cambio de conciencia muy importante en la infancia, en el que se ubican las consecuencias de la comida chatarra.
En México cerca del 40 por ciento de la población adulta padece obesidad, uno de los factores de riesgo más comunes entre las personas que no solo padecen Covid-19, sino también entre quienes lo padecen de forma grave o que fallecen debido al virus.
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