Juana Belén Gutiérrez fue una periodista anarquista y feminista mexicana. Esta libertaria organizó asociaciones de mujeres revolucionarias, además fue de las primeras en luchar por el sufragio efectivo y ocupó un cargo de oficial en el ejército de Emiliano Zapata. A pesar de su larga lucha la mujer es poco reconocida y está prácticamente olvidada
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Juana Belén nació en San Juan del Río, Durango, el 27 de enero de 1875. Por alguna extraña razón se ha insistido en la biografía de esta revolucionaria que el día de su nacimiento nevó; muy probablemente se trató de una tormenta de antología. Un dato también interesante es que tres años después, en la misma localidad, nació Francisco Villa. Aunque ambos fueron revolucionarios, sus caminos corrieron por sendas diferentes.
El padre de Juana era un campesino de Jalisco que se había trasladado hacia el norte de México en búsqueda de mejores oportunidades. El hombre que laboraba en las haciendas se distraía en sus tiempos libres en la carpintería, oficio que aprendió Juana desde chica. La madre de Juana, Porfiria Chávez, era originaria de Zacatecas, descendiente de indígenas.
El primer empleo de Juana fue como empelada doméstica, a los 17 años se casó con un joven minero llamado Cirilo Mendoza, se sabe que Juana le enseñó a leer y a escribir a su pareja. Ambos se fueron a vivir a Sierra Mojada, donde él se dedicó a trabajar en la mina La Esmeralda. También tuvieron tres hijos, uno de ellos falleció a muy corta edad.
En esos años Juana se dedicó por primera vez al periodismo, desde Sierra Mojada mandó distintos artículos que retrataban la vida de los mineros. La compañía minera se dedicó a investigar a la corresponsal anónima que exponía las arbitrariedades cometidas contra los trabajadores. La empresa descubrió a Juana y logró encarcelarla por algunos meses.
Juana se contagió de la virulencia de los partidos liberales y fundó un club en Minas Nuevas, llamado Club Liberal Benito Juárez. Desde entonces Juana empezó a ser acosada por la policía, la familia de la revolucionaria decidió abandonar el estado.
En Guanajuato fundó, junto con Elisa Acuña, Vésper, un periódico que dio campo de acción a las mujeres dentro del movimiento liberal. Esta publicación acompañaría siempre las batallas políticas de la periodista.
Juana llegó a colaborar en otros periódicos liberales como Diario del Hogar, el Heraldo, El Hijo del Ahuizte y Alma Mexicana. Gracias a sus publicaciones Juana entraría en contacto con opositores al gobierno, como los hermanos Flores Magón. Pero Vésper, de corte anticlerical, llamó también la atención de la jerarquía católica y del gobierno. Por lo que la publicación fue clausurada, Juana y su familia tuvieron que huir del estado para asentarse en la Ciudad de México.
En esta época Juana entra por primera vez a la cárcel de Belén, en aquellos días, su esposo, Cirilo, muere a causa de congestionamiento alcohólico.
Con la persecución del régimen de Díaz, varios liberales optan por refugiarse en Texas. En Estados Unidos el movimiento liberal estaba retraído, con la intención de reorganizarse para poder iniciar un levantamiento armado. Pero la presión pesó sobre el grupo y hubo divisiones, más que de carácter ideológico de índole personal. Juana y los Flores Magón terminan confrontados de manera irreconciliable, además terminó expulsada del círculo anarquista. Una de las razones que utilizó Ricardo Flores fue la supuesta relación lésbica entre Elisa y Juana, a quienes llamó “seres depravados y asquerosos”.
Juana regresó a México e hizo, junto Elisa Acuña y Dolores Jiménez y Muro, la organización Socialismo Mexicano. A partir de esa época la mujer apoyó la revolución iniciada por Francisco I. Madero, desde los clubes Mujeres Amigas del Pueblo e Hijas de Cuauhtémoc.
Belén, además, se dedicó a la poesía. Era admiradora de Gustavo Adolfo Bécquer y de Manuel Gutiérrez Nájera. De Juana Belén se conservan algunos poemas.
Juana se desilusionó del gobierno de Madero, a quien ella exigía que las mujeres tuvieran derecho al voto. Juana se integró al ejército rebelde de Emiliano Zapata. La revolucionaria fue redactora del Plan de Ayala, pero también participó al frente de una tropa llamada “Victoria”. En medio de la rebelión Juana mandó fusilar a alguien de su división por violar a una mujer. Cuando Zapata se enteró de esto la ascendió a coronela.
Cuando el zapatismo fue sofocado Juana fue encarcelada. Años después la mujer se dedicó a proyectos educativos y a defender el agrarismo, de hecho, escribió un libro Por la Tierra y Por la Raza, que defendía a comunidades indígenas.
En 1942, a la edad de 64 años murió Juana. Su última casa se ubicó en Calzada de Tlalpan #1595. Sus restos se encuentran en una lápida sin nombre en el panteón de Dolores de la Ciudad de México.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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