17 noviembre, 2021
Mientras las instituciones de educación superior convencionales no cambien su paradigma para crear espacios y ambientes interculturales pertinentes para jóvenes indígenas, la exclusión en las universidades será cada vez más complejos para los pueblos y comunidades indígenas
Twitter: @KauSirenio
La barrera cultural y lingüística se profundiza cada vez más para los jóvenes indígenas que aspiran cursar una licenciatura que ofertan las universidades públicas, mientras que las escuelas privadas mantienen colegiaturas inalcanzables para los pueblos y comunidades indígenas. La discriminación estructural excluye a mujeres y hombres de las aulas y perpetúa la migración hacia los campos agrícolas de México y Estados Unidos.
Esta barrera que enfrentan los jóvenes indígenas que aplican un examen para ingresar a las universidades tiene que ver con la falta de tecnología, bibliotecas e internet en las comunidades indígenas y rurales. Además de la falta de difusión de la oferta académica de estos lugares, ni siquiera las convocatorias de nuevo ingreso.
De acuerdo con la investigadora Lorena Villa Lever, sólo el 1 por ciento de la matrícula universitaria en México son indígenas: «Del total de indígenas inscritos en la educación superior, el porcentaje que logra titularse es muy bajo, aunque éste es un fenómeno ocurre también entre la comunidad no indígena».
Por su parte, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer que la mayoría de los indígenas padece de “pobreza multidimensional”. El rezago en el acceso a servicios básicos como vivienda, alimentación, salud y educación agrava las desigualdades de las comunidades y restringe sus posibilidades de estudiar.
El arquitecto ñuu savi Cirino Altamirano, egresado de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), dijo que el problema central que padecen los jóvenes indígenas es el racismo y clasismo que se reproducen en las aulas de las universidades.
“Los planes de estudios de la UAGro distan mucho de las necesidades que enfrentan los universitarios indígenas. No hemos podido despojarnos de la discriminación y el clasismo. Esto se refleja en las convocatorias que emiten las universidades, después del examen los jóvenes indígenas son timados porque no son aceptados”, dice el arquitecto ñuu savi.
Exalumno de la Unidad Académica de Diseño y Arquitectura en Taxco, cuestiona las preferencias que se les da a familiares de los académicos de la universidad: “La lista empieza con los hijos de los académicos, le siguen los mestizos y en último lugar entran los indígenas. Eso sí, nunca son aceptados en las facultades de su primera opción”.
Altamirano Cortés critica el engaño que se presenta en la convocatoria de la UAGro, que establece como requisito para ser considerados estudiantes indígenas la autoadscripción: “Me sentí discriminado porque en la Unidad Académica de Arquitectura de Chilpancingo aplicamos tres estudiantes que nos autodefinimos como indígenas, sin embargo, ninguno fuimos aceptados. Después de protestar por varios días nos enviaron a Taxco porque allá les faltaba completar las matrículas. La actitud de los directivos de la Universidad fue por demás racista y excluyente”.
Un estudio publicado por la Universidad Autónoma de Quintana Roo titulado El papel de la Universidad ante las demandas de los pueblos indígenas se expone que “En el aspecto académico, los egresados de instituciones educativas de nivel medio superior, ubicadas en regiones indígenas, difícilmente logran pasar los exámenes de admisión. Lo anterior ha sido producto de la falta de pertinencia cultural y lingüística de la educación básica que se ofrece en las comunidades indígenas”.
Mientras las instituciones de educación superior convencionales no cambien su paradigma para crear espacios y ambientes interculturales pertinentes para jóvenes indígenas, la exclusión en las universidades será cada vez más complejos para los pueblos y comunidades indígenas.
Solo el reconocimiento a la diversidad cultural en las universidades públicas y privadas permitirá construir nueva relación académica con los estudiantes indígenas. Si esto no ocurre, será muy difícil amortiguar las desigualdades que de por sí son bastante pronunciadas en el México profundo que ahora se niega sacudirse de su letargo clasista.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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