Después de más de un siglo, las Islas Marías, una de las prisiones más famosas de México, donde fueron recluidos diversos presos políticos, serán transformadas en un centro artístico y educativo para niños y jóvenes
Textos: Arturo Contreras
Imágenes: Víctor Ortiz y Duilio Rodríguez
“Esto se acaba a la derecha”, dijo Andrés Manuel López Obrador mientras sostenía un grillete de 16 kilos en esa mano. “Esto está a la izquierda”, continuó mientras mostraba en la otra mano el decreto recién firmado con el que las Islas Marías dejaron de ser un centro penitenciario y se convirtieron, oficialmente, en el Centro educativo y medioambiental para jóvenes y niños Muros de Agua, José Revueltas.
El mandatario visitó el fin de semana las Islas del Pacífico y este lunes dio el anuncio en su conferencia matutina sobre la transformación de la isla en un centro para las artes, la cultura y el conocimiento sobre el medio ambiente, la naturaleza.
El gobierno federal espera que la isla esté lista para abrirse a campamentos educativos para estudiantes de primaria y secundaria, y que también pueda ser un centro de investigación donde jóvenes de licenciatura realicen prácticas profesionales. Prevé que, en un año, al menos 50 mil personas hayan asistido a los campamentos en la antigua colonia de prisioneros.
“Si tenemos una sociedad mejor, no habrá necesidad de cárceles”, dijo el presidente en lo que, según él, marca un parteaguas en la visión de un nuevo sistema de prisiones en México, en el que se dará prioridad los derechos humanos. “Tenemos que tener más escuelas, menos cárceles”.
Para desocupar la isla Madre, que solía albergar cuatro Centros Federales de Reinserción Social, serán liberados 200 presos de baja peligrosidad y el resto, unas 400 personas, se trasladarán a cárceles cercanas a sus lugares de origen o domicilios.
El reporte más reciente del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social señala al Complejo Penitenciario de las Islas Marías como el quinto con menos población: 553 reclusos, apenas 10 por ciento de los 5 mil 106 espacios disponibles.
Las Islas Marías se convirtieron en una prisión de alta seguridad en tiempos de Porfirio Díaz, bajo una influencia de prisiones francesas que vulneraban los derechos humanos, como dijo Francisco Garduño, Comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Reinserción Social.
Después, en los años 20, el centro penitenciario tuvo un acercamiento a un sistema de reinserción social en el que se procuraba la integridad de la persona, aseguró Garduño, pero se dejó de lado y en los años 70 ya se había creado el mito de ser la prisión más cruel e inhumana del país.
En años recientes, los reclusos eran identificados como de baja peligrosidad.
El cierre del penal de las Islas Marías representa el fin de una era que castiga y persigue a los desposeídos, según la secretaria de Medio Ambiente, Josefa González Blanco.
“Ofreceremos talleres transformativos que dejarán semillas en las almas de nuestros hijos y nietos que germinarán con el tiempo”, dijo en su intervención la secretaria, “Crecerán como ceibas fuertes y sanas, con nuevos paradigmas de compromiso, amor y respeto”.
En esta isla estuvo como preso político el escritor José Revueltas, cuya obra se consideraba subversiva. Ahora, el centro educativo llevará el nombre de la obra inspirada durante su encierro: Muros de agua.
En el proyecto participan, entre otras dependencias, la Secretaría de Cultura, la Marina, Conacyt, Secretaría de Gobernación, Educación Pública y Secretaría del Deporte; universidades y tecnológico.
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