Incendian bar después de ataque a una de sus propietarias

6 mayo, 2019

El pasado viernes, el restaurante de mariscos fue atacado por dos hombres, vecinos de la colonia Doctores, que habían hostigado a una de sus propietarias. El domingo siguiente, el lugar fue incendiado. «El factor lesbotransfóbico es muy importante en este relato», señala una de las propietarias.

Texto: Lydiette Carrión

Fotografía: Cortesía La Cañita

Diana J. Torres y Ali Gardoqui son artistas, creadoras, y además conforman un matrimonio lésbico. Desde 2017, echaron a andar un proyecto cultural disfrazado de marisquería: el restaurante bar “La Cañita”, localizado en Doctor Andrade 24, Colonia Doctores. El pasado 3 de mayo, La Cañita, y  en particular una de sus dueñas, Diana J., sufrieron el primer ataque de odio, y el acoso y los atentados no han parado desde entonces.

Ali Gardoqui narra la historia: el viernes pasado, su esposa, Diana J. comenzó a ser hostigada por uno de sus vecinos, un hombre (las denunciantes prefirieron omitir el nombre, dado que hay una denuncia en trámite) que apenas 15 días atrás salió de la cárcel. El vecino, desde que alcanzó la libertad, se volvió un dolor de cabeza para los vecinos en general: los niños de la vecindad donde vive ya no pueden salir por las tardes, el comerciante de carnitas también ha sido intimidado, etcétera.

En el caso de Diana, el individuo la hostigaba; primero le pidió tragos gratis, a lo que Diana accedió, sabiendo la mala fama que el tipo tiene en la colonia, y con la finalidad de no llegar a una confrontación. Además, una de las políticas de La Cañita ha sido la de cortesías y precios especiales a sus vecinos. Pero el agresor no paró; le dijo  que debía tener relaciones sexuales con él. Aquel viernes 3 de mayo, afuera de La Cañita, el tipo además insinuó que le debían “derecho de piso”.

Diana se negó y, tras mucho acoso, le expresó que nunca iba a tener relaciones con él, que no le interesaba y era lesbiana. El agresor comenzó  a insultar a la clientela con ofensas homofóbicas. Una parte considerable de la clientela del lugar pertenece a la comunidad LGBTI.

Diana se metió a su negocio e ingresó al baño; y cuando salió, el agresor estaba en la barra del lugar exigiendo bebidas gratis, junto con un amigo suyo, también vecino. Pero en esta ocasión se las negaron. Entonces el agresor comenzó a destrozar el lugar; a Diana la tiró al suelo y la golpeó en la cara; otra chica trans fue agredida de la misma forma; otro cliente sufrió fractura de nariz; la bartender fue herida en la mano y el agresor aprovechó para meterse a la barra y tomar la caja de dinero del establecimiento. Entre forcejeos, con ayuda de las otras personas que estaban ahí, Diana logró recuperarla, aunque el agresor sí alcanzó a sacar dinero en efectivo.

“Esto duró aproximadamente unos cuatro minutos, en lo que la gente se refugió en el baño. Desde ahí empezaron a llamar a las ambulancias y las patrullas. Este tipo no paró”, narra Ali Gardoqui. Finalmente, una vecina de más edad entró y logró calmarlos; y se fueron.

Cuando una patrulla llegó, los agresores ya se habían retirado, y la ambulancia nunca vino. Así que llevaron a los heridos en taxi al hospital.

A pesar de los destrozos y al maltrago, decidieron abrir al día siguiente. “El sábado abrimos. Y en la noche hubo un coche rondando… se dieron chiflidos; mucho hostigamiento” y mejor cerraron para evitar un incidente.

Pero al día siguiente, el domingo 5, “nos informan que se está incendiando el techo del local”, denuncia Ali. Ellas saben que no fue accidental. El techo del local es de palma, pero tiene una aplicación retardante del  fuego. “Eso no se enciende si le tratas de prender fuego con un encendedor; necesitas forzosamente echarle gasolina u otro combustible”. Por suerte, los vecinos llamaron a los bomberos. “Estuvo a punto de pasar una tragedia, porque justo arriba [del techo] pasa un tubo de gas”.

Este lunes, Diana y Ali ratificarán su  denuncia al Ministerio Público. Ali explica que, a pesar de vivir en esta ciudad, y de que por supuesto se han presentado incidentes, por la misma inseguridad, “no había estado tan cerca con un ataque con el puro odio, con la pura intención de hacer daño… el factor lesbotransfóbico es muy importante en este relato”, remata.

Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).

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