11 noviembre, 2021
Uno de los mayores comerciantes de muebles en el mundo está vinculado a la tala ilegal en zonas protegidas de Siberia. Según una investigación de Earthsight la deforestación se hace en complicidad con políticos rusos. En la COP26, sillas, mesas y sillones de Ikea ayudaron a recibir a líderes de Estado, diplomáticos, activistas y periodistas
Texto y fotos: José Ignacio De Alba
GLASGOW, ESCOCIA.- A pesar de que la COP26 es un evento de Naciones Unidas, también es un evento patrocinado por compañías privadas. En esta ocasión, aunque es paradójico, empresas dedicadas a los combustibles fósiles como National Grid, marcas de vehículos como Land Rover, gigantes informáticos como Microsoft, farmacéuticas como GSK y la multinacional Ikea son patrocinadores de esta edición de la gran cumbre del clima.
La mayoría de los muebles de la convención fueron cortesía de Ikea, la empresa sueca que ha logrado posicionarse en prácticamente todo el mundo. Sus muebles para armado y de diseños funcionales amueblan millones de hogares. En la COP26 miles de sillas, mesas y sillones ayudaron a recibir a líderes de Estado, diplomáticos, activistas y periodistas.
Pero en una sede alterna a la COP26 la organización Earthsight presentó un informe sobre la compañía Ikea. La organización inglesa se valió de reuniones encubiertas, visita a los sitios de deforestación, imágenes satelitales y procesamiento de datos para investigar el destino de 2.16 millones de metros cúbicos extraídos de Rusia.
Earthsight encontró que los madereros rusos “tiraron millones de árboles con el falso pretexto de que estaban muertos, enfermos o dañados, lo que es conocido como como derrumbe sanitario. Con frecuencia los árboles enfermos son usados como excusa para burlar las leyes de explotación forestal en Rusia”, dice el informe Ikea´s House of Horrors.
Rusia es uno de los grandes exportadores de madera en el mundo. Casi la mitad de su territorio, unos 800 millones de hectáreas, están recubiertas por árboles. La tundra ártica y las estepas forman el bosque más grande del planeta. Pero desde hace años este tesoro verde ha sido saqueado. A través de políticos corruptos y de empresas como Ikea la biodiversidad de este sitio corre peligro.
Earthsiht asegura que son “la cultura de consumo y la electricidad generada con biomasa” las principales amenazas para los bosques. Según análisis del Global Forest Watch Rusia ha perdido 69.5 millones de hectáreas desde el 2001, esta representa un área de bosques del tamaño de Texas. Aunque la depredación sobre Rusia aumentó en los últimos años y con la pandemia, tan solo para cumplir sus acuerdos con la Unión Europea se tuvieron que cortar 200 mil árboles al día.
China y Europa son los mayores mercados para la madera rusa. Aunque la mayoría de la madera que viaja a China se utiliza como materia prima para la elaboración de mercancías, que después son exportadas a otras partes del mundo.
Desde hace décadas los bosques rusos han sido saqueados por personajes cercanos a la política. Evgeny Bakurov, quien tiene aspecto de un luchador de peso pesado, es un zar de la madera. Su fortuna y su posición política son conocidas en Rusia, la revista Forbes lo coloca como uno de los políticos más adinerados de su país.
Fue el propio Bakurov en un video promocional quien aseguró que algunas de sus empresas eran proveedores de Ikea. Pero más allá del video Earthsight se dedicó a investigar por más de un año la relación que hay entre la empresa sueca y la tala de bosques en Rusia. Bakurov rehuyó a una entrevista con la organización inglesa, pero su mano derecha Vadim Kovalevsky confirmó que algunas empresas de su jefe están vinculadas a Ikea “sí, aún tenemos compradores que le venden productos terminados a Ikea”.
Datos del gobierno de Rusia, utilizados para rastrear madera, confirmaron a Earthsigh que cinco empresas de Bakurov son el inicio de una elaborada cadena de suministros de materias primas para Ikea.
Earthsight “encontró que las compañías de Bakurov han burlado sistemáticamente las leyes ambientales y forestales durante años”. La organización no gubernamental explica que “bastas áreas de bosques fueron ilegalmente tiradas bajo el pretexto de que los árboles estaban enfermos o muertos”.
Earthsight estima, con base en fotografías de GPS, que solo las compañías de Bakurov han extraído 2.16 millones de metros cúbicos de áreas protegidas de los bosques de Siberia, en los últimos diez años. Esa cifra equivale a cuatro millones de árboles; muchos de ellos de hasta 150 años de antigüedad. Si toda esa madera se pudiera apilar sería del tamaño de la Pirámide de Guiza, en Egipto.
Según la organización Bakurov ha podido actuar con impunidad gracias a sus nexos con funcionarios del gobierno de Vladimir Putin.
No es la primera vez que Earthsight señala a Ikea por relacionarse con la tala clandestina de árboles. En 2020 la organización denunció a la empresa por ser una de las mayores compradoras de madera ilegal de los Montes Cárpatos, en Ucrania.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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