¿Hacia dónde se dirige nuestro orgullo?

22 junio, 2023

Para tener claro hacia dónde se dirige la lucha política que representa el Orgullo LGBT+ es necesario conocer su historia. ¿Cómo se origina el Pride y qué significados tenía en un inicio? Aquí un recuento

Texto: Andrea Sarmiento Pastrana

Fotos: Belén Kemchs y Secretaría de Cultura

CIUDAD DE MÉXICO. – El 28 de junio es el Día Internacional del Orgullo LGBT+, una fecha para reconocer la diversidad y libertad sexual y exigir los derechos que por años se le han negado a toda una comunidad. Alrededor de esta lucha se han generado diversos debates sobre el rumbo que está tomando, principalmente porque comenzó a tomarse como objeto de publicidad para las empresas; para muchas personas, el Pride (su nombre en inglés) se ha convertido más en una fiesta que una batallas política.

¿Cómo fue que una manifestación que era reprimida con violencia, terminó con carros alegóricos patrocinados? ¿Cuál es el rumbo actual de la lucha? Para tener claro hacia dónde se dirige la lucha que representa el Orgullo LGBT+ es necesario conocer su historia. Aquí un recuento

Stonewall, el origen

A nivel global se adjudica el origen del Pride a las revueltas de Stonewall en Nueva York. Todo sucedió en un bar gay popular ubicado en uno de los barrios más bohemios de la ciudad, Greenwich Village, en el cual un grupo de policías llegó a reprender a quienes estaban dentro. Estas razzias eran  muy normalizadas en la época, no obstante, el 28 de junio de 1969 fue la primera vez que la comunidad mostró resistencia.

En ese momento destacaron tres mujeres importantes: Stormé DeLarverie, Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. Stormé, mientras era arrestada, gritaba dando ánimos al resto para oponerse ante las agresiones, Marsha fue de las primeras en resistir ante el ataque y Sylvia, según los rumores, fue quien lanzó la primera botella.

De ahí se derivaron días de disturbios y en conmemoración se realizó el 28 de junio de 1970 la primera Marcha del Orgullo reconocida oficialmente, la cual se fue extendiendo al resto de ciudades y países.

Stonewall fue un parteaguas al ser un evento que sirvió como una inspiración para levantarse por los derechos de la comunidad homosexual y transexual. Sin embargo, cada país cuenta con sus propios sucesos que lo llevan a estar en donde está.

México: el Frente de Liberación Homosexual

En México la lucha comienza a inicios de los años 70. Con el contexto del movimiento estudiantil de 1968, Stonewall, y tras el despido injustificado de parte de Sears a uno de sus trabajadores por mostrar una conducta homosexual, en 1971 se formó el Frente de Liberación Homosexual (FLH) encabezado por la escritora Nancy Cárdenas, quien en 1974 se convertió en la primera lesbiana en hablar sobre homosexualidad en televisión cuando fue invitada a una entrevista en el programa de 24 horas con Jacobo Zabludovsky. Se declaró lesbiana publicamente y abogó por los derechos así como el respeto a los homosexuales.

Posteriormente surgió el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), que en 1978 fue el contingente que representó a la comunidad dentro de la conmemoración de la Revolución Cubana. Con solo 30 personas, esta fue la primera aparición pública de un colectivo gay.

El mismo año, también se vio participación del Frente en la manifestación por los 10 años de la masacre de Tlatelolco. El FHAR ya no estaba solo, lo acompañaban el Grupo Lambda de Liberación Homosexual y la Oikabeth, siendo esta la primera organización completamente lésbica. Desde el inicio, los grupos fueron de la mano con colectivos feministas.

La primera marcha en la Cdmx

Finalmente, el 29 de junio de 1979 se realiza la primera Marcha del Orgullo Homosexual de forma oficial en la Ciudad de México. En esta participaron alrededor de mil personas y fue una ruta corta debido a que no les permitieron caminar sobre Paseo de la Reforma ya que es una avenida muy transitada, por lo que tuvieron que cambiar de trayecto, desplazándose al final de la Columna de la Independencia a Plaza Carlos Finlay.

Veinte años después, para 1999 el movimiento había tomado tanta fuerza que logró llegar al Zócalo por primera vez. Desde entonces se han unido cada vez más personas hasta llegar a las masas que vemos ahora; en ese proceso, han habido logros en el marco jurídico tales como la Ley Nacional contra la Discriminación, la adopción homoparental en varios estados o más recientemente la legalización del matrimoino igualitario a nivel nacional. Pero aún con los derechos que se han ganado con los años, quedan temas pendientes y de suma importancia por atender.

La invasión capitalista

La Marcha del Orgullo tiene una carga histórica y política. Que hoy podamos salir a las calles se lo debemos a quienes en el pasado fueron perseguidos, encarcelados, torturados o asesinados. Es una historia que las marcas no cuentan. 

La publicidad mercantiliza la idea del amor utilizando toda la parte alegre del Pride para hacerse promoción. El problema es que invisibiliza el otro lado de la moneda y se piensa que con salir a bailar a las calles un día es suficiente. Nada más lejano a la realidad de un país que ocupa el segundo lugar en Latinoamérica en crímenes de odio.

Un ejemplo de la invasión del capitalismo dentro del movimiento LGBT+ ocurrió el año pasado, cuando dos chicas fueron a comer a la plaza Reforma 222 después de asistir a una marcha lésbica y les pidieron que se retiraran, pues no podían estar con carteles. Irónicamente, esto ocurrió a un lado de una publicidad deportiva que decoraba su logo con un arcoíris y escribía el eslogan deporte es amor.

Es necesario que nos replanteemos nuestra participación dentro del mismo. Entender que esta es una lucha popular, y que tanto los comerciantes como los políticos que ondean la bandera de la comunidad cada 28 de junio son los mismos que nos niegan nuestras libertades el resto del año. La contienda por la libertad y equidad es algo de todos los días. 

Andi Sarmiento

Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo