Hoy se definirá si los estadounidenses respaldan la política del controversial Donald Trump o le dan vuelta a la página. El ambiente político está polarizado como pocas veces en la historia. Aun así ninguno de los candidatos tiene la elección de su lado. Éste es el Abc para seguir el proceso electoral
Texto: José Ignacio De Alba
Fotos: Gobierno de Estados Unidos
Trump se dice listo para impugnar el resultado; por su parte, Joe Biden se posiciona en las encuestas con una ligera ventaja. Pero si algo enseñó la elección del 2016 es que nada se puede dar por sentado.
El proceso electoral ha dejado al desnudo las debilidades del país más poderoso del mundo. La polarización política ha socavado la credibilidad de las autoridades electorales, en cada oportunidad que tiene el presidente Donald J. Trump siembra desconfianza en un resultado que hasta el momento parece no favorecerle.
El presidente Trump aseguró este domingo que al finalizar las elecciones comenzará con su equipo de abogados un escrutinio sobre las boletas y el conteo de los resultados. El resultado de la elección se podría llevar a cabo en los tribunales electorales.
Estados Unidos llega a las urnas en medio de una polarización histórica. Desde las protestas masivas por la muerte de George Floyd, que han puesto en la mesa el tema del abuso policial y la discriminación en Estados Unidos. Quizá un termómetro interesante es que en los meses previos a las elecciones se ha registrado una alza en la compra de armas, según Small Arms Analytics, en lo que va del año se han adquirido 17 millones.
Son unas campañas electorales enrarecidas por la pandemia. Una parte de la estrategia de Joe Biden ha sido criticar el manejo de la epidemia. Estados Unidos lidera desde hace varios meses la cantidad de contagios, hasta el momento se contabilizan más de 9 millones y medio de personas infectadas y cerca de 250 mil muertes.
Horas antes de las elecciones en las calles aledañas a la Casa Blanca se han instalado barricadas, los comercios de la zona han tapiado ventanas y puertas para evitar los destrozos de posibles manifestantes, según han reportado medios locales.
Hoy se podrían saber los resultados si alguno de los candidatos ganara por una amplia ventaja, pero los resultados para una elección cerrada podrían tardar días. En un país que vive con una intensa crispación política, esperar será un reto. Por lo pronto Twitter y Facebook anunciaron que advertirán a los usuarios sobre publicaciones que declaren prematuramente a un ganador.
Lo que se define es la radicalización de la derecha, representada por Trump o la defensa del “establishment” de Joe Biden.
Trump, de 74 años, se dedicó a los negocios inmobiliarios y a la industria del entretenimiento hasta 2016 cuando participó como candidato republicano para las elecciones.
Biden, de 77 años, tiene una larga carrera política como funcionario en gobiernos demócratas, su último cargo importante fue como vicepresidente en la administración de Barack Obama.
Hasta ayer cerca de 100 millones de estadounidenses ya habían votado por correo. Se presume que la participación electoral sea muy alta, en contraste con 2016, cuando solo el 55 por ciento de los estadounidenses votó, una de las cuotas más bajas en la historia de Estados Unidos. Quizá la participación electoral de este año ponga contra la pared a Trump.
Las elecciones de Estados Unidos se determinan básicamente con 538 votos, que emiten 538 representantes del Colegio Electoral, llamados electores o compromisarios. Estos son los que eligen al presidente y al vicepresidente de Estados Unidos.
La cantidad de electores es igual a la cantidad de miembros de la Cámara de Representantes (435) y a los miembros del Senado (100). Además de los 3 votos para Columbia, en Nueva York, debido a la cantidad de gente que vive en el distrito.
Los 538 están distribuidos por estados, la cantidad de población que vive en la región determina el número de electores en la entidad. Por ejemplo, los lugares con pocos pobladores como Vermont o Montana solo tienen 3 electores. Mientras que California tiene 55.
Los territorios de Estados Unidos que no se consideran como estados –como Puerto Rico- sólo pueden participar en las elecciones primarias, para elegir a los candidatos a la presidencia.
El voto popular que veremos hoy solo se encargará de elegir a los 538 electores, normalmente los electores votan según las preferencias de la gente. Hay casos raros, como en la elección del 2016, donde la mayoría de los estadounidenses eligieron a la candidata demócrata, Hillary Clinton, pero el Colegio Electoral le dio la victoria a Donald J. Trump.
Gana el candidato a la presidencia que obtenga la mayoría de los 538 votos, o sea el que obtenga más de 270.
A pesar de que California es el que mayor cantidad de votos (55) representa en todo Estados Unidos (538), es un estado que ha votado por décadas por el partido demócrata. Texas (38) tradicionalmente está del lado del partido republicano. En cambio Florida, con 29 electores, es un “swing state” o estado bisagra, donde no existe una preferencia definida del voto popular.
Además de Florida, estos son los otros estados que harán la diferencia en las elecciones: Carolina del Norte (15), Pensilvania (20), Wisconsin (10), Míchigan (16), Arizona (11), Minnesota (10), Georgia (16) y Nevada (6).
Trump y Biden se concentraron en cerrar sus campañas en estas localidades. Ambos saben que estos estados son el campo de batalla donde se decidirá la elección.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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