En la madrugada elementos de la Guardia Nacional y policía estatal de Morelos desalojaron a los ejidatarios que mantienen un plantón para evitar la terminación del acueducto que conecta con la termoeléctrica de Huexca. Por la tarde, el gobierno anunció que la termoeléctrica se activará a finales de este año, con gas natural y aguas negras tratadas
Por Daliri Oropeza
Fotos: Cortesía ejidatarios y abogado
Los ejidatarios de Cuautla y el abogado Juan Carlos Flores denunciaron el desalojo del plantón de Apatlaco, en Cuautla, por elementos de la Guardia Nacional, policía estatal y granaderos. Los agentes llegaron con maquinaria para comenzar la conexión del acueducto de Cuautla en el tramo que falta para terminar de conectar con la Termoeléctrica de Huexca y activar el Proyecto Integral Morelos.
Con gallos cantando de fondo, llegaron a las dos de la madrugada de este lunes 23 de noviembre y sacaron a los ejidatarios que estaban de guardia. Los activistas cedieron pues llegaron cientos de elementos que resguardar on el perímetro.
Periodistas locales como Rosy Linares reportaron la entrada de la maquinaria en el único punto que falta para conectar el agua del Río Cuautla con la termoeléctrica.
Los ejidatarios se movilizaron para convocar a la población y tratar de evitar el desalojo.
En octubre pasado, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informaron que no hay autorización para el acueducto.
Después del desalojo y que la maquinaria comenzó a construir lo que falta del acueducto los ejidatarios de Cuautla enviaron una solicitud a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) «ante la ilegalidad y arbitrariedad del gobierno de la Cuarta Transformación ya se está conectando el acueducto en las que inmediaciones del Río Cuautla»
El abogado Juan Carlos Flores detalló que hay 16 amparos vigentes contra el Proyecto Integral Morelos. De estos, 6 son por el agua del río Cuautla y contra el acueducto que conectaría a la termoeléctrica. Otros tres son contra el gasoducto, incluidos los de pueblos indígenas como Amilcingo y Atlixco. Uno más es contra la termoeléctrica, interpuesto desde 2014.
Además, hay dos amparos vigentes para que se respete la autodeterminación de los pueblos, que ya decidieron que no quieren ni la termoeléctrica ni el gasoducto. A la par, hay cuatro amparos en trámite contra la consulta que realizó el gobierno federal el año pasado.
En los últimos meses ejidatarios como Flavio Plascencia denunciaron que la asociación civil Asurco, concesionaria del agua del río, firmó -sin el consentimiento de los ejidatarios- el permiso para terminar el acueducto. Sin embargo, asegura que son los ejidatarios y no el presidente de la asociación civil quienes pueden decidir sobre el agua, por lo tanto es ilegal lo que hicieron.
De acuerdo con lo que describe el abogado Juan Carlos Flores, la asociación de Asurco no puede comprometer el agua ni los recursos de los ejidatarios que le pertenecen a los campesinos. Sólo tienen injerencia para el agua que se reparte. Pero todos los ejidatarios son propietarios de la tierra y el agua, por decreto del entonces presidente Lázaro Cárdenas desde 1926. Las decisiones se toman en asamblea.
“Son dueños del agua tres veces. Una por ser pueblos originarios que desde sus ancestros se asentaron en la rivera del río. Han mantenido el lugar, mucho antes de la constitución del Estado mexicano; por defenderla, por el derramamiento de sangre de sus abuelos directos que lucharon junto a Zapata. La tercera es la concesión por 25 años que tienen del agua ante la Conagua, por medio de Asurco, donde cada ejido es socio”, dijo el abogado Flores.
Son primordialmente los ejidatarios quienes sostienen el plantón de Apatlaco. De acuerdo con sus testimonios, fueron amedrentados y fotografiados por personas desconocidas el mismo día que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Conagua realizaron una inspección en la termoeléctrica.
Flavio Plascencia denunció desde septiembre que hubo acercamientos e invitaciones del gobierno, pero a las reuniones sólo asistían algunos ejidatarios.
“Yo no quiero coquetear con el gobierno, ya les dijimos que no queremos que se lleven nuestra agua; ni que regresen el agua contaminada, según tratada, al río, ni que encienda la operación de la termo”, aseguró el ejidatario.
En los últimos meses, los ejidatarios denunciaron varias veces el hostigamiento por parte de agentes federales y civiles contra la guardia que tenían en el plantón a la orilla del río Cuautla.
Teresa Castellanos recordó que Huexca es un pueblo con usos y costumbres, donde decide la asamblea. Ésta ya decidió por consenso que no quiere la termoeléctrica. Cuando la activaron para pruebas, dijo, se escucharon los 110 decibeles de ruido que hace la estación en todo el pueblo.
Horas más tarde, en conferencia de prensa conjunta, los gobiernos federal y local, aseguraron que la termoeléctrica se activará a finales de este año.
Luis Bravo, coordinación de comunicación coorporativa de CFE, aseguró que no existe ningún impedimento legal para el inicio de las obras ni para el inicio de operaciones «ya que no existe ninguna orden alguna de jueces que lo impida. Destacó que la obra fue aprobada en una consulta y puso por delante el acuerdo con Asurco. Aseguró también que sólo transportará aguas negras tratadas y «no se estará tomando agua del río Cuautla».
» Si esta obra, cuyo costo de 25 mil millones de pesos de todos los mexicanos, no se llevase a cabo, se convertiría en chatarra», afirmó
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