22 diciembre, 2022
El Gobierno de la Cuidad de México donó 3 de las 58 hectáreas del Vivero Nezahualcóyotl para instalaciones de la Guardia Nacional. Esto despertó preocupación de habitantes de esta zona que colinda con Canal de Chalco y de investigadores por la constante urbanización y pérdida de la naturaleza para la Ciudad de México
Texto y fotos por Daliri Oropeza Alvarez
CIUDAD DE MÉXICO.- Cecilia Urbina Martínez vende ropa usada a las afueras de la unidad habitacional donde vive con su hija en la colonia El Molino Tezonco, contigua a Canal de Chalco. Es vecina del Vivero Nezahualcóyotl, donde trabajó por 4 años sembrando árboles “chiquitos”, pues le tocó ver nacer y trasplantar las diferentes especies que sirven para reforestar la cuenca del Valle de México.
El gobierno de la Ciudad de México cedió por decreto 33 mil metros cuadrados de sus tierras al gobierno federal “para destinarla a las instalaciones de la Guardia Nacional”, lo que desincorpora más de 3 hectáreas de las 58 que tiene el vivero. Una de las labores principales de esta Área Natural Protegida es dotar de vegetación a las urbes.
Cecilia no estaba enterada del decreto y saberlo le causa preocupación. Recuerda que dejó de trabajar en el vivero cuando se enfermó de la rodilla. Lo considera un espacio verde fundamental para Xochimilco.
“Nos van quitando todas las áreas, a veces de ahí, a veces por allá, y no está bien porque ese vivero ya tiene muchos años de existir y es protegido, yo tenía 39 años cuando trabajé ahí, ahorita tengo 77 años, imagínate”, comparte Urbina.
El vivero Neza cumplió, este 2022, 30 años de ser una Área Natural Protegida de Xochimilco. Hay más de 150 especies de plantas, buena parte de la región y otras externas que se han adaptado. Cuenta con árboles, arbustos, herbáceas, plantas ornamentales, como magnolias, jacarandas, pinos, fresnos, liquidambar, cacaloxochitl, palmas, ébanos, ahuehuetes, ahuejotes, agaves, cactáceas, acacias negras, arbustos como cortinas, rocíos, lantanas, kalanchoes y cientos de plantas más, aptas para la Ciudad.
“¡Así!, así de chiquitos los sembraba yo… no, ahorita, son señores, árboles, los ves para arriba. Está muy bonito el vivero por dentro. Ahorita sacan mucho el árbol para Navidad”, cuenta la señora mientras está sentada con su vecina vendiendo.
Al entrar al vivero se siente la calma, los pájaros trinan sin razón y las mariposas revolotean sobre las cactáceas recién sembradas. Las trabajadoras caminan entre amplios pasillos trazados con la misma tierra rojiza que brilla ante el sol diagonal de invierno, entre las largas sombras de los cientos de árboles que dan un olor fresco al ambiente.
Luis Miguel Robles Gil, fundador de la Unión de Grupos Ambientalistas I.A.P, conoce el vivero y lo ha recorrido varias veces, ya que estuvo a cargo de las Áreas Naturales Protegidas de la zona sur del entonces Distrito Federal de 2007 a 2015 y del Área Natural Protegida de los Humedales de Xochimilco de 2012 a 2015.
“De las afectaciones que podrían derivar de la entrega del Vivero Neza a la Guardia Nacional es el cambio de uso de suelo que se pueda dar, si es que el proyecto contemple nuevas construcciones para su propia infraestructura, restando área verde al Área Natural Protegida, establecida originalmente”, asegura Luis Miguel.
Asegura que tanto el Vivero Neza como el de Cuemanco no proporcionan valor como ecosistemas naturales, sin embargo, el decreto implica la pérdida de vegetación.
“Al haber sido transformados a viveros no proporcionan mayor valor como ecosistemas naturales. Lo que sí se puede valorar en el Vivero Neza es en términos de la inversión económica y del cumplimiento de las funciones para lo que fue creado, pues entregarle el predio a la Guardia Nacional representará una pérdida significativa de recursos y tiempo para recuperar la operación que desempeña actualmente”, asegura Luis Miguel.
Varias personas trabajadoras del vivero expresan que no han sido informadas del decreto de cuáles podrían ser las repercusiones en su trabajo. Prefieren ser anónimas por miedo a represalias, sin embargo, temen que al acortar la extensión de cuidado del vivero también implique depuración del personal. Aseguran que trabajar en un espacio lleno de naturaleza les gusta y les alegra el día. Entre eventuales y de base trabajan por lo menos 250 personas.
El decreto describe la historia del vivero. En 1989 expropiaron los terrenos que destinaron a “mejorar la superficie agrícola a través de la chinampería, incrementar la recarga de los mantos acuíferos y controlar, mediante la creación de lagunas de regulación, las inundaciones y hundimientos que afectan a la región y constituir reservas territoriales en función de lo previsto en el Programa Parcial de Desarrollo Urbano de la entonces Delegación Xochimilco”. En 1992 se convirtió en zona prioritaria de preservación.
La parte que el vivero cede a la Guardia Nacional es el colindante a la avenida Canal de Chalco, de la parte del Ex-Ejido de Xochimilco, “proporcionando para tal efecto diversa documentación para poder llevar a cabo la operación inmobiliaria que nos ocupa”.
Pie de Página realizó un recorrido por las zonas colindantes del vivero tanto colonias como embarcaderos para escuchar lo que las personas piensan de este decreto. La mayoría de las personas consultadas en el sondeo no estaban enteradas.
Maria Sánchez vive en la colonia Valle de San Lorenzo. Es madre de familia y abuela, para ella, la relación e importancia del vivero está necesariamente en su descendencia.
“Este lugar es para los hijos, para llevarlos a jugar ahí, a apreciar los árboles, todo esta naturaleza que se pierde con digamos con esto que está pasando. Le van a dar el territorio a la Guardia y no creo que lo vayan a ocupar para hacer jardines, ¿verdad? Lo van a ocupar para otras cosas, está mal, los árboles los necesitamos para vivir, los soldados no. Porque esa es propiedad de nuestras y nuestros hijos, nuestros nietos, de todos”, asegura mientras sostiene las últimas compras del mandado.
Mariano Rodríguez es habitante de la colonia El Molino Tezonco. Platica en la puerta de su casa con un compañero. Asegura que el vivero siempre ha estado en la vida de los habitantes de su colonia. Le preocupa que después de esto puedan dar más tierra del área Natural Protegida.
“Ese vivero, bueno por mucho, es el que nos da la vida, es como un pulmoncito, que le da vida a todos. Está mal que den la tierra porque, pues, eso no se debe de hacer porque se supone que es patrimonio de nosotros y es reserva, no se debería construir nada”, dice.
Armando Palma trabaja en el embarcadero de Cuemanco que colinda con el vivero. Es propietario de trajineras turísticas que recorren los canales de Xochimilco. De acuerdo con su perspectiva, se han incrementado los elementos de seguridad, tanto policías como guardias en la zona.
Él ha trabajado en varios viveros y le tocó ir a recoger plantas al Nezahualcóyotl y así lo conoció por dentro. “Ahí producen variedad de plantas, muchas, que se pueden perder si le dan estas hectáreas porque quieren hacer un cuartel. En realidad, lo preocupante es la pérdida de la zona ecológica”.
“Xochimilco perdió su vivero que era antes el vivero de San Luis Tlaxialtemalco, que ahora son las instalaciones de Corena. Se siguen perdiendo las áreas verdes que dan oxígeno a la ciudad y es el único vivero que queda en la zona”, describe Armando.
Isidro Recillas Silva es subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos del Vivero Nezahualcóyotl, de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México. En entrevista asegura que el motivo de la creación del vivero fue producir plantas para reforestar la zona conurbada.
Describe que a lo largo del tiempo el vivero ha tenido cambios en algo que llama “paleta vegetal” o los tipos de plantas que producen, de acuerdo con cómo han investigado qué plantas introducir al área urbana, y que no provoque problemas dependiendo de dónde se planta, si es banqueta o jardín.
De acuerdo con el ingeniero Isidro, “este (territorio dado a la Sedena) no deja de ser parte de la poligonal (del vivero), no sé los términos ahí. Yo desconozco y discúlpame los términos legales o administrativos que tuvieron que haber seguido para poder consolidar ese aporte o préstamo”, dice en entrevista con Pie de Página.
Sin embargo, asegura que la cuestión del decreto ya fue informada a trabajadores y al sindicato y que a raíz del mismo no se planean recortes de personal.
“Era un área que estaba sin vocación de producción, sin ninguna utilidad y por eso se determinó la viabilidad de esto”, afirma el ingeniero Isidro en entrevista.
“Todo esto fue un análisis que hicieron las áreas de gobierno en este contexto, nosotros no participamos. A detalle no sé, pero el impacto es en un área que no era aprovechada, urbanización, no sé a qué le llamen, no va a haber condominios ni cosas de ese tipo, no se permite adentro del vivero y eso habría que comentarlo con la correspondiente en el tema de seguridad (GN). Ahí nosotros no intervenimos”.
Al preguntarle qué impacto o qué se perdería del vivero con este decreto, Isidro Recillas asevera que no se afecta nada y hay una explanada:
“No hay nada realmente, son áreas que están vacías, no es ninguna área verde, son tierras que no están produciendo, que no hay arbolado, no hay vegetación, no hay nada que se vaya a tirar o a quitar por construir esto”.
Al interior del vivero no hay impacto en cuanto a la vocación, describe el ingeniero, y a las diferentes actividades que desarrollan.
“En cuanto a retribución ambiental, es otro procedimiento que otras áreas de la secretaría llevan a cabo y determinarán en su momento”, dice Recillas.
Botas llenas de Tierra. Tejedora de relatos. Narro sublevaciones, grietas, sanaciones, Pueblos. #CaminamosPreguntando De oficio, periodista. Maestra en Comunicación y cambio social. #Edición #Crónica #Foto #Investigación
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