15 abril, 2022
El refugio Franciscano estuvo al borde del desalojo ante la amenaza de la especulación comercial y la gentrificación en la Alcaldía Cuajimalpa. Esta es la historia de cómo sobrevivió
Texto y fotos: Joel Cabrales*
CIUDAD DE MÉXICO.- Ubicado en el kilómetro 17.5 de la carretera México-Toluca, en la alcaldía Cuajimalpa, tan sólo a unos metros de los complejos inmobiliarios “El bosque “ y Be Grand, el refugio tiene aproximadamente 10 mil metros cuadrados, de los que tres mil están construidos y lo demás es bosque, según fuentes consultadas que laboran en el lugar cuentan con 345 árboles, 1492 perros y 36 gatos.
El Refugio Franciscano es una asociación civil que ha hecho la labor de rescatar y proteger animales maltratados o en situación de calle desde 1977; en total han ayudado a 25 mil animales en los últimos 45 años.
El pasado 03 de abril de 2022 se dieron cita alrededor de 50 personas entre ellos vecinos y activistas para protestar por un posible orden de desalojo ordenada por el juez 60 de lo Civil del Poder Judicial de la Ciudad de México. El juicio sorprendentemente duró 6 meses, algo inaudito en la carga procesal en juzgados pues la pandemia ha dilatado los procedimientos.
El martes 06 de abril a las 07:00 de la mañana “policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México” llegaron alrededor del refugio con una supuesta sentencia de desalojo. Hubo tensión y lo denunciaron en redes sociales, no se llevó a cabo y “se sostuvo una reunión conciliatoria” entre el Refugio Franciscano con la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama al día siguiente.
La suspensión del comodato hacía el Refugio, es decir, el uso de la propiedad, algo que de manera unilateral quebranta los deseos del señor Antonio Haghenbeck pues en un testamento estableció la custodia al Refugio Franciscano de manera indefinida para cumplir la función del cuidado, asilar, darles un hogar y una segunda oportunidad a esos perros que son abandonados, atropellados o en situación de calle, o bien ser adoptados.
En voz del vocal del Refugio menciona que son su familia “los franciscanos” pues existe ya desde hace 40 años un vínculo entre quienes hacen la labor del cuidado y los perros.
Este vínculo entre el ser humano y los caninos es comprensible al acudir al Refugio. Los perros se ven felices al salir a su paseo por los pastizales que hacen contraste a la mancha asfáltica a su alrededor.
No hay signos de violencia o maltrato, como diversas campañas “mediáticas” han dicho. El vocal del Refugio asegura que han querido ser desprestigiados en distintas ocasiones.
En este frío pero acogedor espacio, cada perrito tiene su nombre y es tratado como un ser que siente. Cabe señalar que no es la primera vez que tienen este tipo de hostigamiento judicial, pues desde hace 12 años se enfrentan a diversos litigios.
Los intereses por la propiedad es la especulación comercial, pues a lado del Refugio Franciscano también existía un albergue que se dedicaba a la protección de animales domésticos, sin embargo hace 4 meses fueron reubicados a “un lugar mejor para su bienestar” se puede leer en una lona colocada afuera del predio. Una manifestante que prefirió omitir su nombre para evitar represalias, comentó que posiblemente se pretende hacer un complejo inmobiliario de “gran impacto”.
El pasado 9 de abril, la Fundación Antonio Haghenbeck anunció en sus redes sociales un comunicado donde llega a un acuerdo con el Refugio Franciscano, sin embargo en sus líneas surgen muchas dudas según la Fundación Antonio Haghenbeck refiere:
“Debemos estar preparados para los exponenciales retos de nuestro cambiante mundo impone a fin de garantizar la sustentabilidad de nuestra razón de ser: la procuración de una Vida Digna a los animales”.
Y agrega:
“La Fundación reconoce el valioso trabajo del Refugio Franciscano a través de todas estas décadas. Sin embargo, ante la realidad del crecimiento de la mancha urbana y las crecientes presiones sociales, civiles y fiscales, ya es difícil visualizar que el predio que actualmente ocupan pueda prevalecer con ese fin los próximos 30 años y esto dio lugar hace 8 años al planteamiento de finalización de este comodato. De tal forma que nuestra propuesta es crear una alianza con el Refugio Franciscano para asegurar su labor, durante al menos tres décadas más, trabajando juntos para que cuenten con instalaciones dignas, y adecuadas en beneficio de la calidad de vida de los animalitos y del personal que los cuida y atiende”.
Ven la viabilidad de trabajar tres décadas más, pero no especifican si dentro de las instalaciones del predio o dentro de una “reubicación”, como le pasó al anteriormente mencionado refugio, orillado por la mancha urbana pues al llamar al número en las lonas no informan donde reubicaron a los canes.
Según datos del diario El País, en un análisis los mexicanos que tienen sociedades offshore se concentran en unas pocas zonas, Un tercio de las más de 3 mil personas que recurrieron a paraísos fiscales reside en Ciudad de México, de la lista de estos mexicanos muestra que se concentran principalmente en tres alcaldías de la capital: Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Álvaro Obregón. “Solo esas delegaciones suman más de 500 de sociedades offshore. En una de las regiones más desiguales del mundo, México tiene algunas calles o manzanas donde los ricos que han llevado sus fortunas fuera se acumulan por decenas”.
De acuerdo con la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM en el Seminario Interinstitucional Familia y Diversidad menciona que “actualmente, para un sector de la población humana los animales son considerados integrantes de la familia «multiespecie», y son clave en el bienestar familiar. Representan un papel como compañeros y se incluyen dentro de los afectos. En México, según la fuente consultada, entre el 57% y 70% de los hogares cuentan con un perro o gato, con una estimación total de unos 23 millones de estos animales asociados a hogares. El 17% de las familias que tienen al menos un animal de compañía se encuentran en ciudades”.
De llevarse a cabo el desalojo se estarían violando el artículo 13 apartado B numeral 1 de la Constitución Política de la Ciudad de México:
Esta Constitución reconoce a los animales como seres sintientes y, por lo tanto, deben recibir trato digno. En la Ciudad de México toda persona tiene un deber ético y obligación jurídica de respetar la vida y la integridad de los animales; éstos, por su naturaleza son sujetos de consideración moral. Su tutela es de responsabilidad común.
2. Las autoridades de la Ciudad garantizarán la protección, bienestar, así como el trato digno y respetuoso a los animales y fomentarán una cultura de cuidado y tutela responsable. Asimismo, realizarán acciones para la atención de animales en abandono”.
Además de los artículos 1, 2, 4 bis y 23 de la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México y la Declaración Universal de los Derechos del animal, proclamada por la Liga internacional de los Derechos del Animal y las Ligas Nacionales afiliadas en la Tercera reunión sobre los derechos del animal, celebrada en Londres del 21 al 23 de septiembre de 1977.
Las autoridades de la Ciudad de México y entre ellas La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México tienen en sus manos detener el pulpo inmobiliario y pensar en un Hospital Veterinario de calidad o por ejemplo ampliar el centro de adopción de animales de compañía.
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