Gaza: las denuncias internacionales se acumulan

20 enero, 2024

Son países relativamente pequeños los que denuncian en cortes internacionales los muy probables crímenes de guerra cometidos en la franja de Gaza

Por Lydiette Carrión / X: @lydicar

Esta semana, los gobiernos de México y Chile anunciaron que interpusieron una denuncia ante la Corte Penal Internacional para que ésta investigara posibles crímenes de guerra en territorio palestino desde el pasado 7 de octubre.

Hay que aclarar que esta es una denuncia diferente que la realizada por Sudáfrica (por el crimen de genocidio) y ante un tribunal diferente. Mientras Sudáfrica interpuso ante la Corte Internacional de Justicia (el tribunal internacional más antiguo, y que busca dirimir problemas entre países), la Corte Penal Internacional juzga a individuos.

La redacción del comunicado de la cancillería mexicana es, por lo menos, confusa. Se puede agregar que intenta ser “neutral” al no atribuir a ninguna parte los crecientes atentados contra población civil. No menciona ni una sola vez el estado de Israel, si bien reconoce que Palestina es un Estado.

Chile es un país con una comunidad palestina amplia. Es producto, por supuesto de la diáspora palestinos que han debido salir de sus territorios, debido a la ocupación. Esto implicó para muchas familias un desplazamiento forzoso y un exilio que pudo haber sido hace 75 años, o quizá hace 50 años, o 30. Es probable que esta misma comunidad sea ahora la que presione a su país para que se investiguen estos crímenes. 

Aunado a esto, Indonesia demandó  también a Israel ante la Corte Internacional de Justicia por las prácticas de ocupación, no solo en la franja de Gaza, sino en Cisjordania ocupada. 

Para algunos este sería el primer país “musulmán” que se pronuncia por lo que ocurre en Palestina, pero en realidad, Indonesia reconoce al menos seis religiones de su población. En efecto, los países musulmanes han estado silenciosos en todo este proceso. Algunos analistas lo atribuyen a las invasiones que sufrieron en la historia reciente.

Por otra parte, Eslovenia anunció que se sumaría a los procedimientos ante la Corte Penal Internacional, en busca de una opinión consultiva sobre las políticas de Israel en Cisjordania Ocupada, la franja de Gaza y Jerusalén del Este (territorios que según acuerdos previos serían palestinos, pero se encuentran ocupados). El antecedente es que la  Asamblea General de la ONU determinó  en diciembre de 2022 que la CIJ  emita una opinión consultiva sobre si la política israelí en los territorios violaba el derecho internacional.

Así que ahora el Ministro de Asuntos Exteriores esloveno anunció la semana pasada que Eslovenia había decidido “participar activamente” en la moción de opinión consultiva.

Por último, hace pocos días abogados suizos han interpuesto una queja por la presencia del presidente de Israel durante el Foro Económico de Davos. 

No hay que olvidar, desde el pasado 15 de noviembre, abogados franceses también interpusieron una denuncia ante la Corte Criminal Internacional, contra Netanyahu, por genocidio contra víctimas palestinas.

Los esfuerzos legales se acumulan. Pero los muertos y asesinados también. 

24 mil personas asesinadas (no se cuenta a quienes permanecen bajo los escombros)

10 mil de éstas son niñas y niños. 

Al menos mil niñas y niños han perdido una o ambas piernas

Casi dos millones de personas desplazadas de forma forzada. 

La mitad de las personas en riesgo severo por falta de alimentos.

Por sed.

Por enfermedades infecciosas

***

Sé que el tema cansa. Cansa. Me cansa. Esta tarde dos personas que quiero se despedían por unos días, así que comimos y vimos un partido de futbol americano (aunque ni le entiendo ni soy aficionada, solo por el gusto de convivir). Gritamos un “gooool”, decidimos irle al equipo con menos probabilidades. 

Alegría. Quién quiere pensar en los horrores que pasan a miles de kilómetros, a personas –niñas y niños– que hablan otra lengua, que tienen unos ojos grandes, y las mujeres, en su mayoría usan una tela sobre el pelo. 

Alguien escribió: todos simpatizan con la resistencia y con los valientes, pero siempre y cuando esté en los libros o las series de televisión. Cuando es en el mundo físico esa simpatía suele desvanecerse en tiempo real. Es incómodo ver un genocidio y sentir el miedo. Es molesto cuestionar el orden mundial, en parte, porque nos obliga a entender lo fácil que puede ser la muerte y el asesinato también para nosotros mismos. 

Durante muchos años al entrevistar a familiares de víctimas de feminicidio u homicidio, las madres o padres me explicaban cómo los amigos de años y otros familiares solían alejarse con pretextos y de algún modo culpar a la víctima de los hechos. Esto lo escuché infinidad de veces. Concluí que la gente se alejaba porque la tragedia ajena los confrontaba con su propia vulnerabilidad. Era mejor pensar que eso ocurría, porque se lo buscaron.

Noto algo similar con Palestina.

Mejor pensar que eso solo puede ocurrir “allá”. O que las víctimas, todas eran “cómplices de Hamás”, sin importar que las víctimas tuvieran un año o dos. Es más fácil pensar que eso no nos puede pasar, siempre y cuando no hagamos olas, no alcemos la voz. No cuestionemos.  

Así se nos olvida nuestra propia vulnerabilidad. Se nos olvida que a cualquier pueblo pobre se le puede hacer lo mismo, si las  tierras, el dinero, el odio lo amerita. 

La empatía en cambio, nos obliga a entender que hay pocas defensas en contra de los poderosos, excepto, la educación, la organización, la movilización por los derechos humanos.

La escritora Ursula K. LeGuin escribió alguna vez: “The only hope left in the world is in the people of no account” (la única esperanza en el mundo queda en personas sin importancia). 

Llama la atención los países e instancias que se mueven.

People of no account.  

Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).