En Un viaje a Estridentópolis, el director mexicano José Peguero nos da un recorrido por la primera vanguardia que sacudió la vida cultural de México a principios del siglo XX: el estridentismo. Un documental alegórico que rinde homenaje a uno de los momentos más singulares y fructíferos de la cultura mexicana
Texto: Richard Godin
Fotos: Boris Peguero
CIUDAD DE MÉXICO.- ¡Estridentópolis cumple 100 años! ¿No conoce esta utopía creada en 1921 por los legendarios poetas Manuel Maples Arce, Aqueles Vela y Germán List Arzubide? Que no cunda el pánico. Un viaje a Estridentópolis le lleva a descubrir los secretos de uno de los mayores viajes artísticos que ha conocido México. Esta utopía, nacida de un movimiento artístico de vanguardia llamado estridentismo, apareció en Xalapa, Veracruz, en noviembre de 1921. Desde el final de la revolución mexicana, México vivía en una conciencia nacionalista, y el movimiento sacudió artísticamente este statu quo. El estridentismo se caracterizó por el tratamiento de temas urbanos, modernos y cosmopolitas. Por lo tanto, para los estridentistas era posible imaginar y visualizar de forma poética una nueva ciudad compuesta por el desarrollo tecnológico y por conceptos políticos y sociales renovados que promueven el progreso de la ciudad. Los miembros rechazaron el pasado y pusieron énfasis en lo moderno, hasta el punto de imaginar una ciudad utópica llamada Estridentópolis. Una versión poética y metafórica de una ciudad moderna, declinada en todas las artes.
En lo que puede parecer un documental televisivo (en su construcción) de calidad cinematográfica, José Peguero nos sumerge de lleno en este mundo paralelo donde los hitos de nuestra vida ya no existen. La película también recuerda al menú de los DVD que comprábamos antes de las plataformas digitales: vemos la ciudad y sus edificios y es como hacer clic en la ventana de un piso para empezar un episodio. En su interior, los ponentes (autores, poetas, artistas) cuentan la historia de esta utopía, este sueño que se hizo realidad y que aún hoy da forma e inspira. “Un arte nuevo requiere una nueva sintaxis colorística”, escribe Manuel Maples Arce, citado en la película.
En su libro Los detectives salvajes, el escritor Roberto Bolaño explica a través de su personaje Amadeo Salvatierra este importante proyecto de Manuel Maples Arce: «Y entonces me puse a hablarles de la noche en que Manuel nos contó su proyecto de la ciudad vanguardista, Estridentópolis, y que nosotros al escucharlo nos reímos, creímos que era una broma, pero no, no era una broma, Estridentópolis era una ciudad posible, al menos posible en los vericuetos de la imaginación, que Manuel pensaba levantar en Xalapa con ayuda de un general«. Este último se llama Heriberto Jara, es el gobernador de Veracruz y ayuda a Manuel Maples a transformar su imaginación en realidad.
«El trabajo visual, sobre todo de Ramón Alva de la Canal y Leopoldo Mendez aquí en Xalapa, es impresionante porque ellos logran, juntar elementos por ejemplo de visión social y también con cosas locales, pero con una visión muy moderna», describe la artista Elissa J. Rashkin. “Son los primeros que unen las diferentes disciplinas artísticas en un solo proyecto. Esta relación estrecha y verdadera que hay entre lo visual y lo verbal, la propuesta poética de Maples Arce, como habla él de la forme que construye sus imágenes de tres tipos: la imagen simple, la imagen metáfora cubista y después el creacionismo, la abstracción total de referente. Eso que es la poética de Maples, también es lo que se está viendo en la pintura y en todo lo que ellos están haciendo, desde la fotografía y de la plástica”, añade la escritora Esther Hernández Palacios.
Esta multiplicidad artística queda expuesta en el documental. A su vez, la literatura, la poesía, el teatro, la música y el cine son descifrados bajo la mirada estridentista. La utopía está ilustrada por extraordinarios montajes, hechos de collages entre imágenes reales (de archivos, de la Ciudad de México) e imágenes en 3D (una lluvia de letras, una mujer bailando sobre un cartel, un espléndido teatro y cine). Una mezcla inquietante en la que, para no perdernos, seguimos a las marionetas, el hilo conductor del documental. Desde la voz en off hasta los locutores que explican un elemento o leen un pasaje del texto, sin olvidar las citas, nos sentimos abrumados por las palabras que, más que ahogarnos, nos llevan a un viaje poético. Aparte de algunos malos sonidos durante algunas entrevistas, la película es pura belleza visual y sonora, un perfecto reflejo del tema que trata. Como escuchar esta cita de Maples Arce: «La verdad no acontece ni sucede nunca fuera de nosotros. La vida es solo un método, sin puertas, que se llueve a intervalos».
«En 1976, ya formado el movimiento infrarrealista, Roberto Bolaño y yo nos dimos a la tarea de buscar a nuestros antecesores: los poetas estridentistas», dice José Peguero. La primera persona a la que entrevistan es el poeta Germán List Arzubide. Participante activo en la revolución mexicana, les enseña a través de su historia la importancia de la Guerra Fría en la inspiración del movimiento artístico. Una proximidad muy fuerte al idealismo comunista, es decir, un mundo en el que todas las personas cuentan. Una revolución sobre todo cultural, como explica Mario Santiago: «Los estridentistas representan un intento nada detestable de alucine, un antecedente imprescindible para las rupturas a fondo que ahora emprenden las nuevas generaciones».
Un movimiento que, sin embargo, es político, y que es criticado por la comunidad intelectual y cultural en el poder. Pero como señala Esther Hernández Palacios: «Nadie puede decir que los estridentistas solo copiaron. […] No solamente se dedican a publicar los trabajos de ellos mismos sino lo que tiene que ver con un programa de política cultural emanado de la revolución». Han sido políticos sin serlo realmente. A través de su arte denuncian un mundo y presentan otro con una intención educativa. «Los grandes artistas se han dedicado a hacer arte, no a hacer otras cosas. Y mi papá se dedicó a hacer arte. Por encima de la política. Mi papa criticaba la política pero él no participó porque no se ensuciaba las manos más que con pintura», explica Jorge, hijo del pintor Ramón Alva de la Canal.
Un movimiento de corta duración, pero que sigue siendo muy inspirador hoy en día. Sigue haciendo soñar por su inspiración social en la revolución mexicana, pero también por su demostración de que otro arte es posible como explica el poeta Rubén Medina: “Fue muy saludable para nosotros, imaginar otra tradición. Imaginar una anterioridad. Ver que la tradición de la poesía mexicana no viene solamente de los contemporáneos y de Octavio Paz, sino que hay otros poetas haya, hay otras actitudes, hay otros conceptos, hay otra experiencia pan vanguardista, hay otra manera de impugnar sobre la institucionalización del arte”.
Un vibrante homenaje «a los estridentistas, infrarrealistas, horazerianos y a todas las vanguardias descuartizadas del siglo XX». Es también un homenaje a todos aquellos soñadores cuyas preciosas palabras, escritos y producciones artísticas se muestran en la película, marcando en mármol cinematográfico su talento y su visión de México (y del mundo). Su arte se salió del marco académico para permitir nuevas inspiraciones en su libertad. La clave de la modernidad suele estar en cómo los creadores afrontan el cambio. Estos artistas lo entendieron y se pusieron a crear el futuro. Es difícil volver de este viaje literario y cultural. El final del documental suena como un despertador que hace que los sueños más salvajes de la noche desaparezcan en la bruma de la mañana. «La belleza actualista de las máquinas no sobrevivió a la vergüenza literaria, a la ideología retrógrada, a la revolución interrumpida. Por eso, me quedo en Estridentópolis. ¿Ustedes?».
Un viaje a Estridentópolis, José Peguero, con Testimonios: Adolfo Mexiac, Armando Bartra, Carmen de la Fuente, Edgar List, México, 2012. Dur. : 71 mins.
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