Estado Islámico ataca una sala de conciertos en Moscú y mata a 133 civiles

22 marzo, 2024

Hombres armados irrumpieron en Crocus City Hall de Moscú y dispararon contra el público que asistía a un concierto. El Estado Islámico se atribuyó la autoría del ataque. El gobierno de Rusia anunció la detención de 11 personas relacionadas al atentado

Texto: Redacción

Foto: X Embajada de Rusia

Actualización 26 de marzo de 2024

CIUDAD DE MÉXICO. – Este viernes 22 de marzo, hombres armados irrumpieron en Crocus City Hall, en Krasnogorsk, un suburbio del norte de Moscú y dispararon contra unas 6 mil personas que asistían a un concierto de rock. Después, los hombres armados incendiaron la sala de conciertos, dejando a cientos de personas atrapadas al interior del recinto.

Hasta ahora suman 133 personas muertas yotras 140 heridas.

Tras el ataque, el grupo armado se disolvió, y horas más tarde las autoridades rusas informaron que detuvieron a 11 de ellos mientras intentaban huir hacia Ucrania. Todos ellos, dijeron, eran islamistas radicales.

Vladimir Putin, presidente de Rusia, inclusive afirmó: «»Es necesario responder a la pregunta de por qué los terroristas intentaron ir a Ucrania después de cometer un crimen, ¿quién les esperaba allí? Está claro que los que apoyan al régimen de Kyiv no quieren ser cómplices del terror ni patrocinadores del terrorismo, pero realmente hay muchas preguntas».

Sobre esto, el presidente ucraniano, Volodymir Zelensky protestó contra los dichos de Rusia:

“Nuevamente acusa a Ucrania. Una criatura enferma y cínica. Para él, todo el mundo es terrorista, excepto él mismo, aunque el terror lo ha impulsado durante ya dos décadas. Él es la mayor apertura para el terror. Él y sus servicios especiales. Y cuando él se haya ido, la demanda de terror y violencia desaparecerá con él, porque es su demanda. De nadie más”.

Horas después del atentado la organización paramilitar y fundamentalista del Estado Islámico reivindicó el ataque, descartando con esto las primeras acusaciones que apuntaban a Ucrania o al grupo de combatientes proucranianos «La Legíon de la Libertad», como los culpables

De acuerdo con la ministra de relaciones exteriores de Rusia, Maria Zajarova, el hecho fue calificado como terrorista, a instó a la comunidad internacional a condenar «este crimen odioso».

Había amenazas

A inicios de marzo las embajadas de Estados Unidos y el Reino Unido en Rusia advirtieron sobre la posibilidad de un atentado terrorista. Incluso, en un comunicado, la embajada estadounidense instó a sus ciudadano de mantenerse alejados de concentraciones masivas.

La respuesta del recién reelecto Vladimir Putin fue descalificar las advertencias, calificándolas como un «chantaje absoluto». Inclusive, acusó que estas advertencias era un intento de «intimidar y desestabilizar» al pueblo ruso, y calificó a estos llamados como «las recientes provocaciones de varias estructuras oficiales occidentales sobre la posibilidad de ataques terroristas en Rusia».

Pese a esto, días antes de las advertencias de Estados Unidos y Reino Unido, el servicio de inteligencia ruso contuvo un ataque terrorista del Estado Islámico en una sinagoga de Moscú, asesinando a muchos de los integrantes de la organización fundamentalista, según la agencia de noticias del Estado ruso.

Aunque puede que no exista ninguna relación entre estos actos, este mismo día, antes del atentado, los gobiernos de Rusia y China vetaron un proyecto de cese al fuego en Gaza promovido por los Estados Unidos, acusando que éste era un pretexto de los Estados Unidos para legitimar la intervención e invasión en la Franja de Gaza.

Además, horas antes del atentado, el gobierno de Vladimir Putin clasificó al movimiento LGBTI+ de Rusia como «extremista y terrorista», cortando con esto todas las vías de financiamiento a las organizaciones que acompañan a la comunidad de la diversidad sexual en Rusia.

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