24 febrero, 2019
Texto e imágenes: Daliri Oropeza y Al-Dabi Olvera
En la primera jornada de la consulta ciudadana sobre la continuidad del Proyecto Integral Morelos, pobladores organizaron asambleas regidas por usos y costumbres en algunas localidades para manifestar su rechazo al megaproyecto. El gobierno federal afirmó que fueron instaladas 75 casillas en Morelos, 44 en Puebla y 24 en Tlaxcala, mientras el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla y Tlaxcala informó que retiraron urnas en 15 pueblos
MORELOS.-«Pásenle a firmar».
La activista Teresa Castellanos alza una pluma. Parada frente a un centenar de habitantes de la comunidad de Huexca, encabeza una asamblea por usos y costumbres en el primer día de la “Consulta por la termoeléctrica”, emprendida en por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Como la termoeléctrica fue impuesta en su comunidad, no saben la razón por la cual Cuernavaca, la capital del estado, es consultada. Ni por qué faltan casillas en pueblos afectados y sobran en municipios alejados del Proyecto Integral Morelos, la red de megaobras construídas mediante represión y división de comunidades durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, y cuya conflictividad ahora enfrenta el gobierno lopezobradorista.
Teresa lee un acta que versa sobre el derecho a la consulta que tienen los pueblos originarios de México: sin boletas, sin urnas, de acuerdo con sus modos y sus tiempos.
“No consideramos válida la consulta llevada a cabo los días 23 y 24 debido a que no es una consulta informada y dialogada con la población”.
Afuera de Huexa, la consulta se convirtió en un tema polémico en Morelos.
Por la noche el delegado del gobierno federal en la entidad, Hugo Eric Flores, y la subsecretaria de Desarrollo Democrático y Participación Social, Diana Álvarez, reportaron la participación de 13 mil 290 personas, y la instalación con éxito de 75 casillas en Morelos, 44 en Puebla y 24 en Tlaxcala.
Sin embargo, en las redes sociales morelenses resonó la aparición de un crisol diverso de formas de protestar.
Por ejemplo, el dolido pueblo de Amilcingo, cuna del activista asesinado Samir Flores, se lanzó a la quema de dos casillas y recorrió varios municipios en el oriente de la entidad lanzando consignas. Tres localidades del municipio poblano Juan C. Bonilla pararon la votación. También hubo asambleas comunitarias que sustituyeron el conteo en urnas en Tetela del Volcán, y la instalación de mantas, sonidos y repartición de volantes cerca de casillas en municipios como Tepoztlán, Jojutla y Jiutepec.
En este lugar, manifestantes colocaron un sonido de donde brotaba la voz del hoy presidente cuando se oponía a la termoeléctrica en 2014: “es como poner un basurero en Jerusalén”.
En Cuernavaca, tres jóvenes lanzaron pintura roja en la urna número uno. En Jantetelco, manifestantes colocaron veladoras y una manta al lado de la casilla.
En Huexca, las paredes llevan el rostro de Samir Flores, quien recorría pueblo por pueblo invitando a la gente a organizarse. Hace mucho que no se reunían tantas personas en la plaza central de la comunidad para tratar el tema.
Ante la furia contenida y desatada en Amilcingo, y la inminente organización de Huexca por la detención de tres activistas en Cuernavaca, quienes instalaron las casillas decidieron retirarlas con pocos votos.
Pareciera que Huexca, el principal afectado por el proyecto, se ha liberado. Ahora sí, la asamblea comunitaria, poco a poco, se nutre.
Teresa pregunta si alguien tiene algo qué decir, una mujer se queja: “ese megaproyecto dividió a la comunidad, contaminó el agua, se escucha muy fuerte en todo el pueblo, no lo queremos, nos ha hecho mucho daño”.
Así, con resonancias de la frase de Emiliano Zapata, “quien no tenga miedo, pásele a firmar”, cuando invitaba a suscribir el Plan de Ayala, Teresa ve cómo se levanta primero una mujer, porque en Huexca las mujeres han encabezado la defensa de la tierra en contra del Proyecto Integral Morelos.
Firma.
Una, dos, de pronto había pequeñas filas. Vecinas que no habían asistido a la asamblea se acercaban para colocar su nombre.
“Así es como el pueblo decide”, dice Teresa.
“Se lo vamos a llevar al presidente”.
“Esto es por Samir”.
“¡Samir no murió!”, corren las mujeres indígenas por la explanada del municipio de Temoac, “¡el gobierno lo mató”.
Caen de manera sorpresiva a la mesa de casilla instalada para la consulta.
Esperaron hasta las nueve de la mañana en su pueblo, afectado por el megaproyecto en sus tierras. Llevan días de duelo y rabia desde el asesinato del locutor, herrero, campesino, activista más conocido de la comunidad. Un día antes marcharon en la ciudad de México. Sin dormir, se mantienen en asamblea ante la ausencia de urna. El profesor Jorge Velázquez dijo muy temprano a medios: “estamos muy dolidos”.
Ahora, en la cabecera del municipio de Temoac, fundado por el luchador social Vinh Flores, tío de Samir que enfrentó al gobierno de Díaz Ordaz y también fue asesinado, mujeres arrebatan las boletas de quienes están en la mesa y las lanzan donde los hombres ya prendieron fuego.
“¡La decisión está tomada…”, se alza el fuego, lloran.
“…la consulta a la chingada!”
“El asesinato de Samir mancha de sangre su consulta”.
La caravana se trasladó luego a Huazulco. La casilla se ha esfumado. Solo queda la figura de Zapata en la pared. En Amayuca queman hasta la comida que dejaron las personas en la mesa de la consulta.
Pueblo por pueblo, las mesas se esfuman, las urnas desaparecen.
Radio Amiltzinko informa: “un helicóptero anda por la comunidad”.
Al arribar al municipio indígena de Hueyapan, entablan una conversación con El Consejo de ancianos y autoridades tradicionales del lugar.
“Conocimos a Samir”.
Aseguraron con alegría haber escuchado su programa de radio. Y que las casillas en su comunidad fueron retiradas por las autoridades.
“El gobierno no nos dio tiempo, no hay información sobre los daños de esa termoléctrica, no estamos de acuerdo con ella”.
“Comprendemos su dolor”.
Amilcingo sigue agraviado. Pero se topa con el legado de Samir: recorrer pueblo por pueblo. Vuelven así a su comunidad. Los recibe un helicóptero policial que vuela muy bajo. La imagen es impactante: mujeres nahuas alzan el puño contra un gran aparato negro que da vueltas sobre ellas. Después de la indignación, comenzarán a preparar el rezo del novenario de Samir.
Jorge Zapata –nieto del Caudillo del Sur, cuyo rostro es omnipresente en paredes, consignas y hasta poemas durante la consulta– emitió su voto en contra de la termoeléctrica a mediodía. Lo hizo en la cabecera Villa de Ayala porque en su pueblo, la cuna de Zapata, afectado también por el agua que les será extraída para la termoeléctrica, no tiene casilla.
“Ya ven cómo se la están gastando. Esta consulta ya la tenían planchada desde antes. Aún así decidimos participar pero para decir que no”.
Jorge Zapata acompañó al presidente Andrés Manuel López Obrador durante la ceremonia para la conmemoración del centenario del asesinato del líder revolucionario en Palacio Nacional. Sin embargo, ahora considera no asistir el 10 de abril al acto oficial que el gobierno tiene preparado.
Diversas organizaciones de Puebla y de Morelos hicieron públicas las cifras que contabilizaron en los municipios donde tienen presencia.
Las redes en solidaridad con el Concejo Indígena de Gobierno informaron todo el día sobre lo sucedido en las comunidades en acciones de protesta.
Por su parte, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla y Tlaxcala (FPDTA-MPT) publicó que de las 147 casillas instaladas, fueron retiradas en 15 pueblos: Temoac, Huazulco, Amilcingo, Zacualpan, Tlacotepec, Jantetelco, Amayuca, Jonacateoec, Hueyapan, Tetela del Volcán, Huexca. Y en Puebla: Zacatepec, Cuanalá y Ometoxtla.
Si bien no hay certeza hasta el momento del conteo del primer día de consulta (como sí lo hubo en la consulta por el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México), los conteos en casillas que comparte la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos muestran, por ejemplo, un rotundo “no” en Ayala y en Atzala. El triunfo de la negativa en Tepoztlán y, por poco, en Cuautla, donde, quienes votaban conversaban sobre el tema hasta bien entrada la tarde. Aunque anticipan el triunfo del sí en la turística Cuernavaca.
Hasta la medianoche, las autoridades reiteraron que a mediodía tendrán información oficial.
Jorge Zapata opina: “quizás tengan preparado el sí desde antes, pero yo vi un rotundo no en la casilla de Ayala”.
Quizás Huexca sea el pueblo que marca la diferencia en esta consulta, porque plantea una forma de democracia distinta. Hugo Eric Flores visitó el lugar el día en que Samir fue asesinado. Fueron 20 personas. La mayoría se negaron a recibir dádivas. Eso fue el acabose. Solo esperaban a que prendiera una chispa.
Esta vez, las hojas van de aquí para allá. Mujeres se comprometen a llevarlas con los enfermos, a que todos los afectados puedan participar.
La boleta de la consulta gubernamental decía: “el pueblo siempre tendrá la última palabra. Por eso preguntamos”.
Teresa manda un mensaje al presidente: “te pedimos ser escuchados y nos agrediste. Ahora tenemos un compañero muerto. Nosotros, el pueblo, te decimos: ésta es nuestra consulta, con los usos y costumbres de nuestra comunidad”.
Agita las firmas y el acuerdo de asamblea.
“Estoy muy feliz. Mi pueblo respondió”.
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