3 abril, 2021
Un productor de marihuana orgánica relata en esta entrevista cómo ha sido cultivar y vender la planta en la clandestinidad, al margen de las mafias que controlan el mercado con violencia. Platica de los costos personales y económicos, y de las carencias de la reciente ley aprobada en el país
Texto y fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- Jahidro es un joven amable, originario de la capital del país. Su familia paterna es cubana y por parte materna sus raíces vienen de Guerrero. Estudió filosofía, y como músico vibra y busca perfeccionarse en el jazz. Admira al pianista y compositor estadounidense Thelonius Mong; también a John Coltrane, Charly Parker, Miles Davis, Chet Baker. Cuenta que sus amigos son los libros, los relaciona con la palabra “libre”, por la libertad que le han dado en muchos sentidos, sobre todo en el campo del conocimiento.
Considera que la gimnasia, la filosofía y la música son tres pilares para el alma humana. Su vida gira alrededor de esos tres bastiones. En años recientes, a ese trío se sumó la producción de cannabis.
Empezó a fumar marihuana muy joven y siempre quiso saber cómo se cultivaba. En el camino fue coleccionando semillas de lo que compraba. Probó poniendo algunas plantas hace muchos años, después se encontró con la marihuana hidropónica y le comentaron cómo era la técnica. Vio que los recursos son prácticos de encontrar y se atrevió a hacerlo en la casa donde vivía. Durante dos años, estuvo consumiendo marihuana de buena calidad producida por él.
Después de un problema laboral que terminó en despido, decidió invertir su liquidación en artículos para sembrar de una manera más seria, con más producción y con la idea de darle buena calidad a sus amigos. Quería hacer un círculo de fumadores conscientes de que la calidad que manejan es alta y orgánica, sin pesticidas, con la intención de hacer valer la magia y la medicina del cannabis. Su proyecto está basado en la producción de una cosecha limpia, libre de químicos.
Jahidro suma ya siete años en el cultivo de marihuana, cinco de ellos de manera comercial. Cuando empezó a producir echó a perder bastante y gastó mucho dinero. Pero ahora se considera afortunado, algunas veces regalaba parte de su cosecha sólo porque estaba fascinado con los resultados: “es muy diferente fumar marihuana cosechada con amor a fumar la cosechada por el narcotráfico”.
–¿Qué es la marihuana hidropónica?
-El término de hidropónico es muy complejo porque podemos hablar de hidroponia desde la época clásica de los griegos, se considera hidropónico a todo lo que se cultiva fuera de la tierra, la gente que tiene macetas, eso es hidroponia, estás sacando del área natural para controlar lo que vas a darle a la planta. Pero en los últimos 50 años el término de hidroponía ha sido utilizado para encasillar a los cultivadores que no usan tierra o sustrato y su cultivo se basa únicamente en el agua. El proceso que nosotros manejamos mezcla ambas, ocupando sustrato que es algo similar a la tierra y la ventaja es que es totalmente neutro, es tierra selecta que viene de Lituania, no tiene sales. Eso es una ventaja porque nosotros le adherimos esos nutrientes y es una desventaja porque nada como la magia de la naturaleza. Hay cosas que la tierra de manera natural contiene que esta ya no por ser procesada o ser seleccionada para ser neutra y a su vez el sistema de inundación que mantiene la humedad correcta en todas las etapas para que la planta germine, enraice, crezca y florezca, decidimos trabajar con ambos métodos porque al trabajar solo con agua dependes de varios factores como la electricidad. Si a la planta se le llega a suspender el suministro de agua por más de 20 minutos la planta muere y se pone en riesgo la cosecha y si solo cultivas con tierra tienes el riesgo de que la planta se sobrefertilice muy fácil, por la cantidad de nutrientes que ya tiene la tierra y los que le adhiere uno y es muy difícil llevar un control preciso de la tierra que tienes con los sustratos que estás adhiriendo, se tendría que hacer un análisis por maceta, pero al juntar las dos técnicas hemos encontrado que se producen buenos resultados sobre todo enfocado en lo orgánico.
El proceso ha ido evolucionando y seguimos aprendiendo cosas todo el tiempo, siempre pensando en ofrecer algo puro que no lleve productos artificiales o sintéticos y que causen un problema de adicción o de salud a otro nivel, es lo que se defiende con el uso y la cosecha del cannabis.
–¿Qué tipo de productor eres?
Definitivamente creo que soy mediano, el que produce para autoconsumo, yo creo que es un pequeño productor pero cuando más de tres personas consumen y pagan por tu material pues ya eres un productor mediano y el grande para mí es el que produce al mes más de dos kilos.
–¿Cuántas personas intervienen en el proceso?
-Siempre me ha gustado investigar y sé que el cultivo de cannabis fue de los primeros vegetales que se buscaron cosechar en la historia. El cannabis tiene ciertos rituales para hacerse tanto en África, en la zona del Hindu Kush en Asia, siempre se trabajaba con tres personas, es decir la planta tiene que pasar por tres diferentes energías para responder y hemos tratado de caminar así, tres personas.
-¿Cómo se eligieron esas personas?
-El tema primordial es la seguridad, que exista confianza, porque sigue siendo un producto satanizado por la sociedad y perseguido por la justicia, tenemos que estar atentos en esa situación y, partiendo de eso, las personas que están en el equipo son conscientes de lo que implica y existe un entendimiento entre nosotros. Tanto ellos como yo vibramos con la energía del cannabis y eso es comunicación y se forma un triángulo energético muy interesante.
-¿Qué perfil manejas?
-Parte de mi fe es estar consciente de que lo que hago no es vender una droga cualquiera, naturalizar eso en mi mente y mi comportamiento y mis relaciones sociales son normales, además soy muy solitario, busco siempre estar apartado de la gente, puedo estar sin acercarme a las personas meses, puedo estar abstraído solo produciendo y eso me ayuda a mantener un perfil prácticamente anónimo.
-¿Cómo es el proceso?
-Hay dos caminos, el de cultivar solamente con semillas para el que se requiere una semilla por planta o el camino que nosotros hemos tomado que es el de la clonación, en donde lo principal es tener plantas madre fuertes y sanas de las cuales se obtienen una cantidad de clones periódicamente. Para hacer crecer estos clones se enraizan y posteriormente se sigue con todo el proceso de crecimiento y florecimiento, en tres meses aproximadamente ya puedes tener en tu mano lo que vas a fumar estando la planta con raíz, pero si es desde semilla hablamos de unos 5 o 6 meses.
La producción perpetua de clones es donde están siempre listos para empezar a crecer y entrar a florecer entonces acortamos este proceso a dos meses y medio, tres meses, pero siempre teniendo a disposición una cantidad de clones ya enraizados. La materia prima es fundamental y para mí, son las plantas madre, una planta madre sana y fuerte habla de un futuro, tener plantas madre es la base principal.
-¿Cómo se logra tener plantas madre fuertes y sanas?
-Es complicado en el sentido de escuchar a la planta porque la vas a estar podando constantemente y eso la sujeta a muchos cambios, como propensión de plagas porque tiene heridas constantes de que la cercenas y a constantes cambios en su nutrición, constantes reacciones que no te esperas si de pronto la planta se enferma o se muere, entonces sí es difícil tener plantas madre fuertes y sanas pero eso habla del conocimiento en las líneas de producción.
–¿Qué papel tienes dentro del proceso?
-Estoy involucrado desde el principio hasta el final pero como trabajamos desde el concepto de tres personas, se delegan responsabilidades. Legalmente te califican por producción, almacenaje y distribución y las tres áreas requieren sapiencia, experiencia y esa se gana a base de cometer muchos errores, pérdidas. Producción requiere el conocimiento de la planta y de la naturaleza, almacenaje requiere de contar con el espacio, la ventilación, tener un entorno propicio porque es el momento en donde el olor es más intenso porque una vez que cortas la planta, todos los nutrientes tienden a neutralizarse, a bajar y la resina que es la que contiene los terpenos se despierta por así decirlo y el olor se multiplica por 100. En lo que se refiere a transportación o distribución también requiere toda una logística para cuidarte y cuidar el material, además cuidar que la cartera de clientes que manejes sea gente consciente de lo que se está haciendo y de lo que está consumiendo.
-¿Cómo empezó el nicho de mercado?
-Mi contacto con la marihuana fue muy cercano porque la considero una medicina que ayuda a pasar los días feliz. Muchas veces uno por cuestiones químicas en el cuerpo está sujeto a estrés y estás violento, estás enojado contigo mismo y una vez que pruebas la marihuana todo fluye otra vez, te permite sonreír y seguirle. Mi círculo de amigos comparte esa opinión y fumábamos y cuando empiezo a producir comparto por el puro gusto de compartir sin ponerle precio. Posteriormente ya me buscaban para conseguirla, me decían que estaba muy buena que les vendiera y como estaba sin trabajo consideré y pensé que era el momento; al principio eran 6 personas a las que distribuía y se fue haciendo más grande el chisme.
-¿Ganas mucho dinero?
-No es como se piensa, creen que porque uno produce se tienen un montón de beneficios económicos, sí los hay pero no son exorbitantes, lo pienso más en el sentido de que mucha gente se sujeta a horarios de 8 horas laborales y siempre terminan siendo más. De este lado vendiendo una onza obtienes lo que una persona en una semana, sin embargo, no solo es recibir el dinero y ya, ese dinero es para solventar todo lo que implica el cultivo y mantener un nivel de calidad y para ser congruente con lo que ofrecemos, es decir, que lo que consuman no implique riesgos a la salud más allá del exceso, porque si hay exceso cualquier cosa implica riesgo, entonces el beneficio que pareciera muy grande, no es tal. También tiene sus bemoles y no es tan exorbitante como se piensa, es un trabajo como todos que implica riesgo, esfuerzo, dedicación y sudor y lágrimas.
-¿A quién le vendes?
-Tratamos de cerrar el campo de venta haciéndolo con gente que ya conocemos y con la que existe confianza de ambos lados, porque no está padre arriesgar por vender más, porque luego no sabes a donde llega el chisme y te pueden localizar y meterte en problemas.
-¿Cuál es la parte más pesada, cansada de este trabajo?
-La venta -sonríe-, porque es una medicina y yo lo sé y siento que mi alma lo sabe. Y tener que convertirlo en dinero trastoca todo porque lo convierte en un negocio. Sería perfecto poder regalarlo y compartir, sinceramente, pero también es imposible, para mí esa es la parte más difícil, entrarle al negocio, al marketing y hasta a los estereotipos. Ya piensan que eres como El chapo y no, no, cero que ver, no es así. Yo considero que hay que tener siempre un nivel de conciencia y si hay algo que te aleja de la conciencia, ese no es el camino y muchas veces pienso que el estereotipo que se nos vende y que se nos ha inculcado del narcotráfico nos exime de la conciencia.
-¿Es complicada la distribución?
-Depende cómo lo veas, puede ser difícil si te paniqueas con que algo te va a pasar o fácil si lo asumes con naturalidad. Pero sí puede ser difícil cuando te empiezas a conflictuar y eso a veces me pasa a mí, me conflictuó con el “puede ser” y empiezo a viajarme con algo que ni está pasando y solito generas un campo de negatividad a tu alrededor y eso lo vuelve difícil, pero si te relajas y escuchas la canción de Camelia la texana -bromea-, no pasa nada, básicamente es armar bien la estrategia.
-¿Cuánto se necesita invertir en un negocio de cannabis?
-Puedes empezar a armar algo con 10 mil pesos para autoconsumo, menos tal vez, pero si hablas de algo más grande puedes invertir arriba de 200 mil pesos hablando de una producción perpetua, para tener unos 200 gramos al mes. Los costos se han incrementado, creo que es una estrategia de mercadotecnia. Por ejemplo, en nutrientes sí han subido los precios y la demanda. Cuando inicié recuerdo que habían unas marcas muy exclusivas que se vendían fácilmente pero desaparecieron y ahora hay que comprar muchos productos para tener el mismo resultado y gastas más. En la iluminación también siento que cada vez hay más variedad.
-¿En cuánto das el gramo y cómo estableces el costo?
-Ese es otro tema. Creo que hasta yo me siento un poquito desinformado del balance que existe, si es que lo hay, por ejemplo, yo doy un precio hablemos de $80 pesos el gramo con base en todos mis gastos, uno de los más altos es lo que pago de luz, pero me he enterado que hay personas que ofrecen el mismo nivel o incluso uno inferior de calidad en 200 pesos. Yo no dejo de asombrarme por la variación en los costos y tiene que ver también con la ignorancia sobre el cultivo, porque los que venden pues son eso, revendedores y no tienen contacto con el cultivo y no saben lo que implica y solo lo ven como un producto y por eso existen esos desbalances. La legalización podría estandarizar el precio, desde mi perspectiva sería algo benéfico.
-¿Cómo ves el proceso de la legalización?
-Se debe puntualizar más, respecto a la cantidad de plantas me parece que es un poco bruto el asi lo cataloguen porque planta es desde que ya tiene raíces, pero no es lo mismo una planta en clonación que mide 10 centímetros a una planta que ya está floreciendo, entonces yo preguntaría: ¿50 plantas?, ¿que están considerando como planta? El tamaño de la planta creo que sí marca una diferencia, es un tema que debe desmenuzarse bien. Creo que hace falta más comprensión sobre todo lo que involucra a la cannabis, que se analice de manera consciente, ni política ni económica pero hay muchos intereses detrás y el poder no quiere conciencia. Me parece que los poderosos son los más beneficiados, siempre, y en ese sentido si pienso que esto apunta para beneficiar al más fuerte y seguir oprimiendo al consumidor, porque todo es muy circunstancial en cuanto a las cantidades que se pueden portar, parece ilógico pero ¿qué pasa si fuiste a comprar tu consumo de un año para no estar dando vuelta y vuelta y en ese momento te agarran y traes más de lo permitido?
-¿En la cuestión del negocio, es rentable tener solo 50 plantas?
-Me parece que no, para poder cumplir con los niveles de calidad y los niveles medicinales me parece que 50 plantas no es suficiente, ni siquiera para un uso medicinal, porque tienes que asegurar que no existen trazas de THC en tu producción.
-¿Qué sigue con tu proyecto?
-Para hablar de algo de algo legalmente establecido primero habría que ver cómo va funcionando la legalización. Visualizo esta empresa como algo que se está emprendiendo, sí me interesa estar dentro de los lineamientos legales, pagar los impuestos que esto genera y en esa línea sí me gustaría colocarla a nivel de cualquier otra empresa legal, sabiendo los beneficios que ello implica, pero también cumpliendo con las responsabilidades. Aunque por ahora es mantener la cabeza debajo del agua porque siguen sin existir las condiciones para que eso suceda, no por ser de los malos, sino de los que no se han comprendido aún.
-¿Ha habido interés por incursionar en algún otro mercado?
-Sinceramente no, en el camino de cosechar te encuentras con diferentes, no llamémosle oportunidades, para mí son situaciones en donde se pueden hacer otras cosas: lavado de cocaína, la producción misma de cocaína, metanfetaminas también, y si lo vemos de zona de riesgo, pues de todos modos ya estás en el riesgo de cosechar, pero de ahí a dar el paso a otro tipo de sustancias, creo que sería totalmente contradictorio con los valores y los ideales de lo que estamos haciendo, porque estaríamos fomentando el uso de sustancias sintéticas y artificiales que son precisamente las que dañan directamente la salud. Siempre se ha respetado lo que hagan las demás personas, pero con nuestros valores muy firmes y claros de no meternos en esos temas.
-¿Cómo mantenerse a salvo y lejos de la mafia?
-Pues ya viste -dice mientras fuma un porro-, teniendo así este tipo de seguridad, porque si esos weyes saben que cosechas, luego luego te caen y lo que hacen en chinga es extorsionarte para que trabajes para ellos y te traen en chinga y pues ya hablamos de niveles de violencia culeros.
-¿Han sido muchos los intentos de extorsión por parte de estos grupos criminales?
-Importantes han sido tres, las mismas que nos hemos tenido que mover y seguimos alerta, son experiencias. Nunca dejas de estar el riesgo, por dejar que se acercaran unas personas fue uno de los problemas, alguien que tenía conocimiento y contacto con el grupo de La Unión exhibió mi información con ese grupo y ellos se acercaron para extorsionar.
-¿Duermes, comes, vives tranquilo?
-Apenas platicaba con unos amigos que son psicólogos acerca del estrés. Aunque uno lo evade y le da la vuelta siempre existe ese estrés y esa ansiedad que está latente, pero al final tengo que confiar en lo que hago, que es mi proyecto. Ese miedo siempre está ahí. Yo no duermo, tengo problemas de sueño y creo que tiene que ver con mi ansiedad y mis miedos. Muchas veces 5, 6 de la mañana me voy a acostar, mi rutina diaria es dormir a la hora que mi cuerpo cae, pero siempre retomo la rutina de las plantas, ellas sí tienen horas para absorber nutrientes, para que se enciendan las luces y tienen dias para diferentes fases de limpieza de raíces de podado de ponerles “nim” que es un plaguicida orgánico, entonces todo es un ritual.
-¿En qué crees?
-Tuve influencia de la regla Osha por parte de mi abuelo y creo que eso me conecta también con la música. Es chistoso pero la cuestión religiosa en mi vida parece ser intermitente en el sentido de que hace unos 20 años estuve muy interesado en esa religión porque me parecía diferente, muy alineada con la raza de mi abuelo, pero después la descarté por mis estudios de filosofía y pensé en que también era un tanto fetichista y un tanto irracional, y me alejé un poco de esa concepción. Pero he notado que ahora que he vuelto a tener este contacto con la naturaleza y esa conexión con la energía de las plantas, existe esa conexión con la santería, entonces he retomado muchas cosas que en el pasado aprendí pero no me puedo considerar un santero o un religioso.
-¿Crees que algo poderoso te cuida?
-Yo creo que todo lo que se hace de manera ritual tiene un efecto sobre la realidad. Para mí un ritual significa una representación simbólica de algo que quieres que suceda, yo no busco seguir o practicar ningún culto pero sí le doy importancia a los actos rituales y creo que llevo rituales todos los días que me van empujando al objetivo.
-¿Cómo es tu relación con las plantas?
-Un libro que me gusta mucho es el que me regaló mi abuela, La vida secreta de las plantas, que habla sobre un chamán que siempre trabajó hincado ante a sus plantas y cómo respondían ante él, y sin querer mis plantas primeras, los clones y las que van creciendo las trabajo también en el piso, también creo que la planta agradece que la trabajes de rodillas; las veo diario y cada día son diferentes, de pronto ves que tienen un ritmo, una periodicidad en su crecimiento y hay cambios que se notan cuando ciertas personas se acercan a ellas, con las plantas se crea un lenguaje, una comunicación con ellas y eso te permite observar las deficiencias que se presentan, como cuando una planta se oxida o que le falta oxígeno o le está faltando calidad de agua, calidad de nutrientes, humedad, y como siempre estoy con ellas y de pronto sienten otra energía que interfiere, puedo notarlo. Algo sucede para bien o para mal, a veces se ponen mejor si las tocan, si las manipulan o halagan. A veces pasa todo lo contrario, al final es una energía muy sutil y muy delicada. Yo soy un canal porque soy el responsable de cuidarlas, de alimentarlas, pero la energía que realmente está ahí, la magia que está ahí, eso tú no lo controlas y es muy frágil.
-¿Durante este año de pandemia han incrementado las ventas?
-Sí se ha consumido más pero evidentemente la banda está gastada y la pandemia s ha afectado en general la economía. Sí se ha consumido más porque se siente la tensión y la incertidumbre, pero también ha existido el freno de que no hay lana, entonces también he visto chavos que compran cantidades algo grandes y revenden y con eso pueden tener su consumo asegurado, así que la pandemia ha empujado a mucha banda a estar en esa línea de distribuir para sustentar su consumo.
-¿Cómo han estado los precios?
-Creo que se ha mantenido igual al nivel de los productores pero los revendedores han hecho lo que han querido y han disparado los precios muchas veces sin saber las diferencias entre los diversos materiales por no estar involucrados en el proceso de cultivo.
-¿Quieres vivir todo el tiempo de esto?
-No sé -dice y se acomoda en el sillón de cuero- después de que empecé a cultivar me di cuenta que más que fumar me gusta cosechar y producir. Para mí sería difícil dejar de cultivar, independientemente de que el negocio continúe o se acabe, podría sobrevivir haciendo otras cosas pero no podría dejar de hacerlo por placer, por gusto y por amor, sería difícil dejar de hacerlo, si estuviera en el “bote” ahí mismo en un rinconcito cultivaría -ríe.
-¿Te vuelves esclavo del negocio?
-Sí, estos últimos 6 meses si lo he sentido porque es como estar en repetición todo el tiempo, cosechando, cuidando y de pronto sí se vuelve pesado porque gran parte de este proceso depende de mí y si algo me llega a pasar todo este proceso se vería coartado pero estoy consciente de que es por un momento nada más, es estabilizar para llegar a un equilibrio.
-¿Cuál es tu mayor satisfacción al trabajar con la cannabis?
-La neta es ver a la banda pacheca y contenta -ríe fuerte-, hace una semana me aventé dos días sin fumar y andaba como una fiera, alterado. Todas esas cosas que a uno lo atoran se exaltan, entonces en ese momento me di cuenta que es por eso que me gusta cultivar y ver que la banda está contenta fumando. El reconocer en ese momento la cantidad de preocupación o de furia que uno tiene y saber que lo que cultivo ayuda a sonreír y a ver la vida chida y seguir adelante, y poderlo compartir con la banda es una gran satisfacción de verdad, de verdad, de verdad… Saber que la banda pasa por esos niveles de estrés porque no es fácil, vivir, no es fácil la vida, siempre estamos bajo competencia en todos los aspectos y fumar y decir: “cámara, solo estamos un rato en la vida”, eso es una satisfacción e igual y es una idea muy hippie pero para mi de verdad es lo que me da satisfacción.
-¿Has encontrado mujeres productoras?
-Coincido en que la mujer tiene mano para las plantas de manera natural por ser mujer, por ser un ente lunar, yo creo que sí, pero las mujeres que he conocido que tienen acercamiento hacia el cannabis ahorita no han sido buenas mis experiencias, porque he visto que se enfocan más en la parte de la venta y hacen que saben cuando no saben cuando tienen las cualidades perfectas para poder hacerlo y estoy seguro que si lo hicieran con más amor les resultaría mejor que a cualquier hombre pero no, se quedan en la parte de venderla cuando yo creo que podrían ser muy exitosas.
-¿De 10 personas que cultivan cuántas son mujeres y de qué edades?
-Quizá una, y sobre todo he conocido a mujeres maduras que sí están interesadas en saber cómo cultivar para ellas. La chavitas son las que he visto que les llama más la atención por vender y son ellas las que hacen que saben y no.
-¿Si alguien cercano a ti te pidiera asesoría para incursionar en el negocio se la darías?
-No, pues no, me hago el wey -se ríe y dice con voz distinta después de darle una fumada a su toque-, o sí pero le empiezo a hablar en francés -vuelve a reír-, no pues no, es que tienes que ser hermético, a veces es mejor que ni sepan que fumas, sinceramente, y no está padre porque tienes que dejar de ser tú en cierto punto, por cuidar la seguridad; si es algo que empieza a surgir, la cosquilla del negocio, pero los que cultivamos ya empezamos a cuidar el negocio y decimos: estos son mis clientes, eso empieza a pasar y la neta no me place, pero al final es como todo negocio, hay que cuidarlo porque hay competencia.
-¿Cómo no te dejas arrastrar por la tentación del poder y del dinero?
-Si tienes valores consolidados no te dejas llevar por lineamientos oscuros de ser mafioso para vender más, busco estar dentro de otros lineamientos para construir un futuro a partir de eso teniendo claro que no voy a producir otro tipo de drogas que salen de mi línea de valores.
-¿Qué le recomendarías a tus colegas productores?
-Que se manejen con valores para tener un proyecto estructurado si manejas tu negocio sin ningún valor, en este caso, uno de mis valores es brindar mi producto lo más limpio posible en cuestión de nutrición y alimentación de la planta, tener valores hace que te construyas y te consolides desde una visión menos capitalista, el decir: no me voy a involucrar con la mafia, ese para mí es otro valor y produces de manera sana, sin avaricia, pero es un problema muy constante e incluso lo he detectado en mí, pero la cannabis también me ha ayudado a reflexionar y a generar esta conciencia de la que hablo, hacerlo con valores morales y éticos eso haría una gran diferencia.
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