Durante el confinamiento, según la Encuesta Global sobre Drogas 2020, hubo particular consumo de microdosis para autotratar condiciones de salud mental y una expansión de los mercados digitales de drogas. Esta encuesta es apenas una muestra, que puede mejorar con la participación de más usuarios.Tu participación es fundamental
Por Monserrat Angulo*
La Encuesta Global sobre Drogas (GDS por su siglas en inglés) es uno de los estudios sobre drogas y reducción de riesgos y daños más importantes a nivel mundial. Es impulsada por un grupo de investigación independiente con sede en Londres desde hace una década. Esta iniciativa explora las tendencias y las dinámicas de consumo en más de 20 países, con el objetivo de promover conversaciones más honestas sobre el tema, además de fomentar el consumo consciente sin importar el estatus legal de las sustancias.
La encuesta fue diseñada con un enfoque de derechos humanos que reconoce el consumo de drogas como una decisión personal. En ese sentido, utiliza los datos recabados de forma virtual para diseñar estrategias e intervenciones de salud orientadas a promover el consumo responsable. Hasta la fecha, más de 900,000 personas han sido parte de este proyecto, se han publicado más de 60 artículos científicos en la materia y cuenta con la aprobación ética de la University College London para su implementación.
Entre mayo y junio de 2020, el grupo de investigación lanzó la GDS Covid-19 Special, una edición especial que forma parte de los esfuerzos globales para entender mejor el impacto de la pandemia en la vida de las personas, enfocándose en el uso de alcohol y otras drogas, la salud mental y las relaciones sociales. Los resultados preliminares de esta edición muestran que el consumo de drogas se modificó en al menos 11 países, afectando de forma negativa a las personas que viven con alguna condición de salud mental.
El estudio encontró que la disponibilidad y la calidad de las sustancias ilegales disminuyó en estos países, mientras que sus precios aumentaron. Asimismo, la encuesta identificó que el alcohol fue la sustancia más consumida, seguida de la cannabis, las benzodiacepinas y los opiáceos. El consumo de MDMA y cocaína -sustancias utilizadas comúnmente en ambientes de fiesta y ocio nocturno- se redujo significativamente, en tanto que el uso de psiquedélicos no mostró una tendencia clara.
A finales de ese mismo año, se publicó una segunda encuesta con la intención de complementar la información obtenida y profundizar en los comportamientos de consumo en el contexto de covid-19, las prácticas de reducción de daños y gestión de placeres, el uso de microdosis para autotratar condiciones de salud mental y la expansión de los mercados digitales de drogas. En particular, esta versión examinó las estrategias que las personas usuarias de cannabis y cocaína adaptaron ante el inicio de la pandemia. Ya que los rituales de consumo de ambas sustancias en contextos sociales suponen una alta probabilidad de contagio debido al contacto directo que suele existir con otras personas, como ocurre al compartir un porro o pase de línea.
Según el informe global, para el caso de cannabis, más de la mitad de la muestra (54.7%) reportó haber aplicado prácticas de consumo seguro durante el periodo de aplicación de la encuesta. Por ejemplo, las personas compartieron con menor frecuencia su porro, bong, pipa o vaporizador con otras personas (42%) y optaron por consumir aquellas preparadas por sí mismas (24.1%). Considerando las diferencias entre países, Brasil mostró ser el principal promotor de la aplicación de una o más medidas de cuidado, y cerca del 60% de los países -entre ellos México- indicó haber adoptado mejores prácticas de seguridad.
En el caso del uso de cocaína, menos de la mitad de la muestra (42.1%) empleó prácticas para reducir el contagio del virus. Entre las que tuvieron mayor aceptación fueron la de evitar compartir un popote o inhalador con otras personas (26.9%), rechazar inhalar una línea preparada por otra persona (19.8%) y no tocar o frotar la nariz y labios después de inhalar (19.7%). Países como Brasil y Suecia indicaron un incremento en la adopción de más de una práctica de seguridad para reducir el riesgo de contagio al consumir esta sustancia, mientras que Polonia y Rumania reportaron un decremento considerable.
En términos generales, los resultados muestran que aunque existe percepción de riesgo en determinadas prácticas, no todas las personas modificaron sus comportamientos, sin embargo, incorporaron algunas pautas de cuidado en sus consumos. Las personas fueron mucho más abiertas a incorporar estas medidas al consumir cannabis que al consumir cocaína. Dichos aprendizajes son una muestra de la información que intenta producir esta iniciativa, la cual además logra abordar temáticas mucho más amplias y coyunturales en comparación con las encuestas oficiales.
Si bien la encuesta no es una muestra probabilística y presenta distintos sesgos, sus hallazgos son útiles para conocer el panorama y las tendencias actuales en el consumo de drogas. Los resultados de esta edición serán publicados en mayo del presente año. El informe pretende contribuir a la construcción de narrativas alternativas y la formulación de mejores políticas públicas. En México cerca de 1,200 personas la responden anualmente. Tu participación es fundamental. ¡Visita la página oficial y comparte tus experiencias! www.globaldrugsurvey.com
* Coordinadora en ReverdeSer Colectivo.
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