Casi seis años después de la desaparición de Rebeca Cortinas Rueda en Torreón, la familia encontró el cuerpo en una fosa común de San Luis Potosí. A la recuperación, le sigue faltando la verdad y la justicia.
Texto: Daniela Rea
Foto: Especial Daniela Rea
TORREÓN, COHUILA.- El 30 de octubre de 2018 Rebeca Cortinas Rueda llegó a visitar a sus tres hijas Gabriel, Cristian y Ariel, que vivían en casa de la abuela. Ese día les llevó hotcakes, le quedaron deliciosos. Como nunca.
–Nos dijo que le había echado un ingrediente secreto porque habían quedado bien bonitos los hotcakes– dijo Cristian, la hija mayor de Rebeca, que entonces tenía 13 años de edad.
–Y es que no le salían, y ese día sí le salieron–, le sigue Gabriel, la segunda hija, de entonces 11 años de edad.
–Le salieron bien bonitos y nosotros no pensábamos que fuese a ser la última comida que íbamos a comer de ella. Y nos los dejó en la casa de mi abuelita y salió y se fue–
Ese mismo día, el día de los hotcakes más ricos del mundo, Rebeca desapareció.
El pasado viernes 20 de septiembre del 2024, casi seis años después de su desaparición, su cuerpo fue encontrado en una fosa común de San Luis Potosí. Las condiciones en que fue desaparecida y en que fue encontrada no quedan claras para la familia, pues los ministerios públicos de Coahuila y San Luis Potosí no han determinado cómo fue que Rebeca terminó en la fosa común.
Por la necropsia se sabe que ella habría muerto el 31 de octubre del 2018, un día después de haber sido vista por última vez por su familia.
Tampoco queda claro qué pasó o qué no pasó para que su cuerpo permaneciera seis años en una fosa común, a pesar de que su familia denunció la desaparición de Rebeca a los 3 días, es decir el 2 de noviembre del 2018, dice Feliciana Rueda, madre de Rebeca y nieta de las niñas.
“En la Fiscalía de Coahuila fueron muy descuidados, pusimos la denuncia a los 3, 4 días de su desaparición y en la Fiscalía no quisieron sacar la ficha de búsqueda de mi hija hasta 4 meses después, ‘que se le pase la peda’, me dijo el MP”, cometa Feliciana.
Ahora la Fiscalía de Coahuila le dice a Feliciana que su hija no vivió desaparición sino “ausencia voluntaria”, pero no ha realizado investigación además del hallazgo del cuerpo.
Esta semana Feliciana viajará a San Luis Potosí para hacer los trámites de recuperación. El cuerpo debe ser exhumado y luego debe ser enviado a Torreón, a donde será sepultado.
La familia no tiene certeza de quién pondrá los recursos para ese traslado. Tampoco sobre el traslado de las niñas para la despedida de su madre. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas no ha respondido sobre los viáticos para el traslado de las 3 hijas de Rebeca para que puedan acudir al entierro de su mamá.
Las hijas viven en el Estado de México, a donde llegaron como consecuencia de la desaparición de su mamá. Feliciana Rueda reclama que la Comisión Ejecutiva de Atención a Vícitmas del nivel federal no se ha hecho cargo de la atención emocional de las hijas de Rebeca, tampoco de los viáticos.
“Ella era buena mamá… Quiso emprender un negocio con figuritas de yeso, su plan era llevarlas y que la gente las pintara, después nos dimos cuenta que no resultaba y las pintábamos nosotros y el plan era pintarlas y venderlas como decoraciones, pero al final no más fue un pasatiempo que tuvimos ahí entre las tres”, dijo Cristian a Pie de Página.
“Mi mamá tenía una pareja que ejercía violencia contra ella. La policía no lo ha detenido, pese a las denuncias que hemos puesto con mi abuelita. Mi mamá es una buena mamá, cuando estaba en casa, le gustaba cocinarnos y ver juntas Los Simpson mientras cenaban”, dijo Gabriel, su segunda hija.
En este tiempo el apoyo de la CEAV ha sido intermitente, las niñas dejaron la terapia psicológica porque las conducía a la resignación y a la culpa, y no a la posibilidad de entender, reconstruir, re significar la desaparición de su madre y de su vida.
Para Feliciana el proceso ha sido semejante, el impacto de la desaparición mermó su salud física, su salud emocional y la posibilidad de sostener un trabajo, un empleo para mantener a sus 3 nietas que quedaron ahora huérfanas. Rebeca era madre soltera.
“Estoy pidiendo apoyo para un tratamiento médico contra las adicciones y las personas en la CEAV me dicen que mejor me anexan, con tono burlón”.
La desaparición altera el entorno familiar y las expectativas de vida de las familias; las instituciones, además de garantizar justicia, verdad y no repetición, están obligadas a la atención integral de las víctimas directas e indirectas, de acuerdo con la “Ley general de atención a víctimas”.
Ese documento obliga a las autoridades de los tres niveles de gobierno a una atención integral en términos de salud, educación, asistencia social; además de la judicial. De lo contrario, pueden recibir sanciones administrativas.
“La presente Ley obliga, en sus respectivas competencias, a las autoridades de todos los ámbitos de gobierno, y de sus poderes constitucionales, así como a cualquiera de sus oficinas, dependencias, organismos o instituciones públicas o privadas que velen por la protección de las víctimas, a proporcionar ayuda, asistencia o reparación integral. Las autoridades de todos los ámbitos de gobierno deberán actuar conforme a los principios y criterios establecidos en esta Ley, así como brindar atención inmediata en especial en materias de salud, educación y asistencia social, en caso contrario quedarán sujetos a las responsabilidades administrativas, civiles o penales a que haya lugar”.
Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.
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