En la montaña de Guerrero, el pueblo reconstruye su camino ante la falta de apoyo gubernamental

1 diciembre, 2024

En la comunidad de El Paraíso los habitantes se organizaron para reconstruir su pueblo, ya que el gobierno no mandó apoyos. Ahora, ante la incertidumbre de la futura política migratoria de los Estados Unidos, el temor crece, pues esto podría aumentar la desigualdad

Texto y fotos: Manuel Ta Safi

METLATONOC, GUERRERO. – Ante la falta de atención de los tres niveles de gobierno, los na savi de El Paraíso, municipio de Metlatonoc, Guerrero, se organizaron para reparar su camino de terracería afectado por el huracán John.

“La ayuda no ha llegado; somos los más olvidados ante cualquier contingencia de desastres naturales. El apoyo no llega a tiempo, siempre nos quedamos en el olvido”, reprocha el delegado de El Paraíso, Regino Gálvez.

Señala que las obras públicas nunca se materializan en su comunidad, lo que agrava aún más la situación de los pobladores.

Además, agrega, la brecha que han recuperado es gracias al trabajo de los vecinos, ya que del gobierno no llega nada, a pesar de que llevan décadas solicitando su pavimentación. Pero no hay respuesta.

Reconstruir el pueblo, sin recursos

Después de varios días incomunicados, la comunidad se organizó para reconstruir su carretera de terracería. “Entre mujeres, hombres, jóvenes y niños, con pala y pico, retiramos el lodo y las piedras que obstruían el paso”, describe Rutilia Gálvez, habitante de la comunidad.

Menciona que la brecha quedó muy afectada después del huracán, debido a que la lluvia deslavó los cerros, por lo que tomaron las pocas herramientas con las que cuentan para rellenar barrancas y construir pequeños muros de contención para evitar los deslaves y mejorar el acceso al pueblo.

La situación de esta comunidad ñuu savi es la misma que enfrentan muchas comunidades indígenas marginadas del país. Aquí, los programas que el gobierno Federal ha puesto en marcha no han mejorado las condiciones de vida de las personas.

Mientras los lugareños piden que las autoridades atiendan sus peticiones para arreglar su camino afectado por el huracán John, el delegado municipal sostiene que el gobierno estatal envió una máquina para rastrear la brecha, pero dice que solo “medio abrió la brecha y se retiró, sin abrir canales para el agua; ni el rastreo ni la reconstrucción de algunos muros de contención se realizaron”.

La brecha que viene de la comunidad de Vicente Guerrero conecta con la carretera Tlapa-Metlatónoc; en este tramo hay derrumbes. La tierra y las piedras no han sido retiradas, lo que afecta el tránsito.

John dejó algunas viviendas afectadas, así como los cultivos de maíz y frijol, que son los principales alimentos de los lugareños. A pesar de la magnitud de los daños, no han llegado apoyos de los gobiernos municipales ni estatal.

La comunidad al rescate

Durante el trabajo comunitario, los jóvenes y niños contribuyeron a acarrear piedras para levantar muros, mientras que las mujeres trajeron cubetas con agua para hacer el concreto. “Entre todos cooperamos para comprar cemento; también le pusimos gasolina a una camioneta para traer grava y arena. No tenemos otra salida, tenemos que ayudarnos entre todos”, comparte Otilia Gálvez.

El activista y promotor de los derechos de los pueblos indígenas, Alex Martínez, señala que la situación de El Paraíso es un claro ejemplo de discriminación institucional que afecta a las comunidades indígenas de la región. Y lamenta:

“Los niños no terminan la primaria, y muchos de los jóvenes logran continuar sus estudios de secundaria en Tlapa, que es el centro urbano más cercano. Sin embargo, el acceso a la educación es limitado, y las oportunidades para superarse son escasas; sobre todo, en tiempo de lluvia es muy difícil que lleguen a la escuela”.

Sostiene que otro problema que enfrentan los habitantes de El Paraíso es la falta de infraestructura básica: “No tenemos un centro de salud en la comunidad; para recibir atención médica, tenemos que caminar más de una hora hasta Vicente Guerrero, donde solo hay una enfermera. Pero ni siquiera hay medicamentos”.

“La falta de agua potable, drenaje y un sistema adecuado para el tratamiento de aguas residuales son desafíos diarios para los habitantes; la falta de empleo en la región obliga a los na savi a migrar hacia los estados del norte del país e incluso a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades”.

Nueva política migratoria podría aumentar la desigualdad

En la montaña de Guerrero hay una preocupación, aparte de los daños que dejó John, por la política migratoria del próximo presidente de Estados Unidos. Existe incertidumbre ante la posible deportación de migrantes ñuu savi a El Paraíso.

Muchos temen que con el cambio de gobierno en el vecino país, las deportaciones se incrementen. Tal inquietud obedece a que varios vecinos de este pueblo reciben remesas de sus familiares para paliar el hambre y cubrir algunas necesidades básicas.

“A pesar del abandono gubernamental, la organización comunitaria se mantiene, porque es el motor que mueve a los na savi a sobrevivir en una situación adversa”, celebra Alex, y agrega:

“Seguiremos resistiendo y organizándonos, aunque nuestras voces no se escuchen tan lejos; quizás por eso el gobierno no nos voltea a ver”.

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