El agravio no fue solo en contra de los estudiantes normalistas, universitarios, obreros, campesinos, mujeres trans y académicos. La violencia también los vivieron los pueblos y comunidades indígenas, con ellos los militares usaron toda la fuerza bruta para eliminarlos
Tw: @kausirenio
¿Cómo olvidar los atropellos cometidos por el Ejercito Mexicano? ¿A quién hay que pedirle perdón? ¿Cómo reconstruir una memoria que se niega a morir? Son solo preguntas que el pueblo de México debe de plantear todos los días.
Las venas del territorio mexicano sangra porque la población civil fue torturada y encarcelada, cuando los hombres y mujeres soñaron por un México más justo y humano, sin embargo, sus voces fueron calladas por el fusil de los soldados durante la guerra sucia.
Es por eso que familiares de víctimas de este episodio gritan al unísono todos los días: “Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos” o “¡Quienes se los llevaron!, fue el Ejercito”. La verdad no mienten, no estigmatizan al Ejército mexicano, solo dicen la verdad.
La guerra sucia en los municipios de San Luis Acatlán y Atoyac de Álvarez donde las represiones político-militar fue más brutal con las poblaciones civiles por ser la base social de la guerrilla de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos.
De esa verdad que sueltan en cada encuentro de Dialogo por la Verdad que Comisión por el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico y Justicia a las Violaciones graves a los Derechos Humanos en distintas partes del país.
El agravio no fue solo en contra de los estudiantes normalistas, universitarios, obreros, campesinos, mujeres trans y académicos. La violencia también los vivieron los pueblos y comunidades indígenas, con ellos los militares usaron toda la fuerza bruta para eliminarlos.
Hasta ahora poco se sabe o se ha conocido de como el Estado mexicano usó violencia simbólica en contra de cada uno de los indígenas que no hablan su lengua, que no podían acceder a una escuela, o sea el genocidio en contra de las comunidades indígenas que no se investigado.
En las reuniones que realizaron en Chilpancingo, Guerrero y en el Centro Cultural Tlatelolco se escucharon voces y algunos testimonios se hicieron en lengua materna, pero no es suficiente, hace falta mayor acercamiento con las comunidades para saber como fue el exterminio en estos lugares.
Durante los testimonios de sobrevivientes de la guerra sucia en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Hidalgo, Veracruz, Puebla Tlaxcala, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Durango y Chihuahuas, estado con mayor población indígenas, la Comisión por el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico y Justicia a las Violaciones graves a los Derechos Humanos tiene que hacerse de intérpretes y traductores para llegar a la verdad.
El ejercicio que hizo Dialogo por la Verdad en Guerrero y Ciudad, mismo que se va a replicar en los estados de Chihuahua, Jalisco y Chiapas para que familiares de víctimas de la guerra sucia reconstruyan la memoria para que el abuso desmedido del Estado mexicano no quede en el olvido.
En Guerrero, los testigos narraron paso paso las represiones político-militar en contra de la población civil durante la guerra sucia en México. 40 víctimas, sobrevivientes y familiares expusieron sus casos ante publico que los escuchó durante dos días.
La señora Estela Arroyo Castro hija, nieta y sobrina de los detenidos, torturados y desparecidos durante la guerra sucia pidió unidad de todos los colectivos que reclaman justicia, verdad y reparación del daño por las graves dilaciones a los derechos humanos cometido por elementos del Ejército mexicano.
La desaparición forzada por el Estado mexicano, en contra de la base político-militara de la guerrilla de Lucio Cabañas Barrientos. Los sobrevivientes: Guillermina, Pablo, Erasmo, así como la de Arturo Miranda, de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) es parte de lo que se sabe, pero hay otros testimonios que no se ha escuchado.
Escuchar a Onésimo Sánchez, Victoriano Villegas, Norberto Iturbide, Marisela Iturbide, Cristino Sánchez
de la comunidad de Tlaxcalistlahuaca, municipio de San Luis Acatlán, Guerrero en Chilpancingo es la esperanza de que los pueblos indígenas por fin van hablar de lo que vivieron durante la persecución de los militares.
Las voces de Nicómedes Fuentes García y Anita Estrada Ramírez, sobrevivientes de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) y del Partidos de los Pobres (P.D.L.P), así como la de Alejandra Cárdenas Santana y Eliazar Peralta Santiago, sobrevivientes del Campo Militar 1. La de Octaviano Gervacio Serrano, José Ángel Zamora Mecino y Luisa Flores Urióstegui, Adolfo Cabañas Serafín, Micaela Cabañas Ayala, Carmen Iturio Nava, Merced García Naranjo, Narciso Ramos Vázquez, Estela Arroyo Castro, Joel Hernández Rojas, Donaciano Mesino Lezma, Leobardo Serrano Galeana, Lorenzo Arroyo Vázquez.
Las palabras de la comunidad de El Quemado a través de Arminda Morales, hija de Blas Morales Salas, Eduardo Gatica Saldaña, Francisco Vargas Vinalay, Justino Fierro Hernández y Saúl Martínez Palacios. La de Eliana García Laguna, Marco Antonio López García, Rosa María Gómez Saavedra, integrantes del Movimiento Estudiantil y Popular Urbano.
En el Centro Cultural Tlatelolco se escuchó las voces de los campesinos sobrevivientes de masacres en Hidalgo y Puebla; familiares de desaparecidos políticos en 1988 y representantes de pueblos indígenas que han enfrentado represiones estatales por más de cinco décadas.
Las mujeres trans hablan de violaciones sexuales tumultuarias en las cárceles clandestinas a la tortura en Tlaxcoaque. El testimonios de cuatro mujeres trans: Denisse Valverde, Verónica López, Gabriela Elliot y Emma Yessica Duvali, sobre las torturas que recibieron por parte de la policía capitalina en la Plaza de Tlaxcoaque.
Hasta ahora el ejercicio por la recuperación de la memoria avanza, dolorosa pero necesaria para que en esta patria nunca más se estigmatice a los que pensamos diferentes, a los que hablamos una lengua distinta a la dominante, a los que tienen una preferencia sexual distinta, a los que no profesan ninguna religión, a los que tienen otro color de la piel.
Cuando la comisión logre reconstruir la memoria, empezaremos a sanar la herida abierta hace 63 años, mientras tanto tenemos que acompañar los encuentros de Dialogo por la Verdad, para escuchar los testimonios que hacen falta.
Ojalá que en un ejercicio intercultural podrás escuchar las palabras de los pueblos indígenas en sus códigos lingüísticos y sea interpretada por un intérprete.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona