‘En territorio de muerte, una salvación es reformar la cultura’

22 junio, 2019

Foto: María Ruiz

Lorena Wolffer es una artista mexicana, activista y promotora independiente de arte contemporáneo. Su obra de largo aliento más reciente «Historias propias» cuenta desde diferentes formatos relatos de poblaciones invisibles en Tlatelolco

Texto: María Ruiz

Fotos: María Ruiz y Lorena Wolffer

La artista y activista mexicana Lorena Wolffer tiene una trayectoria larga de intervención artística en las calles de la Ciudad de México. Este año, su mirada se enfoca en Tlatelolco. A partir de entrevistas, mapeos y fotografías con cámaras desechables, la artista dio vida a Historias Propias, un proyecto que busca contar, hacer visibles y celebrar las historias de personas no normativas de la Ciudad de México y otros lugares.

¿Qué es no normativo? Wolffer lo define así:

“El término lo utilizo como un paragüas para hablar de personas que por diferentes motivos nos salimos de las normas sociales ya sea por sistemas relacionados con el género, las preferencias sexuales pero también del acceso a una vivienda: poblaciones callejeras y poblaciones que no suelen tener voz y voto”.

Los derechos de las mujeres y la violencia a la mujer son parte de su trabajo. Ahora buscó a estas comunidades porque comparten invisibilidad con las mujeres y además decidió que cada quién cuente su historia.

En la exposición encuentras todos los relatos recabados en diferentes formatos: mapas intervenidos, fotografías y texto, porque como cuenta la autora de la obra, a menudo las historias de las personas invisibles son contadas a partir o desde la mediación de alguien más.

“Mi idea era juntar una estrategia política de visibilidad, de presencia. Enunciarnos de una manera conjunta. Que tiene que ver con una postura feminista de emprender una lucha común con lxs cuerpxs otrxs”, explica la artista.

Lorena armó un equipo de personas que viven o transitan por los espacios en la ciudad o colonia donde trabajó el proyecto. Ese grupo es el que recabó las historias. En esta ocasión el equipo se conformó por Ana Lilia Serrano, Arlen Palestina Pandal, Arlette Escobedo y Brenda Raya.

“Les preguntamos a las personas cuáles son los espacios que le son importantes, cuáles eran las actividades que les gustaría que el Centro Cultural programara para ellas o sus comunidades”, cuenta Wolffer.

El resultado es una combinación de mapas donde la gente colocó recuerdos o lugares importantes, pensamientos, exigencias; fotografías que tomaron con cámaras desechables o fragmentos de las entrevistas que el equipo les hizo.

Parte del eje de sus obras es el cuestionamiento de los sistemas de poder, cómo se vive la sociedad entre las personas que tienen y no tienen poder. Wolffer cuestiona con arte estas estructuras.

En la exposición en Tlatelolco puedes participar interviniendo mapas a partir de tu sentir y forma de vivir la Ciudad de México. Estos son algunos de los que dejaron asistentes. Foto María Ruiz

¿Qué peso tiene el territorio en los cuerpos?

“El territorio determina y establece las reglas de operación y los acuerdos de una sociedad, claramente sabemos que comunidades habitan en qué partes de la ciudad y lo que eso significa en términos de acceso como tener agua potable pero también en temas de educación y demás” contesta la activista.

En el caso de Tlatelolco para el equipo de Lorena y para la artista fue difícil celebrar porque la situación de precariedad es alta y la labor de la obra se centró más en visibilizar realidades.

La artista considera que siempre ha estado con un pie adentro y otro afuera del mundo del arte pero para ella la calle siempre ha sido su espacio:

“Decidí apostar por proyectos colaborativos donde mi voz es una o no está presente en la obra, lo que plantean los museos, la idea de artista que crea algo y se ajusta a los valores de estas instituciones cada vez me interesa menos. Ese no es el territorio al que quiero llegar”.

Historias Propias pronto saldrá de la sala de exhibición del Centro Cultural Universitario Tlatelolco a las calles de alrededor, esa es una parte fundamental de la obra pero por ahora la artista está esperando tener presupuesto para hacerlo.

Durante la realización del proyecto el equipo de Lorena repartió cámaras desechables en Tlatelolco para desde la fotografía contar sus historias y sus percepciones del espacio. En esta una sexo servidora se recarga en una patrulla. Cortesía: Lorena Wolffer
Foto: María Ruiz

La obra fue realizado gracias a la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). En los días recientes se ha escuchado que la austeridad republicana quiere alcanzar este fondo y en la semana Notimex publicó el reportaje “Becas del Fonca: entre la discrecionalidad y el abuso” que alertó a la comunidad ante posibles recortes.

La obra fue realizada gracias a la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). En los días recientes se han escuchado propuestas y críticas a ésta beca. La senadora Jesusa Rodríguez planteó que dejar esta beca y priorizar otras causas como una opción sensata, por su parte Notimex publicó el reportaje “Becas del Fonca: entre la discrecionalidad y el abuso” lo que al a la comunidad de artistas. lo que reavivó el tema durante esta semana.

Juan Villoro entró a la discusión en su columna de Refotma con un texto titulado “Me lo dijo un maíz” donde cuestiona la crítica a ver la beca como privilegio; para Villoro eliminar estas becas es ir contra la creatividad y el patrimonio del país

Cuando le preguntas a Lorena Wolffer sobre su posición respecto a los posibles recortes e incluso la amenaza de que puedan desaparecer las becas del FONCA contesta que sería una contradicción teniendo un gobierno de izquierda:

“Desde el arte y la cultura se pueden enunciar cosas que de repente no puedes decir ni desde ninguna otra parte. Creo que un país que se dice de izquierda, uno de los primeros o de los principales valores es tener a la cultura no solo para reflejar las realidades sino para moverlas. Se habla como si estuviéramos en Suecia cuando en nuestro país hay muertos y desaparecidos. En este territorio de muerte una de las salvaciones es reformar la cultura y la forma en las que nos relacionamos unxs con otrxs” explica Wolffer.

Ella es una de las personas que sin el FONCA no habría podido realizar el 70% de su trabajo. Como su obra se encuentra en el territorio del arte y el activismo, Lorena cuenta que es más complejo conseguir recursos:

“Lo real es que por lo menos en mi mundo el pago siempre o muy poco o no existe y asumen siempre que una tienes otra forma de sobrevivir. Una termina haciendo muchas cosas porque crees en ellas y porque te parecen importantes y las becas del FONCA para personas como yo han sido indispensables” .

Lorena cree que los sistemas del arte en México pueden mejorar al igual que la selección de a quién darán las becas, de mejorar los mecanismos porque incluso llegan a ser injustos para los artistas:

“Hay apoyos que de la forma en la que están planteados ponen en aprietos a quiénes los reciben. Por ejemplo el tema de la retribución social es toda una discusión porque parece que lo que das, es insuficiente. Por ejemplo, tu firmas un acuerdo en la que hay 4 gansitos por cinco pesos pero en vez de los cuatro gansitos te dicen, ¿sabes qué? no sólo me vas a dar 4 gansitos resulta que me tienes que dar 4 gansitos y seis talleres donde expliques cómo haces los gansitos. Entonces no es suficiente, por qué siempre te plantean que desde la cultura lo que hacemos es que siempre estamos en deuda o tenemos una comodidad innecesaria”.

Para la artista el debate debería estar en mejorar los mecanismos y sistemas, pero por lo pronto, si le preguntas qué piensa de los recortes al FONCA su respuesta es que “sería un error monumental”.

*La exposición Historias Propias de Lorena Wolffer estará en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco hasta el 28 de julio y la entrada es gratuita.

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