«Ellos siguen celebrando navidades, y mi casa está vacía»

6 junio, 2023

En 2015, Sebastián murió en un hospital privado debido a negligencia médica, así lo determinó un juez. Era un bebé que no llegaba a los dos años. Su familia inició una batalla legal para que el hospital se responsabilizara. Pero a 8 años de su muerte, el caso sigue en tribunales, y las autoridades, acusan sus padres, los están revictimizando: quieren obligar a la madre a declarar, aunque ella no logra superar el duelo

Texto: Lydiette Carrión

Fotos: Cortesía de la familia

CIUDAD DE MÉXICO.- Sebastián falleció a la edad de un año con 10 meses, al menos un juez ya sentenció que en su prematura muerte estuvo involucrada la negligencia médica, en un hospital privado. Sin embargo, ahora un magistrado quiere que la madre del menor se presente a declarar. Ella sólo pide que hagan justicia, y que a ella no la obliguen a pasar por todo esto. 

Como dice su madre Betty, Sebastián fue muy deseado. Muy anhelado. Era un niño que esperaban con ganas de celebrar navidades y planear vacaciones. Ahora, los médicos y burócratas hospitalarios que causaron este dolor “sí siguen celebrando navidades y planeando vacaciones. Y mi casa está vacía”.  

Está foto la tenemos en casa colgada en la pared,.con un corazón de lata, al lado alas de madera y unos colibríes

Sebastián nació el 8 de agosto de 2013, a los 45 días presentó ya datos de hidrocefalia, pero fue tratado a tiempo. Su madre, Betty, advierte que cuando se percataron de que tenía este padecimiento, no escatimaron gastos para atenderlo. Y así lo hicieron durante más de un año, los médicos instalaron una válvula que le permitiría drenar el exceso de líquido; iba a terapias. En ellas se pudo descartar cualquier daño neurológico. Sebastián fue hasta pocos días de su muerte, un bebé normal, muy querido, si bien cada cierto tiempo se debía reemplazar la válvula.

Sin embargo, el 6 de junio de 2015, cuando Seastián contaba con un año y nueve meses de edad, lo llevaron de nuevo  al hospital; no se sentía bien. Pero enfermeras y médicos firmaron informes que aseguraban que estaba estable; sin embargo aquella misma noche un médico firmó un reporte en el que el pronóstico ya era “reservado y delicado”, y después el bebé fue operado por tercera vez en su vida. 

A las 10 de la mañana, el cirujano le pidió al equipo de médicos y enfermeras, una batería de  pruebas y medicamentos. Pero durante una hora el bebé no recibió nada, ni medicamentos ni estudios. Finalmente comenzó a convulsionar. “Fueron unas convulsiones horribles, espantosas”, recuerda Osvaldo. El pediatra trataba de comunicarse a con el jefe de hospitalización por medio del celular y también trataba de llamar a terapia intensiva. 

Pero el encargado de terapia intensiva respondió que “ya me lo quieren echar”. 

Para Osvaldo, esas convulsiones son las que mataron a su hijo. Poco después, otro médico admitió que ya había muerte cerebral… durante todo este proceso, un directivo incluso llegó a retar a Osvaldo a demandar, y a preguntarle si tenía seguro de gastos médicos o pagaría en efectivo.

El 12 de junio, Sebastián perdió la vida.

Está es de una semana antes que ingresará al hospital

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Betty, madre de Sebastián,  no ha podido dejar el duelo. Tras los días interminables en el hospital, ya no pudo regresar a su casa. Dejó la casa cerrada y se fue junto con su esposo Osvaldo a otro departamento. Ahí solo tuvieron un colchón, unas cuantas pertenencias. La madre ha relatado cómo se encerraba en un clóset a llorar; mientras su esposo trataba de resolver cosas con el hospital. Durante un año Osvaldo trató de llegar a algo: que admitieran, que se hicieran responsables. Pero no lo logró. 

Así decidió demandar por negligencia médica a la empresa StarMedica y a diversos médicos que ahí laboran. En esta empresa lo acompaña su abogado, Jaime Alvarez. Sin embargo, Betty, su esposa, decidió mantenerse al margen. Apenas podía mantenerse en pie y no tenía energía para sostener un juicio.

En noviembre de 2022 (siete años después de la muerte de Sebastián) un juez finalmente falló en favor de Osvaldo, y ordenó una serie de disposiciones. Sin embargo, la empresa apeló, y un magistrado determinó que Betty debería ser llamada a declarar. Betty da la cara y decide hablar para respaldar a su esposo, pero pide que no la sienten con el sistema que, acusa, le quitó la vida a su pequeño. Osvaldo y el abogado apelaron. Ahora están a la espera. 

Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).