Esta semana se dieron a conocer los resultados de las últimas encuestas sobre las preferencias electorales tanto para la presidencia como para las diferentes gubernaturas en los 9 estados donde se disputa. Mientras la contienda presidencial tiene un patrón claro, en los estados la contienda pareciera apuntar a un cierre vertiginoso
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Galo Cañas / Archivo Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- Los resultados de las últimas encuestas que estaremos viendo rumbo a la jornada electoral dan un amplio margen de victoria a Claudia Sheinbaum (58 por ciento de las preferencias según la encuesta de encuestas de Poll.mx) mientras que la fuerza de Xóchitl Gálvez (con una preferencia de 31 puntos) parece perder terreno ante sus contendientes.
Estos resultados se pueden entender bajo una relación de tres factores esenciales: las estructuras de los partidos, las mismas personas de las candidaturas y los resultados de sus partidos en el gobierno, según un análisis hecho por César Enrique Pineda, doctor en Ciencias Sociales. Bajo estos tres aspectos, el PAN y su candidata parecen ser el contrincante más débil.
“Históricamente hemos visto, cuando hay una combinación en un sistema tripartito, cuando dos son muy malos, se favorece al tercero, cuando no necesariamente sea el mejor candidato”, comenta en una breve entrevista.
Desde hace al menos tres elecciones presidenciales (18 años), el PAN ha presentado candidaturas débiles, pasando por Josefina Vázquez Mota, Ricardo Anaya y la actual Xóchitl Gálvez; a eso hay que sumar los daños que causó en las estructuras de base panistas y priistas la selección de Gálvez; una elección de las élites de los partidos que no tomaron en cuenta a sus bases, considera César.
“La salida de muchos priístas ha sido una señal de que en efecto, la candidatura de Xóchitl terminó por dispersar al PRI, que ya estaba en un proceso de descomposición y fragmentación”. A lo que el también sociólogo añade:
“Las crisis internas de Acción Nacional tampoco se ha resuelto; es una crisis de liderazgos, de monopolización de nuevos grupos de poder que son panistas que no tienen nada que ver con los Fox, Calderón y menos aún con el panismo doctrinario”.
Esos dos de los tres factores que ya se habían mencionado, hacen a Morena en muchos de los frentes electorales, al menos a nivel federal.
Mientras que a nivel nacional la ventaja se mira con claridad, en las nueve gubernaturas que se disputan, la contienda parece que tendrá un cierre intenso. En cinco de los nueve estados la diferencia de la preferencia entre el primero y el segundo lugar es cercana al 3 por ciento, según la encuesta de encuestas de Polls.mx.
El primer caso es el de la Ciudad de México, donde la candidata de Morena, Clara Brugada, aventaja con 12 puntos al candidato del PAN, Santiago Taboada, quien ha elevado el tono de su campaña.
En Guanajuato, la diferencia entre la panista Libia Denisse García frente a la morenista Alma Alcaraz es de seis puntos. Mientras que en Jalisco, Pablo Lemus de Movimiento Ciudadano adelanta a la morensita Claudia Delgadillo por cinco. En Morelos, la morenista Margarita Gonzalez destaca por escasos tres puntos ante Lucía Virginia Meza, quien saltó del PRD a Morena para ser senadora, pero renunció a la bancada el año anterior y se sumó a la alianza PAN-PRI-PRD.
La candidatura de Rocío Nahle, ex secretaria de energía y representante de Morena en Veracruz, parece debilitarse ante la del panista Jesús Yunes, pues los separan seis puntos porcentuales; mientras que en Yucatán la candidatura de Joaquín “Huacho” Díaz, expanista convertido al morenismo, pone en riesgo la continuidad del PAN en el estado con un margen de apenas 4 puntos de su contendiente, Renán Barrera.
Estos resultados se pueden explicar bajo los mismos tres términos ya planteados ( las estructuras de los partidos, las candidaturas y los resultados en el gobierno), que hacen fuerte a Morena en diferentes estados, incluido en Chiapas, donde a pesar de tener resultados muy malos en términos de la violencia y la descomposición social que se vive en el estado, el candidato morenista Eduardo Ramírez, aventaja con 37 puntos porcentuales.
“En Chiapas, aunque se ha hecho un pésimo gobierno, la estructura de la oposición es históricamente débil por un desfondo que ha venido cargando el priismo desde el levantamiento zapatista. Es una relación estructural que permite que los partidos que confluyen alrededor de Morena sean super débiles”, comenta César Pineda.
En Tabasco, uno de los estados donde la ventaja de Morena también es amplia (42 puntos separan al morenista Javier May de la panista Lorena Beaurregard), la estructura partidista es muy fuerte, pues es una de las fuentes históricas desde donde se ha organizado el obradorismo.
“Guanajuato es como el Tabasco del PAN», asegura César Pineda. Y añade:
«En el Bajío es donde se centra más o menos la tradición de ese partido, pero en ese estado la ventaja no es tan amplia por la crisis de violencia que se vive, a diferencia del caso de Chiapas”.
El caso de Morelos puede explicarse bajo la misma óptica de tres elementos, como agrega César:
“Ahí pesa mucho más el gobierno que ha hecho Cuauhtemoc Blanco a la estructura que pueda tener Morena. También pesan, por ejemplo, las contradicciones que tuvo el presidente con las comunidades que están en el PIM (el Proyecto integral Morelos, un megaproyecto que incluye un gasoducto y una planta de energía termoeléctrica), que primero ofreció cancelar y ya después no”.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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