La reconstrucción de los hechos apunta a algo que no debemos olvidar: el ataque a los normalistas fue planeado, y es parte de una estrategia de contrainsurgencia
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El viernes 26 de septiembre, mientras Erick Santiago López hurgaba entre su mochila para sacar dinero con que pagar los útiles escolares en una papelería en Chilpancingo, recibió una llamada. Se trataba de su amigo Bernardo Flores Alcaraz, quien le pidió de favor que lo acompañara a Iguala a una actividad de lucha, invitación que acepto sin oposición con la condición de que iría de apoyo y no como parte del comité.
Erick le dijo a su amigo que lo esperara en lo que regresaba de Chilpancingo, por la tardanza del transporte público Erick llegó tarde a la Normal, así que los muchachos salieron a eso de las 6:00 o 6:30 a Iguala.
En la plática entre Bernardo y Erick antes de salir a Iguala, hablaron de ir a tomar unos autobuses para la marcha nacional en la ciudad de México del 2 de octubre. “Paisa al rato regresamos, esto es un rato”, le dijo Bernardo a los de nuevo ingreso mientras abordaban a uno de los dos autobuses de Estrella de Oro que los llevaría a Iguala.
De Ayotzinapa a Iguala, los normalistas hicieron una parada en Huitzuco, ahí dejaron un camión y los demás se fueron en el segundo autobús, a la caseta de cobro Iguala-Alpuyeca a esperar las condiciones para tomar ahí los camiones.
Sin embargo, el plan no se concretó, porque al arribar al lugar se encontraron que una moto y un carro los iban siguiendo. “A esa hora, creo que ya nos tenían identificado”, dice Erick.
Apostados por el carril de norte a sur, la policía estatal y federal resguardaban la estación de cuota, los autobuses que ahí detenían voltean a ver a los uniformados y avanzan sin mayor preocupación mientras que los normalistas esperan pacientes, para ellos un camión significaría la victoria por lo menos en esa tarde, victoria que no llegó por más que esperaron.
Erick cuenta lo que pasó en ese lugar después de las siete de la noche: “Los policías estaban parando los autobuses y bajaban a la gente, nosotros intuimos que nos iban a quitar el autobús en el que íbamos, pero no, seguimos con nuestra actividad”.
Y agrega: “Esperamos un rato para ver si podíamos tomar un autobús, aunque sea, pero no se pudo. En ese lapso de espera le marcaron al celular de Bernardo, le dijeron que el autobús que habían tomado los chavos en Huitzuco, llegó a la terminal, que el chofer había forcejeado y se escapó con la llave, dejando a diez compañeros encerrados en el camión”.
Al concluir la conversación telefónica, Bernardo a Erick para ir al rescate de sus compañeros: “Antes de ir al rescate de nuestros compañeros en en la central camionera de Iguala, le pensamos un poco, porque ya se sabía que es peligroso, pero teníamos que ir por ellos porque salimos juntos de la normal y juntos teníamos que regresar”.
En cuestión de segundos, los estudiantes abordaron el camión y se encaminaron hacia el centro de Iguala, al pasar por el zócalo se encontraron con la fiesta de la esposa del alcalde Jose Luis Abarca, la presidenta de Desarrollo Integral para la Familia (DIF) rendía su segundo informe de actividades de ese organismo, un acto para anunciar su aspiración a la presidencia municipal de Iguala.
Bernardo y Erick llegaron a la terminal de autobuses, ahí encontraron a sus compañeros encerrados en un autobús, no podían salir porque el chofer huyó con las llaves: “Lo que hicimos fue forzar la puerta de la unidad para sacar de ahí a nuestros compañeros, luego tomamos dos autobuses para salir de la central camionera, porque necesitamos esos camiones, así que aprovechamos el momento, lo hicimos porque la empresa sabía de las actividades de lucha en nuestra Normal”.
Los normalistas rescataron a sus compañeros que estaban atrapados en el autobús Costa Online. Abandonaron la terminal, pero antes tomaron dos camiones. Erick detalla: “Lo que le molestó a la empresa fue que le tomamos los autobuses en la terminal. Nos llevamos un Costa Online y un Estrella Roja, los dos autobuses los tomamos en la terminal, antes ya teníamos los dos Estrellas de Oro”.
Cuando tomaron la calle Juan N Álvarez le cerró el paso las policías municipal y estatal, ahí se da la primera agresión de los uniformados en contra de los estudiantes que se defienden ante las amenazas de ser detenidos.
Para salir de la calle Álvarez, los normalistas hicieron una valla humana para sacar los autobuses que tomaron en la terminal. Los últimos que se quedaron abordaron el autobús Costa Online, porque el de Estrella de Oro fue balaceado del lado izquierdo de la parte trasera.
El tercer autobús Estrella de Oro número 1568 fue rodeado por la policía y le dispararon. En ese lugar cayó herido un normalista. Erick lo recuerda así: “Los policías disparaban hacía nosotros, luego alcancé a ver cuando llegaron más policías y personas civiles armadas en un carro blanco”.
“Cuando bajé del autobús me dispararon junto con otros dos compañeros, que salió herido en la cabeza y el otro en el brazo, ambos por un balazo, fue en ese momento cuando los policías mandaron a traer ambulancias para llevar a los heridos. En ningún momento nos propusieron llegar a un acuerdo, esto nunca sucedió. A mis compañeros se los llevaron los policías en las patrullas, a mí no me llevaron porque estaba herido” recapitula Erick.
El normalista vio más de 30 policías, alcanzó a ver las patrullas 018, 020, 027, 028 “y la 302 que se llevó a un compañero herido”. Agrega: “Me llevaron al hospital, a mis compañeros los subieron a las patrullas, uno de los 43 desaparecido llevaba un rozón porque los policías tiraron a matar, los chavos desaparecidos fueron llevados hacia la salida a Taxco, no sé realmente si fueron llevados al cuartel militar o a la de policía, desconozco esa parte, los mismos choferes fueron los que dieron información acerca de nosotros, de lo que estaba pasando”.
Otro estudiante herido cuenta lo que sucedió esa noche en Iguala: “Escuché el primer disparo, ellos (policías) empezaron a agredirnos, tirando balazos al aire o al suelo. Cuando vimos que estaba muy complicado salir de ahí entonces hicimos una valla para sacar los tres autobuses que nos quedaba, para eso la Estrella Roja se había desviado a otro lado de la terminal. Vi que en la puerta trasera se escapó”.
Los normalistas llegaron al hospital irreconocibles por la hinchazón que llevaban en la cara. Erick recuerda: “Cuando llegamos al hospital, no nos querían atender, escuché a uno decir, ‘hubieran matado a esos malditos Ayotzinapos’, ahí entendí que en el hospital de Iguala que todo estaba planeado para agredirnos esa noche”.
Erick llegó al hospital, ahí supo que había cuatro heridos y varios detenidos. No fue la única refriega en contra los estudiantes. Esa noche hubo dos ataques hacia los normalistas, el primero cometido por policías municipales contra tres autobuses en los que viajaban los jóvenes. Ahí resultó herido Aldo Gutiérrez Solano, de Ayutla (estado vegetativo).
Cuatro horas después, los jóvenes fueron agredidos con arma de alto calibre cuando informaban la prensa y a profesores de los hechos, en ese momento un comando armado los atacó desde la oscuridad de periférico.
En esa segunda refriega con armas de grueso calibre se escucharon más de 200 balazos, en un lapso de 10 o 15 minutos, en el lugar se encontraban los normalistas, maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) y reporteros que llegaron al lugar de los hechos. Ahí fueron asesinados dos normalistas: Daniel Solís Gallardo de Zihuatanejo y Julios César Ramírez de Tixtla.
Un normalista que estuvo en la primera agresión contó que después de la persecución por varias cuadras del centro de la ciudad, al llegar al Periférico Norte varias patrullas les fueron cerrando el paso al frente y otras más atrás de los tres autobuses y en seguida los rafaguearon.
Después del segundo ataque a los normalistas, otro grupo armado atacó al autobús donde viajaban integrantes del equipo de futbol Avispones, de Chilpancingo. En ese lugar cayeron asesinados David Josué García Evangelista, de 14 años, el chofer Víctor Manuel Lugo Ortiz y Blanca Montiel Sánchez, murió, mientras que el taxista que pasaba por allí resultó herido.
En la mañana del 27 de septiembre, la noticia circulo en las redes sociales, la imagen conmovió a la nación. Se trataba de un muchacho con playera roja, con rostro desollado quien permanecía tirado en el suelo a unos metros de donde fueron atacados los normalistas en la noche del 26 de septiembre. Julio César Mondragón Fontes conocido por sus compañeros como el chilango.
El parte médico vino el sábado 27 de septiembre, a 12:00 horas de los hechos, salió el secretario de Salud del estado, Lázaro Mazón Alonso, para dar a conocer que 19 personas ingresaron a hospitales de Iguala con heridas de arma de fuego, luego de los ataques de policías municipales y grupos armados a normalistas y futbolistas.
El funcionario estatal explicó que ese día, 14 personas ingresaron al hospital general, dos en el IMSS, uno en el ISSSTE y dos en un hospital privado de Iguala. De los heridos, uno falleció y cinco fueron dados de alta por la mañana del sábado.
“Víctor Lugo Ortiz falleció en la madrugada; ingresó con heridas en ambas piernas y el brazo izquierdo”, explicó el secretario.
Los tres pacientes graves fueron: Aldo Gutiérrez Solano, con una herida en el cráneo, Edgar Andrés Vargas y Pedro Rentería; el primero con traumatismo en la cara; en el caso del segundo, requerirá ser trasladado a otro hospital donde haya área de cirugía plástica, debido a las lesiones en el ojo, nariz, paladar superior y maxilar; mientras que el tercero fue operado por una lesión en el abdomen e hígado.
De los 14 pacientes que fueron atendidos en el hospital general, uno falleció, a cinco se les dio de alta mientras que dos continuaron graves. Aunque no dijo quiénes eran normalistas y quienes son futbolistas.
Los demás pacientes que permanecieron en observación son: Daniel Galena Rentería con heridas superficiales en la rodilla; Carlos Adame Flores con lesión en partes blandas del brazo izquierdo; Erick Santiago López con una herida en el antebrazo derecho y pérdida de partes blandas; Aureliano García Cerón con fractura expuesta de tobillo por arma de fuego, y Fátima Bahena Peña con herida en el tórax y pie derecho.
A Los que se les dio de alta son: Facundo Serrano Urióstegui, que llegó con esquirlas en el cuello; Luis Ángel Torreblanca, atendido de una herida superficial en el lado derecho de la cadera; Javier Medina Bello tenía esquirlas en la espada; Carlos Gerardo Tinoco llegó con una herida superficial en la cadera y Miguel Ángel Espino Honorato que sufrió una crisis asmática.
En el IMSS e ISSSTE fueron atendidos Enrique Hernández Carranza, Angélica Chávez Norma y Jorge León Sáenz, que fue trasladado a Acapulco; en hospital privado se atendió a Miguel Ríos Nei, con lesión en pierna derecha y abdomen; del Hospital General le compartieron paquetes de sangre, informó el funcionario; y Vanesa Ortiz Salazar con herida superficial en el brazo derecho.
El gobierno federal, estatal y municipal estuvieron enterados desde el momento en que salieron los normalistas a Iguala, por la información que les llegaba por los militares que se infiltraron en el movimiento estudiantil.
El ataque fue un operativo planeado por el Ejército mexicano para contener a los normalistas. No es un hecho aislado sino un ataque de contrainsurgencia.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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