13 junio, 2021

Se habla de una amarga victoria para AMLO y una dulce derrota para la oposición, pero se trata en realidad de un reacomodo, cuyas consecuencias se irán intensificando conforme se acerque el 2024

Twitter: @chamanesco

El país no se reinventó con las elecciones del 6 de junio. La oposición no logró frenar la llamada Cuarta Transformación, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador tampoco logró borrar del mapa a las fuerzas del “partido conservador”.

Morena no arrasó, pero sí tuvo un avance territorial importantísimo. El lopezobradorismo perdió la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, pero conservó la mayoría absoluta que le permitirá aprobar los presupuestos para la segunda mitad del sexenio.

El bloque PRI-PAN-PRD logró arrebatarle a la 4T la llave de nuevas reformas constitucionales, pero volverá a ser mayoriteada a la hora de distribuir el gasto público. 

Los partidos que fueron dominantes hasta 2018 asestaron un duro golpe a Morena en la capital del país, pero dentro de unos meses sólo gobernarán 12 entidades.

Se habla de una amarga victoria para el inquilino de Palacio Nacional y una dulce derrota para la oposición, pero se trata en realidad de un reacomodo, cuyas consecuencias se irán manifestando poco a poco, en la ya no muy larga carrera política hacia el 2024.

Morena

Desde la oposición se celebra que Morena haya perdido más de 14 millones de votos, pero se parte de un equívoco: suponer que en una elección de diputados federales el partido en el gobierno estaba obligado a refrendar la votación de su candidato presidencial de 2018, de más de 30.1 millones de votos.

Si se comparan los datos comparables, en realidad Morena “perdió” 4.2 millones de votos, al pasar de 20.9 millones en las elecciones de diputados federales de 2018, a 16.7 millones de votos en 2021.

Aunque hay que decir que, en realidad, casi todos los partidos perdieron sufragios, pues la participación de 2021 –como ocurre siempre en elecciones intermedias– fue menor a la de 2018: 49.1 millones de votos en este año, contra 56.3 millones de 2018.

Es más preciso dimensionar la pérdida de Morena en términos relativos: en 2018 obtuvo el 37.2% de la votación total emitida en las elecciones de diputados federales; en 2021 llegó al 34%.

Eso se tradujo en una pérdida de 54 curules en San Lázaro, si se comparan las 253 que Morena tiene al cierre de la 64 Legislatura, con las 199 que tendrá a partir del próximo 1 de septiembre, cuando se instale la 65.

Estas cifras harán de Morena un partido en el poder dependiente de sus aliados electorales, pues sólo con el respaldo del PT y el Partido Verde podrá alcanzar más de 250 diputados, necesarios para aprobar presupuestos y leyes secundarias.

Con apenas 1.5 millones de votos (equivalentes al 3.2% de la votación total), y sin haber ganado un solo distrito por cuenta propia, el PT alcanzará 38 diputaciones que, muy probablemente, pondrá al servicio de la “cuarta transformación”.

Sin embargo, no basta con el PT para conformar mayoría, por lo que Morena y López Obrador deberán cumplir los caprichos del PVEM –el bien llamado “partido canalla”–, para asegurar el respaldo a sus proyectos.

Con 2.6 millones de votos (equivalentes al 5.4% del total), el Verde alcanzaría 42 diputaciones, que seguramente venderá muy caras para consolidar el bloque pro 4T en San Lázaro.

Ya en 2018, en una maniobra operada por Mario Delgado y Manuel Velasco, el Partido Verde transfirió cinco de los 16 diputados que había ganado para que Morena alcanzara la mayoría absoluta y pudiera presidir la Junta de Coordinación Política los tres años de la 64 Legislatura. A cambio, Morena solapó que Manuel Velasco tomara protesta como senador, pidiera licencia para terminar su sexenio como gobernador de Chiapas entre septiembre y diciembre de 2018 y, finalmente, regresara a la Cámara alta a partir de 2019.

Hoy el escenario es distinto: Morena necesita más al PVEM, que el PVEM a Morena.

Suena insólito, pero el partido de la “telebancada”, al que Morena pugnó por quitarle el registro por tramposo en 2016, será cuarta fuerza en San Lázaro y tiene la llave para darle estabilidad –o negársela– a la mayoría legislativa que necesita López Obrador para cerrar su sexenio.

Es una pena, pero el partido más multado por sus constantes violaciones a las leyes electorales, que desafió al INE el mismo 6 de junio contratando “influencers” para hacer campaña en plena jornada electoral, se le ha vuelto imprescindible al presidente.

Además, el Verde será gobierno en San Luis Potosí, con un político impresentable, pero amigo y aliado del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado. 

Si Morena termina adoptando a Ricardo “el Pollo” Gallardo como gobernador aliado, AMLO y la 4T habrán amarrado sus destinos a los de un presunto delincuente.

Pese a todo, en el reacomodo territorial Morena sale fortalecido: gobernará 17 entidades de cara al 2024, con posibilidades de seguir creciendo en 2022. 

Cuando tomen protesta sus nuevas gobernadoras y gobernadores, la ola morenista se extenderá por todo el Pacífico: desde Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit, hasta Colima, Michoacán y Guerrero. Un corredor caracterizado por la presencia de algunos de los más poderosos cárteles de la droga, que llevan décadas disputándose con violencia rutas, puertos y territorios municipales.

Morena se fortalecerá en el sureste, al sumar Campeche al corredor Chiapas-Tabasco-Veracruz. Y en el centro, sumando Tlaxcala al bloque Puebla-Morelos-Ciudad de México.

Morena seguirá gobernando la capital, pero bajo la lupa de una oposición que ahora sí está en condiciones de ser contrapeso a Claudia Sheinbaum, con 9 de 16 alcaldías y 32 de las 66 diputaciones en el Congreso local.

El partido del presidente le hizo un hueco a la mancha panista del Bajío, al ganar Zacatecas y respaldar al PVEM en San Luis Potosí.

Y, por si fuera poco, los resultados de las elecciones federales dejan ver que Morena ganó la mayoría de los distritos en entidades donde habrá elecciones de gobernador en 2022: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Durango y Tamaulipas. 

Salvo Aguascalientes, en cinco de los seis estados que tienen comicios el próximo año Morena arrancará campañas con amplias posibilidades de desplazar al PAN y al PRI de las gubernaturas.  

PRI-PAN-PRD

La euforia panista y priista por haber aumentado el peso de sus bancadas en San Lázaro se topa con una realidad: han sido disminuidos territorialmente.

El PAN obtuvo 8.9 millones de votos. “Perdió” 1.1 millones respecto a los alcanzados en 2018, pero creció un poco en términos relativos, al pasar del 17.9% en 2018 al 18.2% en 2021.

La segunda fuerza política del país tendría 113 diputaciones federales en San Lázaro, 34 más de las que tiene actualmente.

Necesita mantener a su lado al PRI, al que López Obrador ya le hizo un primer guiño, para ser una fuerza relevante en la Cámara baja.

El PRI obtuvo 8.7 millones de votos (en 2018 había obtenido 9.3 millones), y llegó al 17.7% de la votación (en 2018 se ubicó en 16.5%).

Gracias a la conformación de la coalición Va por México, el tricolor aumentará su presencia en San Lázaro, al pasar de los 49 asientos que ocupa actualmente, a 70 a partir de septiembre.

El PRD, en cambio, perdió votos, porcentaje de votación y curules. El partido del sol azteca apenas pudo salvar el registro, y será la séptima fuerza política en la Cámara.

Pasó de 2.9 millones de votos a 1.7 millones; del 5.2% al 3.6% y de 20 diputaciones obtenidas en 2018 a sólo 15 en 2021.

En términos territoriales, los partidos de la coalición Va por México ganaron en 107 de los 300 distritos federales (63 en alianza, 33 del PAN, 11 del PRI y 0 del PRD).

Y en gubernaturas su derrota fue estrepitosa: el PRI perdió Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas; el PAN perdió Nayarit y Baja California Sur, y sólo pudo mantener Chihuahua y Querétaro. Y el PRD perdió Michoacán.

La alianza PRI-PAN-PRD le hizo un importante socavón a la 4T en la Ciudad de México –simbólico, por demostrar que Morena se vuelve derrotable al abandonar a las clases medias de zonas urbanas–, pero en el reacomodo, el balance es deficitario para estos partidos, que podrían acumular nuevas derrotas en las elecciones locales de 2022 y 2023, antes de la gran cita de 2024.

MC

Movimiento Ciudadano fue el partido emergente de 2021, pero no consiguió convertirse en una tercera vía atractiva para el electorado a nivel nacional.

En las elecciones federales, MC pasó de 2.4 millones de votos obtenidos en 2018 a 3.4 millones en 2021. Su porcentaje de votación nacional se incrementó de 4.4% a 7%. 

Víctima del diseño establecido en las leyes, MC vivirá una paradoja: obtuvo más votos en términos absolutos y relativos que los partidos aliados de Morena, pero disminuyó su presencia en San Lázaro, al pasar de 25 a 23 diputaciones, y se mantendrá como una fuerza menor a las bancadas del PVEM y el PT.

El partido de Dante Delgado ganó la gubernatura de Nuevo León (la joya de la corona por su peso poblacional y económico), y mantuvo su presencia en Jalisco, donde ganó la mayor parte de los distritos y presidencias municipales. Pero en el resto del país se confirmó como una fuerza minoritaria.

La mira en 2024

En las próximas semanas y meses, habrán de concluir las etapas finales del proceso electoral: la fiscalización de los informes de gastos de campaña hechos por candidatos y partidos, y las muy probables impugnaciones que serán presentadas ante el Tribunal Electoral.

Una vez terminados estos trámites legales el reacomodo habrá concluido. El 2021 quedará atrás, y todos pondrán la mira en 2024.

PartidoVotos 2018Porcentaje 2018Votos 2021Porcentaje 2021Curules sept. 2018*Curules junio 2021**Curules 2021***
Morena20,972,57337.216,759,91734247253199
PAN10,096,58817.98,969,28818.28079113
PRI9,310,52316.58,715,89917.7474970
PVEM2,695,4054.72,670,9975.4161142
PT2,211,7533.91,594,8283.2294738
MC2,485,1984.43,449,9827282523
PRD2,967,9695.21,792,7003.6201115
PES1,353,9412.41,352,5442.731210
Sin partido240

* Integración original de la 64 Legislatura de la Cámara de Diputados hecha por el INE luego de las elecciones federales de 2018.

** Conformación de las bancadas de San Lázaro al final de la 64 Legislatura.

*** Proyección de integración de la 65 Legislatura, calculada a partir de los resultados preliminares del 6 de junio de 2021.

Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.

Relacionado