Al inicio formal de la campaña electoral en Estados Unidos reaparece el discurso de odio contra las personas migrantes. Para los mexicanos en ese país llegó el momento de la resistencia
Por Alberto Nájar / X: @anajarnajar
Se llama Take our border back.
Es un convoy de camionetas, casas rodantes y motocicletas donde se mueven cientos de supremacistas estadounidenses, quienes pretenden instalarse en varias poblaciones de la frontera con México.
Uno de los objetivos es instalar campamentos de vigilancia en la ribera del Río Bravo, para capturar a personas migrantes que ingresen irregularmente a Estados Unidos.
Pero el verdadero propósito es hacer ruido mediático en los momentos en que inicia la contienda por la presidencia de Estados Unidos.
Un proceso donde la crisis migratoria es el tema central para los partidos Republicano y Demócrata, que podría inclusive definir el rumbo del próximo jefe de la Casa Blanca.
Como en 2016, Donald Trump sube en las encuestas cada vez que habla de la supuesta invasión que llega del sur, y que no es otra cosa más que el arribo de miles de venezolanos, centroamericanos y mexicanos que solicitan asilo humanitario en su país.
Joe Biden ofreció cerrar la frontera sur en caso de que aumente la oleada migratoria, como una moneda de cambio hacia congresistas republicanos para conseguir su respaldo a la iniciativa de enviar más dinero a Ucrania e Israel.
Ron de Santis, gobernador de Florida, enviará a Texas cientos de soldados de la Guardia Nacional para reforzar la campaña anti inmigrante de su par, Gregg Abbott.
Y éste mismo personaje planea encabezar un evento masivo este sábado en Eagle Pass, vecino de Piedras Negras, Coahuila, para protestar por la creciente ola migratoria por esa región.
El año pasado Eagle Pass fue el principal sitio de cruce de personas migrantes hacia Estados Unidos. Para el mitin del sábado Abbott ha convocado a 14 gobernadores republicanos, quienes se espera respalden al texano.
Es a esa ciudad fronteriza a donde planea llegar la mayoría de los integrantes de la caravana anti derechos.
Más allá del espectáculo por el evento del texano y las imágenes de la caravana de supremacistas, hay alarmantes señales de riesgo para los siguientes meses.
Una de ellas es el creciente discurso de odio hacia las personas migrantes.
En los últimos días, por ejemplo, Trump insiste en que la migración irregular “envenena la sangre de nuestro país”, lenguaje que ha sido criticado por considerarlo xenófobo y hacer eco de la retórica nazi.
Varios medios de derecha como Fox News mantienen una amplia cobertura a la caravana supremacista, e inclusive algunos personajes con gran influencia en los votantes republicanos califican al movimiento como “un hecho heroico” para salvar a Estados Unidos.
Los más destacados son Tucker Carlson, expresentador de Fox News, así como Alex Jones, fundador del portal Infowars que dedica casi todo su espacio a difundir la teoría de una invasión migrante en suelo estadounidense.
De hecho, un video promocional del convoy empieza con la frase: “Advertencia: alerta de invasión”, mientras que sus organizadores y promotores lo describen la caravana como una cruzada religiosa, con discursos apocalípticos.
También definen al movimiento como “la visión de Dios”, y a la llegada de personas migrantes irregulares como “la batalla espiritual más grande que el mundo haya visto jamás”.
A pesar de toda la parafernalia que rodea a la caravana supremacista, los organizadores juran que se trata de una acción pacífica, y que no pretenden agredir a personas migrantes a pesar de que muchos de sus integrantes están armados.
El problema, sin embargo, no son únicamente las agresiones que se puedan cometer en la zona fronteriza, sino el mensaje que se envía.
La publicidad que ha recibido puede incitar a otros supremacistas a atacar migrantes o a las organizaciones que les apoyan, además de profundizar el discurso de odio que ya campea en la campaña electoral.
Hay terreno fértil. Una encuesta de la agencia Reuters revela que la mayoría de los estadunidenses están en favor de asegurar la frontera sur de su país.
Por eso el crecimiento acelerado en el respaldo a Trump, quien estableció programas agresivos de control migratorio como el decreto Título 42.
Es también una de las razones que explican el cambio de discurso de Biden, quien durante todo su mandato mantuvo una actitud moderada en el tema lo cual afectó su imagen en una parte de los electores.
No son, pues, buenas noticias para las personas migrantes que viven en Estados Unidos, especialmente los mexicanos quienes suelen enfrentar el mayor número de ataques raciales.
Aunque se presenta con nuevos bríos, la oleada de discriminación no es algo nuevo para esta población. Como cada cuatro años, llegó el momento de la resistencia.
Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service.
Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.
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