A dos años de su extradición a Estados Unidos, nada parece salvar a Joaquín Guzmán Loera de pasar el resto de su vida en prisión. Las acusaciones contra el capo más famoso del mundo han revelado una amplia red de complicidades, pero parece que sólo él se hunde

Textos: José Ignacio De Alba

Fotografía: Especial

En el primer día del “juicio del siglo”, Jeffry Litchman, abogado de Joaquín ‘El Chapo Guzmán’, afirmó que los ex presidentes mexicanos Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón recibieron sobornos del Cártel de Sinaloa. El alegato se repitió en las siguientes audiencias. Pie de Página buscó a especialistas sobre narcotráfico para que nos expliquen cómo deben ser tomadas estas declaraciones. Aquí sus respuestas.

-En un ambiente donde hay tantas mentiras, asesinatos, violencia me parece que conferirles credibilidad a estos personajes que son capaces de cualquier cosa es un error […] me parece muy desproporcionado darles tanta veracidad mientras no aporten una prueba.

Dice en entrevista Javier Oliva, profesor e investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM,

Desde que comenzó el juicio de Joaquín Guzmán, el capo ha visto testificar en su contra a ex colaboradores y amigos. La fiscalía lo acusa de asesinato, de traficar cientos de kilos de drogas, portación de armas y lavado de dinero. Guzmán clama por su inocencia; si lo encuentran culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.

–¿Es el fin del cártel de Sinaloa?, se le pregunta al investigador Javier Oliva

–No, es una estructura de vieja escuela que difícilmente dejará de trabajar por la neutralización de alguno de sus líderes. Joaquín Guzmán tenía mucho tiempo que perdió relevancia en la organización, andaba “a salto de mata”, perseguido por sus enemigos y perseguido por las autoridades.

La vida de opulencia que tuvo Joaquín Guzmán ha sido testificada en la Corte Federal de Brooklyn (Nueva York): flotillas de aviones, el yate “El Chapito”, coches de lujo, animales exóticos, armas chapadas en oro, helicópteros, millones de dólares, ranchos y casas de descanso por todo el país.

El que fuera uno de los líderes del Cártel de Sinaloa escucha desde el banquillo de los acusados los argumentos que ha expuesto la fiscalía durante los más de dos meses que lleva el juicio en su contra.

José Reveles, periodista especializado en temas de narcotráfico prevé en entrevista que Joaquín Guzmán, de 63 años, pase el resto de su vida en una cárcel de Estados Unidos: “con lo que ha presentado la fiscalía no hay modo que le den una pena menor”.

¿Las cosas que se han dicho en el juicio de Estados Unidos le podrían servir al gobierno mexicano para iniciar investigaciones? -Se le pregunta

–Deberían servir, pero el gobierno prefiere no meterse en broncas del viejo régimen.

Reveles explica que la organización ahora está en manos de Ismael El Mayo Zambada, un decano del narcotráfico en México que nunca ha sido detenido. De hecho, durante el juicio, Guzmán ha señalado como cabeza de la organización a Zambada.

Uno de los elementos más importantes que ha utilizado la fiscalía para inculpar a Guzmán es una serie de mensajes de texto que el sinaloense envió a colaboradores para organizar el contrabando de drogas a Estados Unidos.

Esta domingo se cumplen dos años de que Joaquín Guzmán fue extraditado por el gobierno de México. Desde entonces el capo de las drogas está en estricta vigilancia en una cárcel de máxima seguridad de Nueva York. El aislamiento de Guzmán ha sido extremo, incluso el juez Brian Cogan le negó abrazar a su esposa Emma Coronel durante una de las audiencias de la corte.

Para Reveles, Estados Unidos usa mediáticamente el juicio con un objetivo: “transferir las culpas de sus malas políticas al sur, a México, su vecino corrupto”.

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